3. LAS CAMPANAS ver entrada aparte
4.1
Toques actuales de campanas
5. CONSERVACIÓN Y PROPUESTA ANTE UNA EVENTUAL
RESTAURACIÓN
5.1
Las campanas en la archidiócesis toledana
5.3 Propuesta para una eventual restauración
1. INTRODUCCIÓN
El toque de campana es una de las
parcelas patrimoniales que entrañan mayor complejidad conservativa: por un
lado, está el patrimonio material, que son la torre y las campanas; por otro
lado el inmaterial, los toques, que dan sentido a los campanarios y sus
bronces. La primera labor de conservación es la documentación de campanas,
campanarios y especialmente toques, para tener registro de ellos y preservarlos
de la desaparición. Tanto las campanas como la torre y la instalación
(herramientas y elementos que permiten el toque: yugos, poleas, tarimas) son
también importantes, puesto que su función se orienta al toque, y en cada
territorio se desarrolló una técnica y una serie de elementos tradicionales que
también hay que preservar.
Resulta cada vez más lejano, por
desgracia, aquellos momentos en que las campanas regían el día a día de
ciudades y pueblos, marcando cada uno de los momentos de la jornada a través de
los toques de oración, señalando con viveza los domingos y fiestas y anunciando
la muerte de un vecino.
No son instrumentos al uso: en la
Edad Media se les bendecía (por el obispo) y se les imponía un nombre en un
ritual solemne, en el que además se ungía con Crisma el bronce, reservado para
la consagración de sacerdotes, cálices y patenas. Su voz, por tanto, en virtud
de esta bendición se convertía en oración, es por ello que las campanas hayan
sonado tradicionalmente en todo tipo de circunstancias, especialmente en
momentos difíciles, en los que su actúa casi como intercesor. Por este motivo
las campanas estaban tan íntimamente ligadas con las parroquias y pueblos,
siendo conocidas generalmente con apelativos cariñosos.
La importancia de la que antaño
gozaron los bronces ha ido progresivamente reduciéndose hasta casi desaparecer.
Son cada vez más los campanarios que tocan de manera mecánica, sustituyendo las
manos por martillos eléctricos y la capacidad creativa del campanero por un
ordenador que mueve los martillos con toques estandarizados. Es por ello que la
primera labor para preservar el toque de campanas es registrar los toques
tradicionales.
2. LA TORRE CAMPANARIO
La torre campanario es una
robusta obra compuesta por una sucesión de cuerpos levantados en diferentes
momentos constructivos. El basamento y los dos primeros cuerpos son macizos,
huecos solo en la escalera que circunda hasta llegar al cuerpo siguiente. Esta
primera parte está construida en sillar y mampostería. Parece obra
contemporánea a la propia colegiata (siglos XIV-XV) de estilo gótico mudéjar.
El tercer cuerpo, realizado en sillar, parece levantado en época renacentista.
En la cara que da a la fachada principal aparecen dos óculos que iluminan el
interior y un escudo tallado en la parte superior, posiblemente perteneciente
al Deán de la época. En su interior, este cuerpo presenta restos de una
desaparecida bóveda que cubría la estancia y que debía servir de suelo para el
campanario. Todavía son visibles los arranques de los arcos y los rebajes donde
se encastraba la bóveda en el muro.
La construcción del cuarto
cuerpo, el de campanas, y del remate octogonal y chapitel, están documentados
en un artículo del historiador talaverano Juan Nicolau Castro (“Datos
documentales sobre la Colegiata de Talavera de la Reina”, en Anales
Toledanos, 15 (1982), pp. 19-39). El cuerpo del campanario,
propiamente dicho, y el remate de la torre con el último cuerpo octogonal y el
chapitel, son obra barroca de finales del siglo XVII y principios del siglo
XVIII. Estos últimos cuerpos fueron diseñados y construidos por Teodoro
Ardemans (o Ardemanus), nacido en Madrid en 1665 de ascendencia alemana,
Arquitecto Mayor de la Catedral de Toledo desde 1694 y Arquitecto Mayor del
Ayuntamiento de Madrid desde 1700. En el archivo de la Colegiata se conserva un
cuadernillo con los gastos de construcción de la torre, fechado en 1702,
especificando incluso los gastos de la pólvora y luminarias del día que se
bendijo. Aunque el documento aparezca fechado en 1702, aparecen algunos gastos
del año 1705, con lo cual creemos que la obra debió concluir en torno a esa
fecha o al siguiente año, pues la campana del reloj, fundida al concluir la
torre está fechada en 1706.
Las campanas litúrgicas se ubican
en el último cuerpo de planta cuadrada. Los lados que dan al norte y al sur
presentan una única ventana, mientras que las caras que miran al oeste y al
este tienen un par de ventanales. Los paramentos exteriores de este cuerpo se
decoran con sencillas pilastras flanqueando los ventanales y remate con
cornisamento. El último cuerpo, de planta octogonal, está destinado a ubicar la
campana del reloj en el ventanal que mira al este (y posiblemente también su
maquinaria), así como el esquilón de coro (ventanal norte). Este cuerpo está
protegido por una balaustrada de piedra sobre el cornisamento del cuerpo
inferior, de forma que crea un espacio aterrazado alrededor del cuerpo
octogonal. Remata la torre campanario un chapitel de estilo barroco también de
finales del siglo XVII y principios del XVIII.
En la fachada principal,
coronando el muro de la nave del evangelio, se encuentra la espadaña de la
campana de señales, que, tocada desde el interior de la iglesia, servía para
coordinar el toque de campanas con la liturgia dando señal de inicio y final de
algunos toques.
Es importante señalar la
ubicación de la casa del campanero, habitada hasta hace relativamente poco por
la última campanera, que por edad tuvo que abandonar su oficio y trasladar su
vivienda. De hecho, es común ver en fotografías antiguas macetas de geranios en
el balcón de esta casa. El acceso a la torre y a la casa del campanero se
realiza por la misma puerta, situada en la parte trasera de la torre. El primer
tramo de escaleras transcurre entre los muros de la última capilla del lado del
Evanglio y el muro de la torre. Al final de este primer tramo se bifurca la
escalera: a la izquierda la entrada a la vivienda del campanero, a la derecha
la entrada en la torre.
El primer tramo de escaleras de
la torre es perimetral y transcurre entre el muro y el interior macizo. Este
tramo (y el interior macizo del campanario) llega hasta el final del segundo
cuerpo, y da acceso al interior de la sala anterior al cuerpo de campanas.
Desde aquí parte una escalera amplia de vigas de hierro que da acceso al cuerpo
de campanas. Esta escalera sustituyó a una antigua realizada posiblemente en
madera o en madera y yeso. La escalera continúa desde la sala de campanas hasta
el cuerpo superior. El solado del cuerpo de campanas y del cuerpo octogonal es
nuevo, de viga de hierro y hormigón.
Es importante señalar el uso de
material de acarreo de origen romano en los primeros cuerpos. Una de las piezas
del dintel que sostiene la ventana geminada del segundo cuerpo es una lápida
romana donde todavía es legible su inscripción.
La torre presenta dos cuerpos de
campanas. En el cuerpo de campanas propiamente dicho (así se menciona incluso
en la documentación), se encuentran las seis campanas litúrgicas, todas dotadas
de yugo de madera para poderse tocar en movimiento. En el cuerpo octogonal se
ubican la campana del reloj (ventanal este) y el esquilón de coro (ventanal
norte). Imaginamos que, en esta misma estancia, protegido por una desaparecida
caseta de madera, se encontraba la maquinaria del reloj, conservada actualmente
en malas condiciones en un rincón de la sala. Muy seguramente las pesas del
reloj cayeran por el cuerpo de campanas (se conserva una en uno de los ventanales
de los cuerpos inferiores)
Las campanas debían tocarse desde varios sitios: la casa del campanero (al menos eso demuestra la escuadra situada bajo la campana (5), la sala de campanas (para toques en movimiento), y desde la sala del tercer cuerpo, el inferior al cuerpo de campanas, para la ejecución de toques que no implicasen tañer las campanas de forma tan directa.
Torre campanario de la Colegiata. |
Torre campanario de la Colegiata |
Balcón de la antigua vivienda del campanero. |
Interior del chapitel |
Estado original:
Hace no muchos años tuvo lugar
una intervención en la que se sustituyó el solado del campanario, el solado del
cuerpo octogonal y los tramos de escaleras. Intuimos que los actuales suelos de
vigas y hormigón y las escaleras de vigas de hierro, vinieron a sustituir una
estructura antigua posiblemente realizada con vigas de madera y yeso.
Estado actual:
El campanario se encuentra en
estado de abandono. En una intervención llevada a cabo no hace muchos años los
antiguos suelos y escaleras de la sala de campanas y del cuerpo octogonal
(posiblemnte realizados en madera y yeso) fueron sustituidos por estructuras de
hierro y hormigón. Llama la atención la anchura y dimensiones de la escalera,
que en torres de este tipo suele ser bastante angosta y estrecha para poder
dejar lo más diáfano posible el interior de los campanarios. En este caso
podemos decir que casi divide en dos el espacio del campanario, apoyando la
estructura en el espacio que queda entre los dos ventanales de la cara
occidental.
Esta intervención afectó también
a las campanas, de una forma que creemos mucho más respetuosa que la estructura
interna sustituida. Salvo las dos campanas mayores, que fueron puntualmente
intervenidas, sustituyendo únicamente los cojinetes por rodamientos
autocentrados y algún herraje, en las cuatro campanas restantes los yugos
fueron sustituidos por otros de madera de similar diseño. Se conservaron
algunos herrajes de hierro, como por ejemplo las palancas de balanceo. Fue en
esta intervención cuando se mecanizaron las campanas, tocadas hasta entonces a
mano por la última campanera. Las campanas grandes fueron mecanizadas con
martillos eléctricos. Las pequeñas fueron mecanizadas con motores de impulso
para balancearlas y algunas con martillos eléctrico. La campana del reloj
permanece colgada en una viga de madera, posiblemente la misma desde que fue
fundida, sin uso. Lo mismo ocurre con el esquilón de coro del cuerpo octogonal
y el esquilón de señales de la espadaña de la fachada. Según nos informó el
párroco, intervención y mecanización de las campanas corrió a cargo de la
empresa CAMPANAS QUINTANA (Saldaña).
Para evitar la entrada de palomas
en la torre, se decidió poner una jaula en la parte interior de los ventanales,
dejando la suficiente distancia para que permitiese el movimiento de las
campanas al balancear. La justificación de este aparatoso sistema era evitar
poner cualquier elemento en el exterior del campanario. Lo cierto es que, no
sólo no evita la entrada de palomas en la torre, si no que además, no protege
las campanas, cuyos depósitos de palomina en bronces y yugos evidencian una
presencia más o menos constante.
El cuerpo octogonal está
protegido con ocho redes que tapan los ocho ventanales y evitan la entrada de
palomas. Estas redes protegen también a las campanas. No obstante, al
encontrarse pegadas a ellas, no impiden que las palomas puedan posarse sobre la
campana y crear depósitos de palomina.
En
un rincón de la terraza del cuerpo octogonal se conserva la maquinaria del
reloj. Esta pieza es un bien patrimonial de primer orden, ya que se trata de
una maquinaria de hierro forjado, posiblemente realizada a principios del siglo
XVIII para el recién estrenado campanario. Esta maquinaria parece que se dejó
depositada en ese lugar mientras se trabajaba en la realización del solado de
la sala. La maquinaria se encuentra en un estado lamentable, cubierto de
inmundicias y palomina, expuesto a las inclemencias meteorológicas.
3. LAS
CAMPANAS
Ver entrada aparte4. LOS TOQUES
Lamentablemente desconocemos los
toques tradicionales de esta torre campanario, pero sabemos que se han estado
tocando a mano hasta hace pocos años. La última campanera vivía en la casa del
campanero y tocaba diariamente las campanas. Abandonó la vivienda hace una o
dos décadas. Ssegún nos informó el actual párroco, que llegó a conocer a la
campanera, uno de los toques era conocido de forma onomatopéyica como “don
Simón”, posiblemente debido al uso de tres campanas (don – si -món).
Según la información aportada por el párroco, estos últimos toques manuales
eran todos tocados con cuerda a los badajos, sin mover las campanas.
Teniendo en cuenta que la
primitiva Colegiata tenía un cabildo de Canónigos como el de la Catedral y que
se observan ciertas coincidencias en la estructuración de campanas con la que
se puede apreciar en la sede toledana, es de suponer que los toques debían ser
similares a los de la Catedral Primada, los cuales están documentados. Estos,
básicamente se dividían en dos grupos: los toques litúrgicos propiamente dichos
para el rezo de las Horas Canónicas y los clamores de difunto. Los toques del
rezo de las horas eran el grueso de los toques, y estos variaban en función de
la hora y la clase festiva del día. En el caso de la Catedral se distinguían
dos tipos generales de toques para las Horas Canónicas; las horas “menores” (en
la Primada eran Prima, Sexta, Nona, Completas – sólo se tocaban en Cuaresma – y
Laudes), en las cuales solo se tocaba una campana a pino; las horas “mayores”
(Tercia, Víspera y Maitines) se tocaban con una, dos, tres o todas las campanas
según la categoría de la festividad. Una peculiaridad de la forma de tocar de
la Primada como signo de distinción es que nunca se tocaba más de una campana a
la vez, sino que tocaban de una en una, por turnos de campanas. La particular
forma de tocar a las horas “mayores” se dividía en “claustros”, forma de toque
que venía a durar un tiempo concreto (7-8 minutos) y según las horas o
circunstancias se tocaban dos o tres “claustros” con pausa entre medias. Estos
toques eran interpretados balanceando las campanas hasta dejarlas invertidas a
pino, de forma que una vez parada la campana tañía la siguiente en tamaño, así
todas de una en una. El resultado de esta particular forma es de una gravedad y
solemnidad que fue incluso signo de distinción de la propia Catedral. Es muy
probable que la forma original de tocar las campanas en la Colegiata de
Talavera imitase ese tipo de toque de la Catedral de Toledo, ya que imitaciones
de ese tipo de toque se han encontrado en otras localidades de la provincia
(Toque de Solem, en Yepes).
Los clamores eran tocados en caso
de fallecimiento del Rey, Principe, Papa, Arzobispo, Nuncio, Deán, Canónigo,
Capellán o noble. El número de campanas variaba según la dignidad del finado.
Este toque era tocado al conocerse el fallecimiento, al concluir las Oraciones
diarias (Mediodía, Anochecer y Alba), así como en el el rezo del oficio (1er
Nocturno de Maitines de difuntos), Misa de Requien, Entierro (si se hacía en el
propio templo) o al rezo del respondo en Aniversarios. Estos toques eran
interpretados con badajo con diferente número de campanas, siendo mayor cuanta
mayor dignidad tenía el personaje finado.
Al igual que en la Primada, el
esquilón de Coro, tenía un papel muy importante en el funcionamiento del templo
talaverano, pues indicaba el momento de entrar en el coro a los canónigos y
religiosos de la Colegiata. Aunque las Horas Canónicas hacen referencia a las
horas solares y a un momento concreto de la jornada, en las Catedrales y
Colegiatas las horas solían rezarse una detrás de la otra, sin atender a su
hora concreta. Podemos decir entonces que había una primera sesión de Coro que
empezaba en torno a las siete u ocho de la mañana, en la cual se rezaba Prima,
Tercia y Sexta, oficiándose la Misa Mayor o conventual tras el rezo de Tercia y
antes de Sexta. Por la tarde se rezaban Nona, Vísperas y Completas, y por la
noche, en torno a las doce, Maitines y Laudes. Hablamos entonces de tres sesiones
de coro, por la mañana, por la tarde y por la noche siendo el esquilón de coro
era el encargado de convocar a los Canónigos a estas tres sesiones diarias. En
Toledo tañía durante media hora en tres tiempos “a pino”, es decir,
balanceándose hasta quedarse invertido sin llegar a dar una vuelta completa.
Así mismo, es importante tener en
cuenta que las campanas litúrgicas talaveranas se encuentran organizadas
internamente por parejas, del mismo modo que aparecen mencionadas las campanas
de la Primada. En la documentación catedralicia se dice que las campanas están
organizadas por voces tiples (agudas), contraaltos, tenores
y contrabajas, del mismo modo que las voces humanas. Trasladando esta
división pareada al conjunto talaverano, podemos decir que pueden organizarse
por parejas según el tono, siendo más evidente y distante de las otras la
pareja de campanas grandes.
Las técnicas de toque debieron
ser variadas. Si nos atenemos a las formas de la Catedral Primada, estos se
hacían balanceando las campanas hasta dejarlas “a pino” es decir, inmovilizadas
de forma invertida con la campana hacia arriba. Este sistema de toque debía ser
el propio de los toques a las Horas Canónicas. Los toques a badajo debían
realizarse con el toque a badajo de las campanas, del mismo modo que el toque
de las Oraciones diarias (las tres “Ave Marías” - Alba, mediodía y anochecer-,
Alzar -durante la Misa Mayor- y Ánimas), con especial protagonismo de la
campana Gorda.
Entendemos que el lugar propio
donde realizar los toques era el propio campanario, de forma que el campanero
tenía un acceso directo a los bronces, especialmente durante los toques “a
pino”, cuya técnica exigía estar junto a las campanas. Los toques a badajo se
realizarían desde la propia sala o bien desde la sala inferior, mucho más
cercana a la casa del campanero y protegida de las inclemencias meteorológicas.
No obstante, sabemos que algunos toques debían realizarse desde la propia casa
del campanero, como lo demuestra la presencia de una escuadra en el ventanal
que hay sobre el tejado de la vivienda para guiar hasta allí la soga atada al
badajo. Desde este lugar, se realizarían al menos los toques de Oración diaria,
que se debían ejecutar a badajo con la campana Gorda.
En el Arzobispado de Toledo es
posible encontrar diferentes técnicas para tocar las campanas en movimiento:
por un lado, está el balanceo hasta dejarla “a pino” (como se decía en la
documentación antigua), es decir, parada con la copa arriba, de forma que
volviera a dar otra vuelta en sentido contrario. Esta forma de toque, que se
realizaba exclusivamente con cuerda, dio lugar al volteo continuado en un mismo
sentido, que en el antiguo arzobispado se realizaba a mano, empujando la cabeza
o el bronce cuando pasaba por delante del campanero. Esta forma es más moderna
y debió popularizarse entre el siglo XVIII y XIX. En algunas torres
parroquiales del antiguo arzobispado (pocas) el volteo continuado no se ha
dado. No sabemos si en este campanario talaverano se produjo el cambio de toque
“a pino” a volteo. Lo más probable es que, dada la ruina en la que se sumió la
iglesia española después de la desamortización de Mendizábal (1836), se
simplificaran los toques. Por las descripciones someras que nos facilitó el
párroco de la Colegiata, los últimos toques manuales eran realizados tocando
las campanas a badajo. Es probable que ocurriera un proceso similar al de la
Catedral Primada, que en el siglo XIX se dejaron fijadas todas las campanas, de
manera que todos los toques se realizasen con cuerda.
Al respecto, las propias campanas
nos hablan de su historia material: el movimiento de las campanas genera un
doble desgaste en el interior del bronce, fruto de la percusión del badajo a
ambos lados de la pared del bronce. La presencia de desgastes a ambos lados en
la campana Santa María – la Gorda- (6) (1655) y la ausencia del desgaste de la
parte que da al exterior en la campana Ntra. Sra. del Sagrario (5) (1860) nos
hacen sospechar que las campanas se debieron fijar en torno a mediados del
siglo XIX, al igual que sucedió en la Catedral de Toledo. Este cambio pudo
venir además propiciado por la disolución de la Colegiata tras el Concordato de
1851, pasando el templo a convertirse en Parroquia Mayor de la ciudad. De
hecho, la inscripción de la Campana Ntra. Sra. del Sagrario (5) habla ya de
Parroquia y no de Colegiata.
4.1 Toques actuales de
campanas
Tras dejar su vivienda y su oficio la última campanera, la torre fue restaurada y las campanas mecanizadas. La mecanización, supervisada por el arquitecto, se basó en la recuperación de balanceo de las cuatro campanas pequeñas y el toque exclusivo con martillos eléctricos de las dos grandes. Cabe una duda que no hemos podido resolver, que es la presencia de rodamientos autocentrados de las dos campanas mayores ¿se balanceaban o volteaban a mano en alguna ocasión?, ¿se planteó dotar de motor de impulsos a estas campanas? No lo sabemos, lo cierto es que han estado tocando de forma mecánica durante unos años hasta que se decidió dejar de tocarlas. Actualmente las campanas permanecen mudas.
5. CONSERVACIÓN Y PROPUESTA ANTE UNA EVENTUAL RESTAURACIÓN
Debido al desconocimiento general
sobre el tema, en buena parte suscitado por la ausencia de campaneros (que han
sido sustituidos en los últimos años por autómatas eléctricos), a continuación
se expone una pequeña guía de consideraciones y exigencias que deben cumplirse
ante una eventual restauración o intervención del campanario, con el fin de
evitar la destrucción de patrimonio material (piezas de bronce, yugos y
estética de la torre) e inmaterial (imposibilidad de ejecutar los toques
tradicionales del campanario).
En primer lugar, se exponen unas
nociones básicas sobre las campanas del Arzobispado de Toledo, seguido de
recomendaciones particularizadas para el campanario de Fuensalida.
5.1 Las campanas
en la archidiócesis toledana
La morfología de las campanas,
esto es, su aspecto externo, varía según la provincia eclesiástica en que nos
encontremos. Esta morfología viene determinada en su mayor parte por la forma
que presente el yugo que sujeta la campana.
Esta morfología del yugo determina
también de forma decisiva el tipo de toque que se puede realizar con la campana
(repique, medio vuelo o volteo) y el sonido que genera la misma (especialmente
en los volteos y medios vuelos).
El yugo no es ni más ni menos que
el contrapeso que tienen las campanas para poder ser osciladas.
Se piensa que este tipo de toque
(el paso del repique con cuerda al volteo u oscilación) surgió a finales de la
Edad Media en el sur peninsular (archidiócesis sevillana) extendiéndose después
al levante y centro peninsular. En el sur y el levante este tipo de toque se
adquirió en la forma de volteo de la campana, lo que genera un ritmo ternario
(2 golpes y un silencio) en cada vuelta completa. Por su parte en el centro
peninsular, especialmente en la provincia eclesiástica de Toledo (la actual
Castilla-La Mancha, Madrid y sur de Castilla y León) el toque de campana en
movimiento evolucionó a dos variantes: el volteo como en el sur y levante y el
medio vuelo. Si el volteo genera un ritmo ternario (dos golpes y silencio) el
medio vuelo genera un ritmo binario de dos golpes consecutivos rítmicos.
Para poner en práctica estos
toques surgió el denominado yugo “toledano” que a continuación pasamos a
describir.
5.2 El yugo
toledano
Se denomina yugo toledano a una morfología
de yugo propia del centro peninsular surgida en la archidiócesis de Toledo.
De forma general un yugo se
compone de las siguientes partes:
·
Eje: Los ejes son dos piezas de hierro insertas
en acanaladuras realizadas en la parte inferior de cada lado del brazo, de
forma que no entren en contacto con el bronce e impidan la transmisión de la
vibración al muro. Sujetan la campana a la torre y suelen asentarse sobre unos
cojinetes que tradicionalmente eran de madera, estando estos empotrados en la
pared de la torre.
·
Brazo: El brazo es la pieza de madera donde se
sitúa el eje de giro. Esta pieza es la principal de todo el conjunto, pues
lleva fijada en los ejes.
·
Cabeza: es la parte superior del yugo y sirve en
buena medida de contrapeso. Su tamaño y forma son muy variables.
Adicionalmente los yugos pueden
poseer una palanca inserta en el brazo para oscilar o voltear la campana. En el
caso de Toledo, todos los yugos originales poseen esta palanca que permitía a
los campaneros manejar las campanas durante los toques.
El tipo de yugo determina el
contrapeso que posee la campana. En el caso de los yugos toledanos se trata de
yugos relativamente pequeños para el tamaño de la campana, que contrapesan poco
por sí mismos y se sirven de parte de la campana para que ella misma sirva de
contrapeso. Para conseguir que parte de la campana contrapese el yugo se
desarrollaron ejes acodados, en forma de “L”, que son típicos de la diócesis
toledana.
Además de presentar los ejes
acodados, el yugo toledano tiene rebajado el brazo, de forma que la campana
queda embutida dentro de esta pieza del yugo, lo que otorga mayor robustez al
conjunto.
La cabeza suele ser en general
estrecha y estilizada, otorgando esbeltez al conjunto, y más que para
contrapesar sirve para manejar la campana en los volteos junto con la palanca.
Los abarcones que sujetan la
campana suelen estar fijados mediante tornillos a una pieza de madera más
pequeña dispuesta transversalmente a la cabeza en la parte superior.
Así mismo, estos yugos suelen
tener refuerzos metálicos semicirculares en el brazo para prevenir que la
madera del yugo se raje por el peso de la campana o por secarse demasiado la
madera.
Este tipo de yugo permite un
control muy preciso de la pieza durante los volteos, permitiendo tocarla a
volteo completo y dejando la campana invertida boca arriba sin mucho esfuerzo.
Así mismo permite reducir las
dimensiones del vano del campanario para instalar la campana, al estar situado
la línea de giro dentro del perfil de la propia campana.
Esta línea de giro no representa
el punto exacto en que queda el 50% del peso por encima de ella y el 50% por
debajo: de ser así, con un simple impulso la campana podría pasar bastante
tiempo volteando sin volver a impulsarla. En realidad, representa el punto en
que la descompensación de peso entre la parte inferior y superior es más o
menos del 20-25 % del peso a favor de la parte inferior. Esta descompensación
es la que permite precisamente dejar parada boca arriba la campana sin mucho
esfuerzo, y es la que otorga al volteo de las campanas de estilo toledanas 2
golpes más rápidos y alegres que las valencianas. El ritmo sería así más
parecido a 2 golpes y dos silencios que a 2 golpes y silencio como es el caso
de las campanas de estilo valencianas.
El yugo de estilo toledano además
permite una oscilación de la campana sin que esta llegue a dar la vuelta
completa, generándose un ritmo binario alegre. En el caso de los yugos
valencianos, esta oscilación se usa para dar los toques de muerto, ya que el
elevado contrapeso de sus yugos hace que el ritmo de este toque sea muy lento y
suene a “campanadas” de difunto.
Todos estos motivos serían más que suficientes para argumentar a favor de conservar este tipo de yugo en las iglesias en las que ya estaba presente. A ello se suma la alteración estética que supone su sustitución, modificando notablemente la imagen del campanario.
5 .3 Propuesta para una eventual restauración
Para concluir incluimos una serie
de recomendaciones sobre la conservación de las campanas. En primer lugar,
planteamos una serie de consejos sencillos como medidas preventivas para
mejorar las condiciones de las campanas relativos a los badajos y la protección
contra aves; en un segundo lugar pasaremos a cuestiones de mayor complejidad, con
unas orientaciones básicas sobre la restauración de las campanas.
El ideal que habitualmente
planteamos en las propuestas de restauración es dejar el campanario de forma
que se pueda tocar manualmente, tal y cómo se hacía antaño. Por eso, todas las
intervenciones deben estar orientadas a respetar la instalación tradicional,
conservarla y restaurarla.
1.- Redes anti-palomas: El actual
sistema de jaulas interiores con redes no supone un obstáculo visual para la
torre, pero es cierto que no cumple su objetivo de proteger de las palomas,
pues estas pueden entrar en los ventanales y acceder a las campanas. Habría que
buscar un sistema de red que protegiese también a las campanas. Una posible
solución podría ser retranquear un poco las cuatro campanas litúrgicas pequeñas
de forma que se pudiera poner una red de bajo impacto visual enrasada con el
paramento de cada ventanal. En el caso de los ventanales de las dos campanas
grandes sería necesario colocar una sencilla estructura metálica que no
impidiese el choque de las campanas con la red de bajo impacto visual. Este
sistema también podría ser aplicable en las cuatro campanas pequeñas, sin
necesidad de retranquearlas. Habría otra posible opción, poco empleada, pero
efectiva. Es la colocación de redes persiana, diseñadas de tal forma que antes
de tocar se subieran a mano. Este sistema solo podría ser posible si las
campanas se tocan a mano. Aparte de
estas soluciones, hay una medida disuasoria mucho más efectiva: la presencia de
campaneros en la torre.
2.- Restauración de las campanas:
las campanas presentan una capa de suciedad que ahoga su sonido. Para suprimir
esa costra de suciedad adherida proponemos la limpieza de los bronces con
chorro de arena húmedo. Los badajos parecen los originales y presentan buen
estado de conservación, deben conservarse.
3.- Yugos de madera: Las dos
campanas mayores todavía conservan sus yugos tradicionales, las cuatro pequeñas
tienen yugos nuevos que siguen con mucha fidelidad los antiguos y que demás
conservan herrajes de los antiguos. Planteamos que los dos yugos de las
campanas grandes puedan también restaurarse para poder moverse. El yugo de la
Gorda presenta un estado de conservación muy bueno, se podrían conservar
íntegro sin necesidad de cambiar ninguna pieza. En cambio, el yugo de la otra
campana grande, Ntra. Sra. del Sagrario (5), presenta un estado de conservación
un poco más degradado, especialmente en la parte exterior. En este caso habría
que estudiar la posibilidad de poder restaurar estas piezas de madera
degradadas o si es necesario sustituir estas piezas por otras de igual perfil.
Los dos esquilones también tienen
yugos de madera. El del esquilón de coro presenta un buen estado de conservación,
en cambio el de señales debe ser sustituido por otro di igual perfil,
reutilizándose, siempre que se garantice su seguridad, todos los herrajes.
La campana del reloj tiene un
yugo de madera fijo que presenta un buen estado de conservación.
4.- Mecanización campanas: La
actual mecanización es correcta, no obstante, proponemos algunas
modificaciones:
·
Cambio en el sistema de mecanización. El actual
sistema de motores de impulsos está diseñado para balancear las campanas hasta
aproximadamente la mitad de altura. Este sistema se debería sustituir por otro
que permitiese a las campanas llegar a la vertical hasta quedar invertidas.
Este sistema de mecanización no es nuevo, y es empleado en Italia,
aparentemente con muy buenos resultados. Estos motores se ayudan de unos topes
(que deben funcionar con electroimanes) que dejan invertida la campana.
·
Mecanización de las dos campanas grandes, y los
dos esquilones: las dos campanas grandes se pondrían en el lado contrario a de
la palanca. En las dos campanas grandes se conservarán los martillos
eléctricos, en el mismo lado que el motor.
·
Mecanización de los dos esquilones (de coro y de
señales) con motor de impulsos. Estas campanas se tocarán exclusivamente con
los motores de impulsos (hasta poderse quedar parados a pino) y de forma
aislada una y otra, sin participar en otros toques con las campanas litúrgicas.
·
Esta mecanización debe ser compatible con el
toque manual. Actualmente se entiende la mecanización como una herramienta de
ayuda al campanero, no como sustitución del campanero.
5.- Reloj: Dentro de todo el
patrimonio relativo a las campanas, el de relojes mecánicos es el más
vulnerable de todos, puesto que la tendencia generalizada es sustituir la
maquinaria antigua por un ordenador, que a la postre, da casi más problemas que
un reloj mecánico. Además, la vida útil de este tipo de ordenadores suele ser
bastante corta en comparación con uno mecánico. Por desgracia el destino de
muchas de estas maquinarias es un cuarto almacén de la iglesia, del
ayuntamiento, de una persona interesada por la historia local, o sencillamente
la chatarrería. Son muchas las maquinarias que han desaparecido, algunas de
ellas históricas, del siglo XVIII o anteriores. Durante la documentación del
campanario pudimos comprobar que la maquinaria del reloj se encuentra arrumbada
en una esquina de la terraza del cuerpo octogonal. Debemos tener en cuenta que
actualmente existen numerosos medios que nos permiten recuperar viejas
maquinarias mecánicas. A ellas se puede agregar motores que diariamente suben
las pesas, así como un ordenador que corrija posibles desfases horarios. Es
necesaria la recuperación de esta maquinaria del reloj, realizada con piezas de
hierro de forja, tipología de reloj anterior a las maquinarias industriales del
siglo XIX. Creemos que esta maquinaria debía encontrarse en el centro del
cuerpo octogonal, protegido de las inclemencias meteorológicas por una caseta
de madera o de obra. Esta procesión es necesaria para garantizar el correcto
funcionamiento de la maquinaria, y aislarla de fuertes alteraciones de
temperatura, del viento y de la lluvia.
6.- Recuperación de toques:
Habría que hacer un estudio en profundidad de los últimos toques manuales que
se realizaban. Esta investigación tendría que realizarse también en el archivo
de la Colegiata. Es probable que un templo de esta categoría conserve alguna
referencia a los toques o bien una regla de toque, habitual en las catedrales.
Conforme a esta investigación se debería elaborar una lista de toques
atendiendo a las celebraciones cultuales del templo y programar los toques
conforme a ellos.
7.- Recomendamos
así mismo que se procure el conocimiento del repertorio de toques tradicional a
las nuevas generaciones a través de actividades. La recuperación del toque
manual de campanas forma parte de la restauración de los campanarios, ya que
las campanas tocadas con martillos son “campanas sin alma”. Por ello proponemos
la creación de un taller de toque de campanas del cual puede salir un
grupo encargado del toque manual y de la conservación de las instalaciones (la
torre que más se estropea es aquella en la que no se sube a tocar). Sería
deseable que, al menos en los días señalados para Talavera, es decir,
festividades patronales, fiestas de hermandades y fiestas solemnes de toda la
Iglesia (Navidad, Semana Santa y Corpus Christi), las campanas pudiesen ser
tañidas a mano.
Así
mismo, es interesante señalar, siempre que sean tocadas de forma manual, no
existe posibilidad de denuncia ni sanciones, al estar el toque manual de las
campanas protegido como Patrimonio Inmaterial (véase el Real Decreto 296/2019, de
22 de abril - https://www.boe.es/diario_boe/txt.php?id=BOE-A-2019-6064-). Esto supone un aliciente si cabe para implementar
en la medida de lo posible el toque a mano de los bronces.
Puesto que desconocemos la
tradición de toques de la colegiata de Talavera, adjuntamos a continuación una
consueta estándar (ANEXO I) que sería
válida para cualquier parroquia de la archidiócesis toledana. En caso de que
los toques memorizados en el ordenador que controla los electromazos no se
correspondan con los toques originales del pueblo, recomendamos encarecidamente
que en la próxima visita de mantenimiento de la instalación por parte de la
empresa campanera, se les inste a sustituir los toques por los que a
continuación adjuntamos: en cada diócesis había una forma propia de tocar
las campanas, y ello supone una riqueza inmaterial tanto cultural como
litúrgica.
6. ANEXO I
JERARQUIZACIÓN LITÚRGICA DE LOS TOQUES DE CAMPANA
1. INTRODUCCIÓN
En filosofía se denomina sustancia a aquella esencia que
subyace al accidente (el ente físico u objeto) y que constituye su ser: aquello
que le hace existir. Cuando las campanas, su uso y sus toques son desligados de
la liturgia de la Iglesia, pierden su sustancia. Puesto que el uso litúrgico de
los Sagrados Bronces constituye su ser mismo, se hace necesario conocer si
acaso someramente la liturgia de la Iglesia para comprender lo que se hace en
los campanarios y en último término saber lo que hay que hacer.
2. LA LITURGIA MILENARIA DE LA IGLESIA: EL RITO ROMANO O
TRIDENTINO
La campana tal como la conocemos actualmente nació y se
desarrolló en el seno de la liturgia de la Iglesia Roma, en lo que actualmente
se denomina rito Tridentino, Vetus Ordo, o simplemente liturgia tradicional.
La reforma del rito tridentino en el CV II ha supuesto la
desaparición de una parte importante de los toques al arrastrarlos al desuso.
Toques como el de viático, ánimas, oraciones de la mañana y la tarde, y un
largo etc han quedado en desuso al desaparecer los ritos a los que acompañaba
el toque de la campana, y no se vislumbra que, al menos en el futuro inmediato,
puedan ser recuperados. Otros, como los de misa, se han convertido en “fósiles
vivientes”, puesto que, los cambios llevados a cabo en la misa, hacen que
actualmente sea prácticamente imposible diferenciar misas rezadas, cantadas y
solemnes. Aun así, estos últimos toques pueden readaptarse a la liturgia actual
de la iglesia, como veremos más adelante.
Para entender los toques de misa, que son los que con más
frecuencia se llevan a cabo, debemos primero entender los 3 tipos de misas
tradicionales que existían en la liturgia tridentina:
MISA REZADA: La Misa rezada se
caracteriza porque la celebración se realiza sin mayor solemnidad, sin
asistencia de diácono y subdiácono, y sin canto del ordinario y el propio. No
se usa incienso. Puede (o no) haber fieles, que participan en ella
principalmente de forma interior o respondiendo a algunas de las
interlocuciones del sacerdote. 27
MISA CANTADA: La Misa cantada es
aquella que se celebra con majestuosidad y con todo el aparato de las
ceremonias de la Iglesia. Su característica principal es que el sacerdote
canta, efectivamente, las partes del formulario que las rúbricas prevén que ha
de decir de viva voz (Dominus vobiscum, Oremus, Colecta, Evangelio, prefacio,
Pater nóster, postcomunión). Durante la misa el sacerdote es ayudado por
monaguillos o sacristanes. Puede usarse incienso.
MISA SOLEMNE: vale para ella todo
lo dicho para la Misa cantada, con el añadido de que al sacerdote le ayudan
durante la celebración ministros sagrados (diácono o subdiácono revestido) y el
uso preceptivo del incienso.
Conocidos los tipos de misa, es conveniente conocer por
encima la categoría litúrgica del día en que se celebra la misa en función de
las Horas Litúrgicas. Antiguamente estos se dividían en:
Fiestas dobles de primera clase:
•
• Navidad
•
• Epifanía
•
• Triduo Pascual
•
• Ascensión
•
• Pentecostés
•
• Stma Trinidad
•
• Corpus Christi
•
• Corazón de Jesús
•
• Cristo Rey
•
• Inmaculada Concepción
•
• Anunciación de María
•
• Asunción
•
• San Miguel Arcangel
•
• San Juan bautista
•
• San José
•
• San Pedro y San Pablo
•
• Todos los Santos
Fiestas Dobles de segunda clase: la mayoría corresponde a
fiestas de los apóstoles, evangelistas, y otras fiestas de la Virgen María.
Dominicas: todos los domingos del año.
Ferias: todo día de la semana que no sea el Domingo. 28
3. CALENDARIO Y ESQUEMA GENERAL DE TOQUES
3.1. TOQUES DE MISA
a) ¿Cuántos son?
La mayoría de toques de misa que han llegado a nosotros
siguen el esquema siguiente: Toque de Misa diaria. Toque de Misa el Domingo.
Toque de Misa de fiesta. Toque de Misa solemne.
Como podemos intuir, se corresponden a la combinación de los
tipos de misa con la categoría litúrgica del día.
b) ¿Cómo se tocan?
De forma general, en toda la zona central de España, que
correspondía a los territorios del Arzobispado de Toledo, estos toques tienen
un esquema definido:
Toque de Misa diaria:
un repique sencillo (dos campanas
alternas) media hora antes de misa (o bien una sola campana tañendo), y un
segundo toque, en que se tañe solo una campana, unos instantes antes de
comenzar la misa.
Toque de Misa de Domingo:
Media hora antes de misa: repique alterno simple de dos
campanas seguido de unos golpes de badajo (número variable) al finalizar el
repique*.
Un cuarto de hora antes de la misa: se tañe una sola campana
con golpes simples de badajo*.
Unos instantes antes de la misa: se tañe una sola campana
con golpes simples de badajo*.
*En algunos sitios se acostumbra a finalizar estos 3 toques
con 1 golpe de campana en el primer toque, 2 golpes en el segundo y 3 en el
tercer toque.
Toque de Misa de fiesta:
Media hora antes de misa: repique alterno “floreado” (es
decir, alternando ritmos) de dos campanas seguido de unos golpes de badajo
(número variable) al finalizar el repique.* 29
Un cuarto de hora antes de la misa: se tañe una sola campana
con golpes simples de badajo.*
Unos instantes antes de la misa: se tañe una sola campana
con golpes simples de badajo.*
*En algunos sitios se acostumbra a finalizar estos 3 toques
con 1 golpe de campana en el primer toque, 2 golpes en el segundo y 3 en el
tercer toque.
Toque de Misa Solemne:
Media hora antes de misa: volteo de la campana mayor del
campanario (o varias campanas) con repique de campanas de fondo. Se para de
voltear e instantáneamente le sigue un repique alterno “floreado” (es decir,
alternando ritmos) de dos campanas seguido de unos golpes de badajo (número
variable) al finalizar el repique.
Un cuarto de hora antes de la misa: se tañe una sola campana
con golpes simples de badajo.
Unos instantes antes de la misa: se tañe una sola campana
con golpes simples de badajo.
c) ¿Cuándo se tocan?
Toque de Misa diaria: para las
misas de los días de entresemana.
Toque de Misa de Domingo: para
las misas de domingo y aquellas misas de fiestas que no están en la lista de
doble de primera clase.
Toque de Misa de fiesta: para
todas las fiestas dobles de primera clase, y aquellas misas de la parroquia que
sean festividad (ejemplo: titulares de hermandades o devociones de la
parroquia).
Toque de Misa Solemne:
obligatorio en misas de patronos de parroquia, Jueves Santo, Domingo de
Resurrección y Corpus Christi. Opcionalmente para otras festividades, como la
Inmaculada, aunque se recomienda no abusar de este toque para no restarle
notoriedad cuando se efectúa. 30
3.2. TOQUES DE PROCESIÓN
a) ¿Cuándo se tocan?
A la salida de la imagen de la iglesia, por un tiempo
prudente sin excederse (no conviene que pasen los 10 min para no resultar
molesto) y antes de entrar la imagen a la iglesia, cuando desde el campanario
veamos el inicio del cortejo procesional y hasta que la imagen sea depositada
en el templo.
b) ¿Cómo se tocan?
Siguiendo el mismo esquema que para los toques de misas. De
forma general se usará el modelo de la primera llamada de los toques de fiesta
y solemnidad, ejecutándose con el mismo criterio y forma expuesto anteriormente
para las misas.
3.3. VÍSPERAS
a) ¿Cómo se tocan?
Siguiendo el mismo esquema que para los toques de misas. De
forma general se usará el modelo de la primera llamada de los toques de fiesta
y solemnidad, ejecutándose con el mismo criterio y forma expuesto anteriormente
para las misas.
b) ¿Cuándo se tocan?
Al finalizar la última misa del día previo a un día en que
vaya a haber misa de fiesta o solemne, por un tiempo máximo de 10 minutos.
3.4. DIFUNTOS
c) ¿Cómo se tocan?
Podemos distinguir entre señal de muerto y misas de funeral.
Señal de muerto: 12 (existe también la variante de 33)
campanadas sencillas con la campana mayor si el difunto ha hecho la comunión.
En caso de ser menor de 8 años (no haber recibido la comunión) tocar a párvulo:
con dos campanillos dar un repique a razón de una campanada por segundo
alternándolas.
Misas de funeral, novenario y aniversario: media hora antes de misa y unos minutos antes “doblar” las campanas, es decir, tocar dos campanas alternas de forma pausada. 31
d) ¿Cuándo se tocan?
Para dar las señales de defunción de un parroquiano, para
las misas antes mencionadas, y en la víspera del día de difuntos (noche del 1
al 2 de Noviembre) tocar a la puesta del sol.
3.5. TOQUE DE CONSAGRACIÓN
a) ¿Cómo se toca?
3 campanadas sencillas con la campana mayor de la torre.
b) ¿Cuándo se toca?
Al momento de alzar la Sagrada Forma y 3 al momento de
elevar el Cáliz. Solo en misas de Domingo o categoría superior.
3.6. TOQUE DEL GLORIA
a) ¿Cómo se toca?
Se debe procurar hacer sonar todas las campanas de la torre.
Se puede optar por voltear algunas o todas y repicar otras.
b) ¿Cuándo se toca?
EXCLUSIVAMENTE durante el canto del Gloria en las misas de
Jueves Santo, Vigilia Pascual (y Domingo de Resurrección) y Misa del Gallo (y
Navidad).
3.7. El ÁNGELUS
a) ¿Cómo se toca?
Existe una forma característica de interpretar este toque en
el antiguo Arzobispado de Toledo. Se inicia dando nueve campanadas con la
campana grande, de tres en tres (una por cada Avemaría) y a continuación un
sencillo repique o bien una campana pequeña a medio vuelo que viene a
corresponderse con la oración final del rezo. En algunas constituciones
sinodales se especifica que esta segunda parte podía ser sustituida en el toque
del atardecer por un repique o volteo acorde con la festividad del siguiente
día. Es decir, se interpretaba un toque similar a los de Vísperas. 32
b) ¿Cuándo se toca?
El rezo del “Ángelus” tradicionalmente se realizaba en tres
ocasiones a lo largo del día: al mediodía solar, al amanecer y al atardecer. El
de la mañana solía ser llamado “toque del alba” o “buenos días” y el de la
tarde “toque de oraciones”.
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