miércoles, 20 de julio de 2022

INFORME SOBRE LAS CAMPANAS Y SUS TOQUES DE LA COLEGIATA DE SANTA MARÍA LA MAYOR DE TALAVERA DE LA REINA

Álvaro Romera Sotillo, Carlos Jiménez Jiménez
2021

1. INTRODUCCIÓN.. 1

2. LA TORRE CAMPANARIO.. 1

3. LAS CAMPANAS ver entrada aparte

4. LOS TOQUES. 38

4.1 Toques actuales de campanas. 40

5. CONSERVACIÓN Y PROPUESTA ANTE UNA EVENTUAL RESTAURACIÓN.. 41

5.1 Las campanas en la archidiócesis toledana. 41

5.2 El yugo toledano. 41

.. 44

5.3 Propuesta para una eventual restauración

6. ANEXO I 49

 





1. INTRODUCCIÓN

El toque de campana es una de las parcelas patrimoniales que entrañan mayor complejidad conservativa: por un lado, está el patrimonio material, que son la torre y las campanas; por otro lado el inmaterial, los toques, que dan sentido a los campanarios y sus bronces. La primera labor de conservación es la documentación de campanas, campanarios y especialmente toques, para tener registro de ellos y preservarlos de la desaparición. Tanto las campanas como la torre y la instalación (herramientas y elementos que permiten el toque: yugos, poleas, tarimas) son también importantes, puesto que su función se orienta al toque, y en cada territorio se desarrolló una técnica y una serie de elementos tradicionales que también hay que preservar. 

Resulta cada vez más lejano, por desgracia, aquellos momentos en que las campanas regían el día a día de ciudades y pueblos, marcando cada uno de los momentos de la jornada a través de los toques de oración, señalando con viveza los domingos y fiestas y anunciando la muerte de un vecino.

No son instrumentos al uso: en la Edad Media se les bendecía (por el obispo) y se les imponía un nombre en un ritual solemne, en el que además se ungía con Crisma el bronce, reservado para la consagración de sacerdotes, cálices y patenas. Su voz, por tanto, en virtud de esta bendición se convertía en oración, es por ello que las campanas hayan sonado tradicionalmente en todo tipo de circunstancias, especialmente en momentos difíciles, en los que su actúa casi como intercesor. Por este motivo las campanas estaban tan íntimamente ligadas con las parroquias y pueblos, siendo conocidas generalmente con apelativos cariñosos.

La importancia de la que antaño gozaron los bronces ha ido progresivamente reduciéndose hasta casi desaparecer. Son cada vez más los campanarios que tocan de manera mecánica, sustituyendo las manos por martillos eléctricos y la capacidad creativa del campanero por un ordenador que mueve los martillos con toques estandarizados. Es por ello que la primera labor para preservar el toque de campanas es registrar los toques tradicionales.

2. LA TORRE CAMPANARIO

La torre campanario es una robusta obra compuesta por una sucesión de cuerpos levantados en diferentes momentos constructivos. El basamento y los dos primeros cuerpos son macizos, huecos solo en la escalera que circunda hasta llegar al cuerpo siguiente. Esta primera parte está construida en sillar y mampostería. Parece obra contemporánea a la propia colegiata (siglos XIV-XV) de estilo gótico mudéjar. El tercer cuerpo, realizado en sillar, parece levantado en época renacentista. En la cara que da a la fachada principal aparecen dos óculos que iluminan el interior y un escudo tallado en la parte superior, posiblemente perteneciente al Deán de la época. En su interior, este cuerpo presenta restos de una desaparecida bóveda que cubría la estancia y que debía servir de suelo para el campanario. Todavía son visibles los arranques de los arcos y los rebajes donde se encastraba la bóveda en el muro.

La construcción del cuarto cuerpo, el de campanas, y del remate octogonal y chapitel, están documentados en un artículo del historiador talaverano Juan Nicolau Castro (“Datos documentales sobre la Colegiata de Talavera de la Reina”, en Anales Toledanos, 15 (1982), pp. 19-39). El cuerpo del campanario, propiamente dicho, y el remate de la torre con el último cuerpo octogonal y el chapitel, son obra barroca de finales del siglo XVII y principios del siglo XVIII. Estos últimos cuerpos fueron diseñados y construidos por Teodoro Ardemans (o Ardemanus), nacido en Madrid en 1665 de ascendencia alemana, Arquitecto Mayor de la Catedral de Toledo desde 1694 y Arquitecto Mayor del Ayuntamiento de Madrid desde 1700. En el archivo de la Colegiata se conserva un cuadernillo con los gastos de construcción de la torre, fechado en 1702, especificando incluso los gastos de la pólvora y luminarias del día que se bendijo. Aunque el documento aparezca fechado en 1702, aparecen algunos gastos del año 1705, con lo cual creemos que la obra debió concluir en torno a esa fecha o al siguiente año, pues la campana del reloj, fundida al concluir la torre está fechada en 1706.

Las campanas litúrgicas se ubican en el último cuerpo de planta cuadrada. Los lados que dan al norte y al sur presentan una única ventana, mientras que las caras que miran al oeste y al este tienen un par de ventanales. Los paramentos exteriores de este cuerpo se decoran con sencillas pilastras flanqueando los ventanales y remate con cornisamento. El último cuerpo, de planta octogonal, está destinado a ubicar la campana del reloj en el ventanal que mira al este (y posiblemente también su maquinaria), así como el esquilón de coro (ventanal norte). Este cuerpo está protegido por una balaustrada de piedra sobre el cornisamento del cuerpo inferior, de forma que crea un espacio aterrazado alrededor del cuerpo octogonal. Remata la torre campanario un chapitel de estilo barroco también de finales del siglo XVII y principios del XVIII.

En la fachada principal, coronando el muro de la nave del evangelio, se encuentra la espadaña de la campana de señales, que, tocada desde el interior de la iglesia, servía para coordinar el toque de campanas con la liturgia dando señal de inicio y final de algunos toques.

Es importante señalar la ubicación de la casa del campanero, habitada hasta hace relativamente poco por la última campanera, que por edad tuvo que abandonar su oficio y trasladar su vivienda. De hecho, es común ver en fotografías antiguas macetas de geranios en el balcón de esta casa. El acceso a la torre y a la casa del campanero se realiza por la misma puerta, situada en la parte trasera de la torre. El primer tramo de escaleras transcurre entre los muros de la última capilla del lado del Evanglio y el muro de la torre. Al final de este primer tramo se bifurca la escalera: a la izquierda la entrada a la vivienda del campanero, a la derecha la entrada en la torre.

El primer tramo de escaleras de la torre es perimetral y transcurre entre el muro y el interior macizo. Este tramo (y el interior macizo del campanario) llega hasta el final del segundo cuerpo, y da acceso al interior de la sala anterior al cuerpo de campanas. Desde aquí parte una escalera amplia de vigas de hierro que da acceso al cuerpo de campanas. Esta escalera sustituyó a una antigua realizada posiblemente en madera o en madera y yeso. La escalera continúa desde la sala de campanas hasta el cuerpo superior. El solado del cuerpo de campanas y del cuerpo octogonal es nuevo, de viga de hierro y hormigón.

Es importante señalar el uso de material de acarreo de origen romano en los primeros cuerpos. Una de las piezas del dintel que sostiene la ventana geminada del segundo cuerpo es una lápida romana donde todavía es legible su inscripción.

La torre presenta dos cuerpos de campanas. En el cuerpo de campanas propiamente dicho (así se menciona incluso en la documentación), se encuentran las seis campanas litúrgicas, todas dotadas de yugo de madera para poderse tocar en movimiento. En el cuerpo octogonal se ubican la campana del reloj (ventanal este) y el esquilón de coro (ventanal norte). Imaginamos que, en esta misma estancia, protegido por una desaparecida caseta de madera, se encontraba la maquinaria del reloj, conservada actualmente en malas condiciones en un rincón de la sala. Muy seguramente las pesas del reloj cayeran por el cuerpo de campanas (se conserva una en uno de los ventanales de los cuerpos inferiores)

Las campanas debían tocarse desde varios sitios: la casa del campanero (al menos eso demuestra la escuadra situada bajo la campana (5), la sala de campanas (para toques  en movimiento), y desde la sala del tercer cuerpo, el inferior al cuerpo de campanas, para la ejecución de toques que no implicasen tañer las campanas de forma tan directa.


Torre campanario de la Colegiata.

Torre campanario de la Colegiata

Balcón de la antigua vivienda del campanero.

Entrada a la casa del campanero y a la torre.

Interior de la escalera de los cuerpos inferiores.

Escalera de acceso al campanario, restos de una antigua bóveda que debió servir de suelo al campanario.



Escalera de subida al cuerpo octogonal.

Campanario y campanas.

Cuerpo octogonal y esquilón de coro.


Solado del cuerpo octogonal.

Interior del chapitel

Estado original:

Hace no muchos años tuvo lugar una intervención en la que se sustituyó el solado del campanario, el solado del cuerpo octogonal y los tramos de escaleras. Intuimos que los actuales suelos de vigas y hormigón y las escaleras de vigas de hierro, vinieron a sustituir una estructura antigua posiblemente realizada con vigas de madera y yeso.

Estado actual:

El campanario se encuentra en estado de abandono. En una intervención llevada a cabo no hace muchos años los antiguos suelos y escaleras de la sala de campanas y del cuerpo octogonal (posiblemnte realizados en madera y yeso) fueron sustituidos por estructuras de hierro y hormigón. Llama la atención la anchura y dimensiones de la escalera, que en torres de este tipo suele ser bastante angosta y estrecha para poder dejar lo más diáfano posible el interior de los campanarios. En este caso podemos decir que casi divide en dos el espacio del campanario, apoyando la estructura en el espacio que queda entre los dos ventanales de la cara occidental.

Esta intervención afectó también a las campanas, de una forma que creemos mucho más respetuosa que la estructura interna sustituida. Salvo las dos campanas mayores, que fueron puntualmente intervenidas, sustituyendo únicamente los cojinetes por rodamientos autocentrados y algún herraje, en las cuatro campanas restantes los yugos fueron sustituidos por otros de madera de similar diseño. Se conservaron algunos herrajes de hierro, como por ejemplo las palancas de balanceo. Fue en esta intervención cuando se mecanizaron las campanas, tocadas hasta entonces a mano por la última campanera. Las campanas grandes fueron mecanizadas con martillos eléctricos. Las pequeñas fueron mecanizadas con motores de impulso para balancearlas y algunas con martillos eléctrico. La campana del reloj permanece colgada en una viga de madera, posiblemente la misma desde que fue fundida, sin uso. Lo mismo ocurre con el esquilón de coro del cuerpo octogonal y el esquilón de señales de la espadaña de la fachada. Según nos informó el párroco, intervención y mecanización de las campanas corrió a cargo de la empresa CAMPANAS QUINTANA (Saldaña).

Para evitar la entrada de palomas en la torre, se decidió poner una jaula en la parte interior de los ventanales, dejando la suficiente distancia para que permitiese el movimiento de las campanas al balancear. La justificación de este aparatoso sistema era evitar poner cualquier elemento en el exterior del campanario. Lo cierto es que, no sólo no evita la entrada de palomas en la torre, si no que además, no protege las campanas, cuyos depósitos de palomina en bronces y yugos evidencian una presencia más o menos constante.

El cuerpo octogonal está protegido con ocho redes que tapan los ocho ventanales y evitan la entrada de palomas. Estas redes protegen también a las campanas. No obstante, al encontrarse pegadas a ellas, no impiden que las palomas puedan posarse sobre la campana y crear depósitos de palomina.

En un rincón de la terraza del cuerpo octogonal se conserva la maquinaria del reloj. Esta pieza es un bien patrimonial de primer orden, ya que se trata de una maquinaria de hierro forjado, posiblemente realizada a principios del siglo XVIII para el recién estrenado campanario. Esta maquinaria parece que se dejó depositada en ese lugar mientras se trabajaba en la realización del solado de la sala. La maquinaria se encuentra en un estado lamentable, cubierto de inmundicias y palomina, expuesto a las inclemencias meteorológicas.

 

3. LAS CAMPANAS

Ver entrada aparte

4. LOS TOQUES

Lamentablemente desconocemos los toques tradicionales de esta torre campanario, pero sabemos que se han estado tocando a mano hasta hace pocos años. La última campanera vivía en la casa del campanero y tocaba diariamente las campanas. Abandonó la vivienda hace una o dos décadas. Ssegún nos informó el actual párroco, que llegó a conocer a la campanera, uno de los toques era conocido de forma onomatopéyica como “don Simón”, posiblemente debido al uso de tres campanas (don – si -món). Según la información aportada por el párroco, estos últimos toques manuales eran todos tocados con cuerda a los badajos, sin mover las campanas.

Teniendo en cuenta que la primitiva Colegiata tenía un cabildo de Canónigos como el de la Catedral y que se observan ciertas coincidencias en la estructuración de campanas con la que se puede apreciar en la sede toledana, es de suponer que los toques debían ser similares a los de la Catedral Primada, los cuales están documentados. Estos, básicamente se dividían en dos grupos: los toques litúrgicos propiamente dichos para el rezo de las Horas Canónicas y los clamores de difunto. Los toques del rezo de las horas eran el grueso de los toques, y estos variaban en función de la hora y la clase festiva del día. En el caso de la Catedral se distinguían dos tipos generales de toques para las Horas Canónicas; las horas “menores” (en la Primada eran Prima, Sexta, Nona, Completas – sólo se tocaban en Cuaresma – y Laudes), en las cuales solo se tocaba una campana a pino; las horas “mayores” (Tercia, Víspera y Maitines) se tocaban con una, dos, tres o todas las campanas según la categoría de la festividad. Una peculiaridad de la forma de tocar de la Primada como signo de distinción es que nunca se tocaba más de una campana a la vez, sino que tocaban de una en una, por turnos de campanas. La particular forma de tocar a las horas “mayores” se dividía en “claustros”, forma de toque que venía a durar un tiempo concreto (7-8 minutos) y según las horas o circunstancias se tocaban dos o tres “claustros” con pausa entre medias. Estos toques eran interpretados balanceando las campanas hasta dejarlas invertidas a pino, de forma que una vez parada la campana tañía la siguiente en tamaño, así todas de una en una. El resultado de esta particular forma es de una gravedad y solemnidad que fue incluso signo de distinción de la propia Catedral. Es muy probable que la forma original de tocar las campanas en la Colegiata de Talavera imitase ese tipo de toque de la Catedral de Toledo, ya que imitaciones de ese tipo de toque se han encontrado en otras localidades de la provincia (Toque de Solem, en Yepes).

Los clamores eran tocados en caso de fallecimiento del Rey, Principe, Papa, Arzobispo, Nuncio, Deán, Canónigo, Capellán o noble. El número de campanas variaba según la dignidad del finado. Este toque era tocado al conocerse el fallecimiento, al concluir las Oraciones diarias (Mediodía, Anochecer y Alba), así como en el el rezo del oficio (1er Nocturno de Maitines de difuntos), Misa de Requien, Entierro (si se hacía en el propio templo) o al rezo del respondo en Aniversarios. Estos toques eran interpretados con badajo con diferente número de campanas, siendo mayor cuanta mayor dignidad tenía el personaje finado.

Al igual que en la Primada, el esquilón de Coro, tenía un papel muy importante en el funcionamiento del templo talaverano, pues indicaba el momento de entrar en el coro a los canónigos y religiosos de la Colegiata. Aunque las Horas Canónicas hacen referencia a las horas solares y a un momento concreto de la jornada, en las Catedrales y Colegiatas las horas solían rezarse una detrás de la otra, sin atender a su hora concreta. Podemos decir entonces que había una primera sesión de Coro que empezaba en torno a las siete u ocho de la mañana, en la cual se rezaba Prima, Tercia y Sexta, oficiándose la Misa Mayor o conventual tras el rezo de Tercia y antes de Sexta. Por la tarde se rezaban Nona, Vísperas y Completas, y por la noche, en torno a las doce, Maitines y Laudes. Hablamos entonces de tres sesiones de coro, por la mañana, por la tarde y por la noche siendo el esquilón de coro era el encargado de convocar a los Canónigos a estas tres sesiones diarias. En Toledo tañía durante media hora en tres tiempos “a pino”, es decir, balanceándose hasta quedarse invertido sin llegar a dar una vuelta completa.

Así mismo, es importante tener en cuenta que las campanas litúrgicas talaveranas se encuentran organizadas internamente por parejas, del mismo modo que aparecen mencionadas las campanas de la Primada. En la documentación catedralicia se dice que las campanas están organizadas por voces tiples (agudas), contraaltos, tenores y contrabajas, del mismo modo que las voces humanas. Trasladando esta división pareada al conjunto talaverano, podemos decir que pueden organizarse por parejas según el tono, siendo más evidente y distante de las otras la pareja de campanas grandes.

Las técnicas de toque debieron ser variadas. Si nos atenemos a las formas de la Catedral Primada, estos se hacían balanceando las campanas hasta dejarlas “a pino” es decir, inmovilizadas de forma invertida con la campana hacia arriba. Este sistema de toque debía ser el propio de los toques a las Horas Canónicas. Los toques a badajo debían realizarse con el toque a badajo de las campanas, del mismo modo que el toque de las Oraciones diarias (las tres “Ave Marías” - Alba, mediodía y anochecer-, Alzar -durante la Misa Mayor- y Ánimas), con especial protagonismo de la campana Gorda.

Entendemos que el lugar propio donde realizar los toques era el propio campanario, de forma que el campanero tenía un acceso directo a los bronces, especialmente durante los toques “a pino”, cuya técnica exigía estar junto a las campanas. Los toques a badajo se realizarían desde la propia sala o bien desde la sala inferior, mucho más cercana a la casa del campanero y protegida de las inclemencias meteorológicas. No obstante, sabemos que algunos toques debían realizarse desde la propia casa del campanero, como lo demuestra la presencia de una escuadra en el ventanal que hay sobre el tejado de la vivienda para guiar hasta allí la soga atada al badajo. Desde este lugar, se realizarían al menos los toques de Oración diaria, que se debían ejecutar a badajo con la campana Gorda.

En el Arzobispado de Toledo es posible encontrar diferentes técnicas para tocar las campanas en movimiento: por un lado, está el balanceo hasta dejarla “a pino” (como se decía en la documentación antigua), es decir, parada con la copa arriba, de forma que volviera a dar otra vuelta en sentido contrario. Esta forma de toque, que se realizaba exclusivamente con cuerda, dio lugar al volteo continuado en un mismo sentido, que en el antiguo arzobispado se realizaba a mano, empujando la cabeza o el bronce cuando pasaba por delante del campanero. Esta forma es más moderna y debió popularizarse entre el siglo XVIII y XIX. En algunas torres parroquiales del antiguo arzobispado (pocas) el volteo continuado no se ha dado. No sabemos si en este campanario talaverano se produjo el cambio de toque “a pino” a volteo. Lo más probable es que, dada la ruina en la que se sumió la iglesia española después de la desamortización de Mendizábal (1836), se simplificaran los toques. Por las descripciones someras que nos facilitó el párroco de la Colegiata, los últimos toques manuales eran realizados tocando las campanas a badajo. Es probable que ocurriera un proceso similar al de la Catedral Primada, que en el siglo XIX se dejaron fijadas todas las campanas, de manera que todos los toques se realizasen con cuerda.

Al respecto, las propias campanas nos hablan de su historia material: el movimiento de las campanas genera un doble desgaste en el interior del bronce, fruto de la percusión del badajo a ambos lados de la pared del bronce. La presencia de desgastes a ambos lados en la campana Santa María – la Gorda- (6) (1655) y la ausencia del desgaste de la parte que da al exterior en la campana Ntra. Sra. del Sagrario (5) (1860) nos hacen sospechar que las campanas se debieron fijar en torno a mediados del siglo XIX, al igual que sucedió en la Catedral de Toledo. Este cambio pudo venir además propiciado por la disolución de la Colegiata tras el Concordato de 1851, pasando el templo a convertirse en Parroquia Mayor de la ciudad. De hecho, la inscripción de la Campana Ntra. Sra. del Sagrario (5) habla ya de Parroquia y no de Colegiata.

4.1 Toques actuales de campanas

Tras dejar su vivienda y su oficio la última campanera, la torre fue restaurada y las campanas mecanizadas.  La mecanización, supervisada por el arquitecto, se basó en la recuperación de balanceo de las cuatro campanas pequeñas y el toque exclusivo con martillos eléctricos de las dos grandes. Cabe una duda que no hemos podido resolver, que es la presencia de rodamientos autocentrados de las dos campanas mayores ¿se balanceaban o volteaban a mano en alguna ocasión?, ¿se planteó dotar de motor de impulsos a estas campanas? No lo sabemos, lo cierto es que han estado tocando de forma mecánica durante unos años hasta que se decidió dejar de tocarlas. Actualmente las campanas permanecen mudas. 


5. CONSERVACIÓN Y PROPUESTA ANTE UNA EVENTUAL RESTAURACIÓN

Debido al desconocimiento general sobre el tema, en buena parte suscitado por la ausencia de campaneros (que han sido sustituidos en los últimos años por autómatas eléctricos), a continuación se expone una pequeña guía de consideraciones y exigencias que deben cumplirse ante una eventual restauración o intervención del campanario, con el fin de evitar la destrucción de patrimonio material (piezas de bronce, yugos y estética de la torre) e inmaterial (imposibilidad de ejecutar los toques tradicionales del campanario).

En primer lugar, se exponen unas nociones básicas sobre las campanas del Arzobispado de Toledo, seguido de recomendaciones particularizadas para el campanario de Fuensalida.

5.1 Las campanas en la archidiócesis toledana

La morfología de las campanas, esto es, su aspecto externo, varía según la provincia eclesiástica en que nos encontremos. Esta morfología viene determinada en su mayor parte por la forma que presente el yugo que sujeta la campana.

Esta morfología del yugo determina también de forma decisiva el tipo de toque que se puede realizar con la campana (repique, medio vuelo o volteo) y el sonido que genera la misma (especialmente en los volteos y medios vuelos).

El yugo no es ni más ni menos que el contrapeso que tienen las campanas para poder ser osciladas.

Se piensa que este tipo de toque (el paso del repique con cuerda al volteo u oscilación) surgió a finales de la Edad Media en el sur peninsular (archidiócesis sevillana) extendiéndose después al levante y centro peninsular. En el sur y el levante este tipo de toque se adquirió en la forma de volteo de la campana, lo que genera un ritmo ternario (2 golpes y un silencio) en cada vuelta completa. Por su parte en el centro peninsular, especialmente en la provincia eclesiástica de Toledo (la actual Castilla-La Mancha, Madrid y sur de Castilla y León) el toque de campana en movimiento evolucionó a dos variantes: el volteo como en el sur y levante y el medio vuelo. Si el volteo genera un ritmo ternario (dos golpes y silencio) el medio vuelo genera un ritmo binario de dos golpes consecutivos rítmicos.

Para poner en práctica estos toques surgió el denominado yugo “toledano” que a continuación pasamos a describir.

5.2 El yugo toledano

Se denomina yugo toledano a una morfología de yugo propia del centro peninsular surgida en la archidiócesis de Toledo.

De forma general un yugo se compone de las siguientes partes:

·         Eje: Los ejes son dos piezas de hierro insertas en acanaladuras realizadas en la parte inferior de cada lado del brazo, de forma que no entren en contacto con el bronce e impidan la transmisión de la vibración al muro. Sujetan la campana a la torre y suelen asentarse sobre unos cojinetes que tradicionalmente eran de madera, estando estos empotrados en la pared de la torre.

·         Brazo: El brazo es la pieza de madera donde se sitúa el eje de giro. Esta pieza es la principal de todo el conjunto, pues lleva fijada en los ejes.

·         Cabeza: es la parte superior del yugo y sirve en buena medida de contrapeso. Su tamaño y forma son muy variables.

Adicionalmente los yugos pueden poseer una palanca inserta en el brazo para oscilar o voltear la campana. En el caso de Toledo, todos los yugos originales poseen esta palanca que permitía a los campaneros manejar las campanas durante los toques.

El tipo de yugo determina el contrapeso que posee la campana. En el caso de los yugos toledanos se trata de yugos relativamente pequeños para el tamaño de la campana, que contrapesan poco por sí mismos y se sirven de parte de la campana para que ella misma sirva de contrapeso. Para conseguir que parte de la campana contrapese el yugo se desarrollaron ejes acodados, en forma de “L”, que son típicos de la diócesis toledana.

Además de presentar los ejes acodados, el yugo toledano tiene rebajado el brazo, de forma que la campana queda embutida dentro de esta pieza del yugo, lo que otorga mayor robustez al conjunto.

La cabeza suele ser en general estrecha y estilizada, otorgando esbeltez al conjunto, y más que para contrapesar sirve para manejar la campana en los volteos junto con la palanca.

Los abarcones que sujetan la campana suelen estar fijados mediante tornillos a una pieza de madera más pequeña dispuesta transversalmente a la cabeza en la parte superior.

Así mismo, estos yugos suelen tener refuerzos metálicos semicirculares en el brazo para prevenir que la madera del yugo se raje por el peso de la campana o por secarse demasiado la madera.

Este tipo de yugo permite un control muy preciso de la pieza durante los volteos, permitiendo tocarla a volteo completo y dejando la campana invertida boca arriba sin mucho esfuerzo.

Así mismo permite reducir las dimensiones del vano del campanario para instalar la campana, al estar situado la línea de giro dentro del perfil de la propia campana.

Esta línea de giro no representa el punto exacto en que queda el 50% del peso por encima de ella y el 50% por debajo: de ser así, con un simple impulso la campana podría pasar bastante tiempo volteando sin volver a impulsarla. En realidad, representa el punto en que la descompensación de peso entre la parte inferior y superior es más o menos del 20-25 % del peso a favor de la parte inferior. Esta descompensación es la que permite precisamente dejar parada boca arriba la campana sin mucho esfuerzo, y es la que otorga al volteo de las campanas de estilo toledanas 2 golpes más rápidos y alegres que las valencianas. El ritmo sería así más parecido a 2 golpes y dos silencios que a 2 golpes y silencio como es el caso de las campanas de estilo valencianas.

El yugo de estilo toledano además permite una oscilación de la campana sin que esta llegue a dar la vuelta completa, generándose un ritmo binario alegre. En el caso de los yugos valencianos, esta oscilación se usa para dar los toques de muerto, ya que el elevado contrapeso de sus yugos hace que el ritmo de este toque sea muy lento y suene a “campanadas” de difunto.

Todos estos motivos serían más que suficientes para argumentar a favor de conservar este tipo de yugo en las iglesias en las que ya estaba presente. A ello se suma la alteración estética que supone su sustitución, modificando notablemente la imagen del campanario. 


A continuación, adjuntamos unas indicaciones sobre las proporciones estándar de los yugos toledanos para su correcto equilibrado, y unos esquemas ilustrativos sobre este tipo de yugos: 

 

 




        




                                                                                                                                                                                                                                                                                   


                                                                                                                                                                                         










                                                                                                       




 

 5.3 Propuesta para una eventual restauración

Para concluir incluimos una serie de recomendaciones sobre la conservación de las campanas. En primer lugar, planteamos una serie de consejos sencillos como medidas preventivas para mejorar las condiciones de las campanas relativos a los badajos y la protección contra aves; en un segundo lugar pasaremos a cuestiones de mayor complejidad, con unas orientaciones básicas sobre la restauración de las campanas.

El ideal que habitualmente planteamos en las propuestas de restauración es dejar el campanario de forma que se pueda tocar manualmente, tal y cómo se hacía antaño. Por eso, todas las intervenciones deben estar orientadas a respetar la instalación tradicional, conservarla y restaurarla.

1.- Redes anti-palomas: El actual sistema de jaulas interiores con redes no supone un obstáculo visual para la torre, pero es cierto que no cumple su objetivo de proteger de las palomas, pues estas pueden entrar en los ventanales y acceder a las campanas. Habría que buscar un sistema de red que protegiese también a las campanas. Una posible solución podría ser retranquear un poco las cuatro campanas litúrgicas pequeñas de forma que se pudiera poner una red de bajo impacto visual enrasada con el paramento de cada ventanal. En el caso de los ventanales de las dos campanas grandes sería necesario colocar una sencilla estructura metálica que no impidiese el choque de las campanas con la red de bajo impacto visual. Este sistema también podría ser aplicable en las cuatro campanas pequeñas, sin necesidad de retranquearlas. Habría otra posible opción, poco empleada, pero efectiva. Es la colocación de redes persiana, diseñadas de tal forma que antes de tocar se subieran a mano. Este sistema solo podría ser posible si las campanas se tocan a mano.  Aparte de estas soluciones, hay una medida disuasoria mucho más efectiva: la presencia de campaneros en la torre.

2.- Restauración de las campanas: las campanas presentan una capa de suciedad que ahoga su sonido. Para suprimir esa costra de suciedad adherida proponemos la limpieza de los bronces con chorro de arena húmedo. Los badajos parecen los originales y presentan buen estado de conservación, deben conservarse.

3.- Yugos de madera: Las dos campanas mayores todavía conservan sus yugos tradicionales, las cuatro pequeñas tienen yugos nuevos que siguen con mucha fidelidad los antiguos y que demás conservan herrajes de los antiguos. Planteamos que los dos yugos de las campanas grandes puedan también restaurarse para poder moverse. El yugo de la Gorda presenta un estado de conservación muy bueno, se podrían conservar íntegro sin necesidad de cambiar ninguna pieza. En cambio, el yugo de la otra campana grande, Ntra. Sra. del Sagrario (5), presenta un estado de conservación un poco más degradado, especialmente en la parte exterior. En este caso habría que estudiar la posibilidad de poder restaurar estas piezas de madera degradadas o si es necesario sustituir estas piezas por otras de igual perfil.

Los dos esquilones también tienen yugos de madera. El del esquilón de coro presenta un buen estado de conservación, en cambio el de señales debe ser sustituido por otro di igual perfil, reutilizándose, siempre que se garantice su seguridad, todos los herrajes.

La campana del reloj tiene un yugo de madera fijo que presenta un buen estado de conservación.

4.- Mecanización campanas: La actual mecanización es correcta, no obstante, proponemos algunas modificaciones:

·         Cambio en el sistema de mecanización. El actual sistema de motores de impulsos está diseñado para balancear las campanas hasta aproximadamente la mitad de altura. Este sistema se debería sustituir por otro que permitiese a las campanas llegar a la vertical hasta quedar invertidas. Este sistema de mecanización no es nuevo, y es empleado en Italia, aparentemente con muy buenos resultados. Estos motores se ayudan de unos topes (que deben funcionar con electroimanes) que dejan invertida la campana.

·         Mecanización de las dos campanas grandes, y los dos esquilones: las dos campanas grandes se pondrían en el lado contrario a de la palanca. En las dos campanas grandes se conservarán los martillos eléctricos, en el mismo lado que el motor.

·         Mecanización de los dos esquilones (de coro y de señales) con motor de impulsos. Estas campanas se tocarán exclusivamente con los motores de impulsos (hasta poderse quedar parados a pino) y de forma aislada una y otra, sin participar en otros toques con las campanas litúrgicas.

·         Esta mecanización debe ser compatible con el toque manual. Actualmente se entiende la mecanización como una herramienta de ayuda al campanero, no como sustitución del campanero.

5.- Reloj: Dentro de todo el patrimonio relativo a las campanas, el de relojes mecánicos es el más vulnerable de todos, puesto que la tendencia generalizada es sustituir la maquinaria antigua por un ordenador, que a la postre, da casi más problemas que un reloj mecánico. Además, la vida útil de este tipo de ordenadores suele ser bastante corta en comparación con uno mecánico. Por desgracia el destino de muchas de estas maquinarias es un cuarto almacén de la iglesia, del ayuntamiento, de una persona interesada por la historia local, o sencillamente la chatarrería. Son muchas las maquinarias que han desaparecido, algunas de ellas históricas, del siglo XVIII o anteriores. Durante la documentación del campanario pudimos comprobar que la maquinaria del reloj se encuentra arrumbada en una esquina de la terraza del cuerpo octogonal. Debemos tener en cuenta que actualmente existen numerosos medios que nos permiten recuperar viejas maquinarias mecánicas. A ellas se puede agregar motores que diariamente suben las pesas, así como un ordenador que corrija posibles desfases horarios. Es necesaria la recuperación de esta maquinaria del reloj, realizada con piezas de hierro de forja, tipología de reloj anterior a las maquinarias industriales del siglo XIX. Creemos que esta maquinaria debía encontrarse en el centro del cuerpo octogonal, protegido de las inclemencias meteorológicas por una caseta de madera o de obra. Esta procesión es necesaria para garantizar el correcto funcionamiento de la maquinaria, y aislarla de fuertes alteraciones de temperatura, del viento y de la lluvia.

6.- Recuperación de toques: Habría que hacer un estudio en profundidad de los últimos toques manuales que se realizaban. Esta investigación tendría que realizarse también en el archivo de la Colegiata. Es probable que un templo de esta categoría conserve alguna referencia a los toques o bien una regla de toque, habitual en las catedrales. Conforme a esta investigación se debería elaborar una lista de toques atendiendo a las celebraciones cultuales del templo y programar los toques conforme a ellos.

7.- Recomendamos así mismo que se procure el conocimiento del repertorio de toques tradicional a las nuevas generaciones a través de actividades. La recuperación del toque manual de campanas forma parte de la restauración de los campanarios, ya que las campanas tocadas con martillos son “campanas sin alma”. Por ello proponemos la creación de un taller de toque de campanas del cual puede salir un grupo encargado del toque manual y de la conservación de las instalaciones (la torre que más se estropea es aquella en la que no se sube a tocar). Sería deseable que, al menos en los días señalados para Talavera, es decir, festividades patronales, fiestas de hermandades y fiestas solemnes de toda la Iglesia (Navidad, Semana Santa y Corpus Christi), las campanas pudiesen ser tañidas a mano.

 

Así mismo, es interesante señalar, siempre que sean tocadas de forma manual, no existe posibilidad de denuncia ni sanciones, al estar el toque manual de las campanas protegido como Patrimonio Inmaterial (véase el Real Decreto 296/2019, de 22 de abril - https://www.boe.es/diario_boe/txt.php?id=BOE-A-2019-6064-). Esto supone un aliciente si cabe para implementar en la medida de lo posible el toque a mano de los bronces.

 

Puesto que desconocemos la tradición de toques de la colegiata de Talavera, adjuntamos a continuación una consueta estándar  (ANEXO I) que sería válida para cualquier parroquia de la archidiócesis toledana. En caso de que los toques memorizados en el ordenador que controla los electromazos no se correspondan con los toques originales del pueblo, recomendamos encarecidamente que en la próxima visita de mantenimiento de la instalación por parte de la empresa campanera, se les inste a sustituir los toques por los que a continuación adjuntamos: en cada diócesis había una forma propia de tocar las campanas, y ello supone una riqueza inmaterial tanto cultural como litúrgica.

 

6. ANEXO I

JERARQUIZACIÓN LITÚRGICA DE LOS TOQUES DE CAMPANA

1. INTRODUCCIÓN

En filosofía se denomina sustancia a aquella esencia que subyace al accidente (el ente físico u objeto) y que constituye su ser: aquello que le hace existir. Cuando las campanas, su uso y sus toques son desligados de la liturgia de la Iglesia, pierden su sustancia. Puesto que el uso litúrgico de los Sagrados Bronces constituye su ser mismo, se hace necesario conocer si acaso someramente la liturgia de la Iglesia para comprender lo que se hace en los campanarios y en último término saber lo que hay que hacer.

2. LA LITURGIA MILENARIA DE LA IGLESIA: EL RITO ROMANO O TRIDENTINO

La campana tal como la conocemos actualmente nació y se desarrolló en el seno de la liturgia de la Iglesia Roma, en lo que actualmente se denomina rito Tridentino, Vetus Ordo, o simplemente liturgia tradicional.

La reforma del rito tridentino en el CV II ha supuesto la desaparición de una parte importante de los toques al arrastrarlos al desuso. Toques como el de viático, ánimas, oraciones de la mañana y la tarde, y un largo etc han quedado en desuso al desaparecer los ritos a los que acompañaba el toque de la campana, y no se vislumbra que, al menos en el futuro inmediato, puedan ser recuperados. Otros, como los de misa, se han convertido en “fósiles vivientes”, puesto que, los cambios llevados a cabo en la misa, hacen que actualmente sea prácticamente imposible diferenciar misas rezadas, cantadas y solemnes. Aun así, estos últimos toques pueden readaptarse a la liturgia actual de la iglesia, como veremos más adelante.

Para entender los toques de misa, que son los que con más frecuencia se llevan a cabo, debemos primero entender los 3 tipos de misas tradicionales que existían en la liturgia tridentina:

MISA REZADA: La Misa rezada se caracteriza porque la celebración se realiza sin mayor solemnidad, sin asistencia de diácono y subdiácono, y sin canto del ordinario y el propio. No se usa incienso. Puede (o no) haber fieles, que participan en ella principalmente de forma interior o respondiendo a algunas de las interlocuciones del sacerdote. 27

MISA CANTADA: La Misa cantada es aquella que se celebra con majestuosidad y con todo el aparato de las ceremonias de la Iglesia. Su característica principal es que el sacerdote canta, efectivamente, las partes del formulario que las rúbricas prevén que ha de decir de viva voz (Dominus vobiscum, Oremus, Colecta, Evangelio, prefacio, Pater nóster, postcomunión). Durante la misa el sacerdote es ayudado por monaguillos o sacristanes. Puede usarse incienso.

MISA SOLEMNE: vale para ella todo lo dicho para la Misa cantada, con el añadido de que al sacerdote le ayudan durante la celebración ministros sagrados (diácono o subdiácono revestido) y el uso preceptivo del incienso.

Conocidos los tipos de misa, es conveniente conocer por encima la categoría litúrgica del día en que se celebra la misa en función de las Horas Litúrgicas. Antiguamente estos se dividían en:

 

 

Fiestas dobles de primera clase:

                    • Navidad

                    • Epifanía

                    • Triduo Pascual

                    • Ascensión

                    • Pentecostés

                    • Stma Trinidad

                    • Corpus Christi

                    • Corazón de Jesús

                    • Cristo Rey

                    • Inmaculada Concepción

                    • Anunciación de María

                    • Asunción

                    • San Miguel Arcangel

                    • San Juan bautista

                    • San José

                    • San Pedro y San Pablo

                    • Todos los Santos

 

Fiestas Dobles de segunda clase: la mayoría corresponde a fiestas de los apóstoles, evangelistas, y otras fiestas de la Virgen María.

Dominicas: todos los domingos del año.

Ferias: todo día de la semana que no sea el Domingo. 28

 

3. CALENDARIO Y ESQUEMA GENERAL DE TOQUES

 

3.1. TOQUES DE MISA

a) ¿Cuántos son?

La mayoría de toques de misa que han llegado a nosotros siguen el esquema siguiente: Toque de Misa diaria. Toque de Misa el Domingo. Toque de Misa de fiesta. Toque de Misa solemne.

Como podemos intuir, se corresponden a la combinación de los tipos de misa con la categoría litúrgica del día.

b) ¿Cómo se tocan?

De forma general, en toda la zona central de España, que correspondía a los territorios del Arzobispado de Toledo, estos toques tienen un esquema definido:

Toque de Misa diaria:

un repique sencillo (dos campanas alternas) media hora antes de misa (o bien una sola campana tañendo), y un segundo toque, en que se tañe solo una campana, unos instantes antes de comenzar la misa.

Toque de Misa de Domingo:

Media hora antes de misa: repique alterno simple de dos campanas seguido de unos golpes de badajo (número variable) al finalizar el repique*.

Un cuarto de hora antes de la misa: se tañe una sola campana con golpes simples de badajo*.

Unos instantes antes de la misa: se tañe una sola campana con golpes simples de badajo*.

*En algunos sitios se acostumbra a finalizar estos 3 toques con 1 golpe de campana en el primer toque, 2 golpes en el segundo y 3 en el tercer toque.

Toque de Misa de fiesta:

Media hora antes de misa: repique alterno “floreado” (es decir, alternando ritmos) de dos campanas seguido de unos golpes de badajo (número variable) al finalizar el repique.* 29

Un cuarto de hora antes de la misa: se tañe una sola campana con golpes simples de badajo.*

Unos instantes antes de la misa: se tañe una sola campana con golpes simples de badajo.*

*En algunos sitios se acostumbra a finalizar estos 3 toques con 1 golpe de campana en el primer toque, 2 golpes en el segundo y 3 en el tercer toque.

Toque de Misa Solemne:

Media hora antes de misa: volteo de la campana mayor del campanario (o varias campanas) con repique de campanas de fondo. Se para de voltear e instantáneamente le sigue un repique alterno “floreado” (es decir, alternando ritmos) de dos campanas seguido de unos golpes de badajo (número variable) al finalizar el repique.

Un cuarto de hora antes de la misa: se tañe una sola campana con golpes simples de badajo.

Unos instantes antes de la misa: se tañe una sola campana con golpes simples de badajo.

c) ¿Cuándo se tocan?

Toque de Misa diaria: para las misas de los días de entresemana.

Toque de Misa de Domingo: para las misas de domingo y aquellas misas de fiestas que no están en la lista de doble de primera clase.

Toque de Misa de fiesta: para todas las fiestas dobles de primera clase, y aquellas misas de la parroquia que sean festividad (ejemplo: titulares de hermandades o devociones de la parroquia).

Toque de Misa Solemne: obligatorio en misas de patronos de parroquia, Jueves Santo, Domingo de Resurrección y Corpus Christi. Opcionalmente para otras festividades, como la Inmaculada, aunque se recomienda no abusar de este toque para no restarle notoriedad cuando se efectúa. 30

 

3.2. TOQUES DE PROCESIÓN

a) ¿Cuándo se tocan?

A la salida de la imagen de la iglesia, por un tiempo prudente sin excederse (no conviene que pasen los 10 min para no resultar molesto) y antes de entrar la imagen a la iglesia, cuando desde el campanario veamos el inicio del cortejo procesional y hasta que la imagen sea depositada en el templo.

b) ¿Cómo se tocan?

Siguiendo el mismo esquema que para los toques de misas. De forma general se usará el modelo de la primera llamada de los toques de fiesta y solemnidad, ejecutándose con el mismo criterio y forma expuesto anteriormente para las misas.

 

3.3. VÍSPERAS

a) ¿Cómo se tocan?

Siguiendo el mismo esquema que para los toques de misas. De forma general se usará el modelo de la primera llamada de los toques de fiesta y solemnidad, ejecutándose con el mismo criterio y forma expuesto anteriormente para las misas.

b) ¿Cuándo se tocan?

Al finalizar la última misa del día previo a un día en que vaya a haber misa de fiesta o solemne, por un tiempo máximo de 10 minutos.

 

3.4. DIFUNTOS

c) ¿Cómo se tocan?

Podemos distinguir entre señal de muerto y misas de funeral.

Señal de muerto: 12 (existe también la variante de 33) campanadas sencillas con la campana mayor si el difunto ha hecho la comunión. En caso de ser menor de 8 años (no haber recibido la comunión) tocar a párvulo: con dos campanillos dar un repique a razón de una campanada por segundo alternándolas.

Misas de funeral, novenario y aniversario: media hora antes de misa y unos minutos antes “doblar” las campanas, es decir, tocar dos campanas alternas de forma pausada. 31

d) ¿Cuándo se tocan?

Para dar las señales de defunción de un parroquiano, para las misas antes mencionadas, y en la víspera del día de difuntos (noche del 1 al 2 de Noviembre) tocar a la puesta del sol.

 

3.5. TOQUE DE CONSAGRACIÓN

a) ¿Cómo se toca?

3 campanadas sencillas con la campana mayor de la torre.

b) ¿Cuándo se toca?

Al momento de alzar la Sagrada Forma y 3 al momento de elevar el Cáliz. Solo en misas de Domingo o categoría superior.

 

3.6. TOQUE DEL GLORIA

a) ¿Cómo se toca?

Se debe procurar hacer sonar todas las campanas de la torre. Se puede optar por voltear algunas o todas y repicar otras.

b) ¿Cuándo se toca?

EXCLUSIVAMENTE durante el canto del Gloria en las misas de Jueves Santo, Vigilia Pascual (y Domingo de Resurrección) y Misa del Gallo (y Navidad).

 

3.7. El ÁNGELUS

a) ¿Cómo se toca?

Existe una forma característica de interpretar este toque en el antiguo Arzobispado de Toledo. Se inicia dando nueve campanadas con la campana grande, de tres en tres (una por cada Avemaría) y a continuación un sencillo repique o bien una campana pequeña a medio vuelo que viene a corresponderse con la oración final del rezo. En algunas constituciones sinodales se especifica que esta segunda parte podía ser sustituida en el toque del atardecer por un repique o volteo acorde con la festividad del siguiente día. Es decir, se interpretaba un toque similar a los de Vísperas. 32

b) ¿Cuándo se toca?

El rezo del “Ángelus” tradicionalmente se realizaba en tres ocasiones a lo largo del día: al mediodía solar, al amanecer y al atardecer. El de la mañana solía ser llamado “toque del alba” o “buenos días” y el de la tarde “toque de oraciones”.

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