sábado, 16 de mayo de 2020

REDES DE PROTECCIÓN CONTRA PALOMAS



JIMÉNEZ JIMÉNEZ, Carlos

ROMERA SOTILLO, Álvaro




    1. INTRODUCCIÓN

    Uno de los principales agentes de deterioro, por no decir el principal, después de los estrictamente atmosféricos (lluvia, viento, sol) son las palomas, y en concreto, la palomina o excrementos de estas aves. Antiguamente, cuando había campaneros que se encargaban de tocar a diario las campanas, su presencia se mantenía a raya en las torres. En algunas ocasiones, aprovechando estancias de las torre, se construían columbarios para albergar una comunidad de palomas como forma de obtener ciertos  ingresos para el sacristán o la parroquia. No obstante, estos casos son francamente minoritarios, pues ya desde antiguo eran conscientes del mal que podía generar la presencia de estas aves en los campanarios.

Esta es la triste imagen que suele tener el suelo de buena parte de los campanarios

Inscripciones de una campana completamente ilegibles por una densa capa de palomina.

Nido sobre el brazo del yugo.


    Después de llevar varios años subiendo a torres campanario, el panorama que hemos podido ver con nuestros propios ojos es, en buena parte de los casos, muy desolador. En algunos campanarios la palomina llega a tener una capa de un palmo de altura, e incluso, se nos presentó un caso en que fue imposible poder abrir la puerta de acceso al campanario, porque al abrir la puerta la palomina empezó a caer por la parte de arriba.

    Es cierto que, en buena parte de los casos, ante la inexistencia de campanero, se ha intentado impedir el acceso de palomas a las torres. La solución más extendida es la colocación de redes. En la mayoría de los casos estas son colocadas en la parte interior del ventanal, dejando la campana desprotegida al exterior. El resultado de esta medida puede ser todavía más perjudicial, pues el hueco que queda entre la red y la campana puede ser aprovechado para el anidamiento, creando un espacio donde se puede acumular palomina e inmundicia que puede afectar seriamente a la campana y al yugo. Así mismo, como resultado colateral de estas intervenciones, la instalación de redes anti-palomas dificultan, cuando no impiden, el toque de las campanas de forma manual.


Red colocada en el interior que deja desprotegida la campana

La misma campana que en la fotografía anterior. Las palomas campan a sus anchas sobre la campana.

    Es por ello que hemos considerado oportuno dar ciertas indicaciones para garantizar una protección, tanto del interior de la torre como de las campanas, teniendo así mismo presente un enfoque que permita tocar las campanas: a fin de cuentas, para ese objetivo se levantaron en su rigen las torres.


    2. MATERIAL DE PROTECCIÓN

    Como primera indicación, es recomendable usar redes de “bajo impacto visual” frente a mallas metálicas, sobre todo, si estas mallas o redes puedan entrar en contacto con el mismo bronce de la campana (lo que ocasiona una distorsión sonora de la campana). Además las mallas metálicas pueden ocasionar otros problemas relacionados con la meteorología, como veremos más adelante.



Ventanal protegido con red de bajo impacto visual.



Ventanal protegido con una malla metálica.


    3. COMPATIBILIDAD CON EL TOQUE MANUAL

    A lo largo de todos los artículos escritos en este blog, hacemos mucho hincapié en este aspecto. Todas las intervenciones llevadas a cabo en un campanario se deben hacer teniendo en cuenta que la finalidad de los campanarios es tocar las campanas. Por ello, toda intervención debe realizarse teniendo en cuenta una posible recuperación del toque manual. Toda medida de protección contra palomas debe posibilitar el toque manual y no condenar las campanas a un “encierro” que las inutilice, aislándolas en el exterior, imposibilitando cualquier acceso a ellas. Esta medida es perjudicial para las campanas, pues imposibilita además un mínimo mantenimiento de los bronces y su yugo.


Protección anti-paloma sin un sistema que permita acceder a la campana.


    4. INSTALACIÓN INTERIOR

    Como acabamos de comentar, la tendencia general es colocar redes en la parte interior del ventanal. Esta ubicación posiblemente esté justificada en buen número de casos por evitar un fuerte impacto visual que desvirtúe visualmente el campanario desde el exterior. La red al quedar detrás de la campana queda “más disimulada”. Además, su colocación es mucho menos arriesgada que si se colocara en el exterior. 

    Este tipo de redes, en buena parte de los casos, impide el toque manual, bien porque no permite el movimiento del bronce, o bien porque no haya forma de abrirla o carezca de algún sistema por el que se pueda pasar una cuerda para tocar el badajo a mano. Se entiende que esta solución se ha tomado en campanarios que hace mucho dejaron de tocarse, incluso de forma mecánica, quedando las campanas expuestas como un objeto de exposición sin ningún tipo de uso.  

Rejas colocadas en el interior, apenas perceptibles desde el exterior.

    Hay casos en los que esta protección no impide del todo el toque manual, y es posible tocar con cuerda el badajo gracias a un agujero que a veces tiene una pequeña garrucha para no erosionar la cuerda. 

    Hay algunas ocasiones en las que este sistema de protección presenta una suerte de bastidor con bisagras, de forma que pueda abrirse cuando sea necesario ser tocadas. Esta medida la hemos visto principalmente en campanarios rurales donde todavía se voltean a mano las campanas para determinadas festividades.

Red con puerta que permite acceder a la campana.


La misma campana que en la fotografía anterior con la red abierta

    En campanarios cuyos toques se encuentra completamente mecanizados, y que incluyen el volteo, las redes se retranquean hacia el interior del campanario en una especie de “jaulas de metal”. Este sistema está diseñado para permitir el volteo de las campanas. Esta solución es muy aparatosa, y sólo la hemos conocido en campanarios mecanizados que no han tenido en cuenta la posibilidad de tocar manualmente los bronces. Este sistema es incompatible con el toque manual, especialmente el repique o toques con cuerda desde el campanario. Además, presenta un grave inconveniente, pues no garantiza la limpieza del campanario: las palomas pueden entrar en el espacio acotado por las jaulas, e incluso anidar. 

Redes interiores con bastidor retranqueado para permitir el volteo de las campanas. 


    Este sistema de jaulas interiores, (y en general las redes interiores), presenta otra desventaja: la protección interior suele realizarse con redes o mallas de cierto grosor. En situaciones climatológicas de humedad, lluvia, nieve, heladas, niebla, estas mallas actúan como condensadoras de humedad, de forma que ésta quede adherida al metal y poco a poco vaya descendiendo hasta el piso del campanario. En ocasiones extremas puede introducir en el campanario litros y litros de agua que pueden ocasionar goteras.

    4.1. PROPUESTA

    Expuestas todas estas circunstancias, si se está planteando la posibilidad de colocar una red o malla interior, aconsejamos la instalación de mallas metálicas que presenten, a la altura del bronce, una “puertecilla” facilmente retirable en caso de que la campana quiera ser tocada a mano. No está de más decir que, este sistema, es aconsejable para torres en las que se “repique” pero que es incompatible para voltear las campanas. En caso de que quieran ser volteadas en alguna ocasión, además de la puertecilla antes mencionada, se puede disponer la malla en un marco de aluminio fijado a la pared de la torre con tornillos y tuercas, de forma que pueda retirarse completamente en caso de querer voltear la campana.

Campana fija con red fija interior con una puerta inferior para poder repicar cuando se requiera.

Red interior con puerta que se abre cuando se voltean a mano las campanas. 

Malla anti paloma que puede ser quitada para el volteo.

La misma campana que la anterior sin red, preparada para el volteo.

    5. INSTALACIÓN EXTERIOR

    En un menor porcentaje de casos, las redes son colocadas en el exterior, protegiendo de esta forma tanto el campanario como las campanas. En la mayoría de los casos suele tratarse de redes de bajo impacto visual (ya hablaremos de ellas un poco más abajo), y son colocadas por empresas especializadas. Suelen ser por lo general redes fijas. 

Red de bajo impacto visual en el lado exterior. Desde abajo es apenas visible.

    Respecto a la colocación exterior, queremos mencionar las rejas, que, a modo de balcones altos, tienen buena parte de los campanarios madrileños. Estas estructuras de hierro son una estructura perfecta para poder colocar en ellas redes anti-palomas. 

Torre campanario de San Ginés (Madrid), con sus característicos enrejados en los ventanales. 

    5.1. PROPUESTA

    Si se plantea la posibilidad de instalar redes o mallas exteriores, con la finalidad de permitir el movimiento de las campanas y su toque manual, proponemos instalar pequeños aros metálicos que ahuecan la red de forma que no sean un obstáculo para las campanas cuando se tañen en movimiento.

Santa Leocadia (Toledo), red con aros para permitir el volteo de las campanas. Foto: Sarrió Andrés, Pau/ www.campaners.com

Ventanal con red y sencillo bastidor que permite el volteo del campanillo.

    Una segunda opción, sólo válida para torres que presenten muros lo suficientemente anchos, es retraer un poco el eje de las campanas hacia el interior de la torre, de forma que al girar, la campana no sobresalga del perímetro de la torre.

Torija (Guadalajara). Campana retranqueada y red fija en el exterior del ventanal, de forme que permita el volteo. 


    Así mismo, existe la posibilidad, tanto para instalaciones interiores como exteriores, de colocar la malla o red de forma similar a una persiana, de manera que, mediante un sistema de cuerdas y poleas, pueda ser recogida fácilmente en caso de querer tocar las campanas a mano, siendo esta opción válida tanto para la técnica de repique como de volteo.


Yunquera de Henares (Guadalajara). Red anti-palomas que a modo de persiana puede subirse de forma manual para voltear las campanas.

Yunquera de Henares (Guadalajara). Red anti-palomas que a modo de persiana puede subirse de forma manual para voltear las campanas.

Yunquera de Henares (Guadalajara). Red anti-palomas que a modo de persiana puede subirse de forma manual para voltear las campanas.

    6. OTRAS MEDIDAS PREVENTIVAS

    Hay ocasiones en las que la colocación de las redes no es posible debido a numerosas causas. En este caso se debe tomar una serie de medidas que minimicen las posibilidades de anidamiento de palomas en el interior de las torres.     

    En primer lugar, se deben tapar los mechinales[1] y oquedades que pueda haber en el interior de la torre. Esto no debe hacerse rellenando con piedra o ladrillos las oquedades, pues no dejan de ser vestigios constructivos de la torre, sino introduciendo tablones, tapas, o incluso un manojo de alambres, todos ellos elementos que puedan ser retirados con facilidad.

Mechinales, uno de ellos (derecha inferior) atraviesa el muro.

    En la gran mayoría de los campanarios de la antigua provincia eclesiástica de Toledo no existe la costumbre de cubrir las salas de los campanarios con bóvedas de obra (como ocurre en Valencia y algunas zonas andaluzas), sino dejar vista la madera de las vigas que sostienen el tejado. Este espacio es propicio para el anidamiento de palomas. Una posible solución es tapar con una red este espacio, de forma que se evite el asentamiento de una colonia.

Las vigas del tejado de un campanario.

    Pero, sin lugar a duda, una de las mejores soluciones para evitar la presencia de palomas es la presencia humana en los campanarios. Está perfectamente comprobado que la presencia humana, la limpieza de los restos dejados para hacer nidos, ahuyenta a las palomas. 

 



[1] - Un mechinal es un agujero, generalmente cuadrado, que se deja en los muros cuando se fabrica un edificio, para meter en él los maderos para el soporte de las plataformas de trabajo de los andamios.




jueves, 7 de mayo de 2020

CAMPANARIO Y CAMPANAS DE LA IGLESIA PARROQUIAL DE SAN JULIÁN DE CANTALOJAS (GUADALAJARA)

ROMERA SOTILLO, Álvaro



1.El campanario de la Iglesia Parroquial de San Julián de Cantalojas


La Iglesia Parroquial de San Julián de Cantalojas es un templo de una sola nave levantado entre los siglo XVI y XVII con ampliaciones y modificaciones del siglo XVIII y XIX. La torre se encuentra a los pies de la nave central del templo, sirviendo su planta inferior como capilla bautismal. Parece que la parte inferior de la torre corresponde a la época de construcción del resto del templo, sin embargo aparecen varias lápidas con inscripciones alusivas a diferentes reparaciones del lado occidental. Sobre la ventana de la capilla de los pies de la nave de la Epístola aparece una inscripción del siglo XVIII, alusiva a su fecha de construcción: “HIZOSE ESTA OPA/ SIENDO MAYMO/ (Ilegible, tapado por una reja)/ AÑO/ D 1714”. En el muro que cierra la nave del Evangelio, junto a la torre, existe otra lápida con ostra inscripción: “SE HIZO ESTA/ OBRA SIENDO PCO./ DN. MATIAS RZ. DE LA/ PEÑA 1866”. En el último cuerpo de la torre, entre la esfera del reloj y el ventanal de la campana grande aparece una inscripción muy borrosa con una fecha: “1899”, fecha en la que posiblemente se culminó el último cuerpo de la torre.


Ilustración 1: Torre campanario de Cantalojas.

Ilustración 2: Inscripción situada en el dintel de la ventana a los pies del templo, en el lado de la epístola.



La torre consta de un basamento de mampostería, un fuste de dos cuerpos (también en mampostería), separados entre ambos por una imposta sencilla. El último cuerpo, el campanario, realizado en el siglo XIX, es de sillar. Se asienta sobre una cornisa bellamente tallada. Corona el conjunto un cornisamento con arquitrabe, friso y cornisa. Las campanas se disponen en los cuatro ventanales, uno por cada cara.

El interior del campanario ha sido recientemente intervenido. En la última obra de reparación se suprimieron las plantas interiores del campanario, los “escansillos” y se construyó una escalera de hierro que sube directamente al campanario. También se hizo nuevo el suelo del campanario, sustituyendo el antiguo entramado de madera por viguetas de hierro, rasillones y hormigón. El tejado conserva su maderamen original.

La puerta de entrada a la torre se localiza en la tribuna de los pies de la nave mayor.

Ilustración 3: Inscripción situada a los pies de la nave del Evangelio.

Ilustración 4: Inscripción casi pérdida junto a la tronera de la campana Gorda, sobre la esfera del reloj.



2. Campanas

El conjunto de campanas de la torre campanario de la Iglesia Parroquial de San Julián de Cantalojas es un ejemplo prototípico de una parroquia rural castellana. El conjunto se divide en dos parejas de bronces: dos campanas (grande y pequeña) y dos campanillos (grande y pequeña). Las campanas son de perfil romano, también llamado castellano, de hombros anchos y perfil abombado, mientras que los campanillos son de perfil esquilonado, de hombros estrechos y perfil curvo. Esta variedad de perfiles es característica de la mitad superior de la antigua corona castellana y su uso propiciaba la diferenciación no solo tonal (notas más graves o agudas) sino tímbrica.

Es un conjunto relativamente moderno;: tres de ellas son del siglo XX (la campana grande de 1904, la campana pequeña de 1919, el campanillo pequeño de 1904), y sólo una es anterior al siglo XX, el campanillo grande, un bronce anónimo de 1766. Dos de ellas fueron fundidas por la familia de los Colina, asentados por aquel entonces en Sigüenza, a cuyo obispado pertenece desde antiguo Cantalojas. La campana grande fue fundida por Apolinar y Cornelio Colina, mientras que el campanillo pequeño, fundido en el mismo año que ésta, es firmada por Francisco Fernández Colina. La campana pequeña es firmada por un tal Pellón, apellido que se ha identificado con Arsenio Pellón Ruiz1, fundidor de ascendencia cántabra, muy activo en Soria y en el occidente segoviano en las primeras décadas del siglo XX.


Ilustración 5: Distribución de las campanas en el campanario.


Ilustración 6: Campanillo pequeño y Campana grande.


Ilustración 7: Campanillo grande y campana pequeña.






2.1 Campana grande

Nombre: Santísimo Sacramento, Campana grande (4)
Diámetro: 118 cm Altura del bronce: 94 cm Borde: 8,5
Peso aproximado: 800 kg
Fundidor: COLINA, Apolinar y Cornelio (Sigüenza)
Año: 1904
Descripción:
Campana romana de grandes dimensiones. En el tercio la dedicación de la campana: “DEDICADA AL SANTISIMO SACRAMENTO”. En el medio (06) un cartucho con los fundidores, el párroco, alcalde y fecha: “SE FUNDIO EN SIGUENZA/ POR APOLINAR Y CORNE/ LIO COLINA SIENDO CURA/ PARROCO D GERBASIO OR/ TEGA Y ALCALDE D DEME/ TRIO CEREZO AÑO 1904”.
Asas:
Tercio:
Dos cordones/
DEDICADA AL SANTISIMO SACRAMENTO”
cordón/
greca
Medio:
(00)- Cruz con calvario
(06)- Cartucho coronado con custodia y dos pináculos: “SE FUNDIO EN SIGUENZA/ POR APOLINAR Y CORNE/ LIO COLINA SIENDO CURA/ PARROCO D GERBASIO OR/ TEGA Y ALCALDE D DEME/ TRIO CEREZO AÑO 1904”

2.2. Campana pequeña

Nombre: Campana pequeña (3) 
            


Diámetro: 98,5 cm Altura del bronce: 77 cm Borde: 6 cm
Peso aproximado: 350 kg
Fundidor: PELLÓN
Año: 1919
Descripción:
Campana romana: La campana no se encuentra dedicada a ningún santo. Las inscripciones, concentradas en el cartucho del medio mencionan al fundidor, cura, alcalde y fecha: “PELLON/ ME· HIZO· SIENDO/ CURA· ECONOMO· D/ FAUSTINO · LLOSENTE/ CABALLO· Y ALCALDE/ CONSTITUCIONAL D/ GREGORIO· CERERO/CEREN· AÑO DE 1919”.
Tercio:
Cordón/
ocho puntas/
cuatro cordones/
friso de puntas
Medio:
(00)- Cruz con calvario
(06)- Cartucho: “PELLON/ ME· HIZO· SIENDO/ CURA· ECONOMO· D/ FAUSTINO · LLOSENTE/ CABALLO· Y ALCALDE/ CONSTITUCIONAL D/ GREGORIO· CERERO/CEREN· AÑO DE 1919”
Medio pie:
Cuatro cordones


2.3.Campanillo grande

Nombre: Campanillo grande (2)
         


Diámetro: 54,5 cm Altura del bronce: 48,5 cm Borde: 5 cm
Peso aproximado: 100 kg
Fundidor: Anónimo
Año: 1766
Descripción:
Campanillo con sencilla inscripción en tercio, invocando a la Sagrada Familia, como suele ser habitual en campanas del siglo XVIII: “ # # # IHS # MARIA # Y JOSEP # AИO DE 1766”.
Tercio:
Dos Cordones/
# # # IHS # MARIA # Y JOSEP # AИO DE 1766”/
dos cordones/
Medio:
(00)- Cruz con pedestal
Medio pie:
Tres cordones


2.4.Campanillo pequeña


Nombre: Campanillo pequeño, Jesús María y José (1)
          


Diámetro: 56,5 cm Altura del bronce: 46,5 cm Borde: 5,5 cm
Peso aproximado: 100 kg
Fundidor: COLINA, Francisco Fernández
Año: 1904
Descripción:
Campanillo con sencilla inscripción en tercio y en el medio. La primera alusiva a la invocación o dedicación del bronce. La segunda inscripción alude al fundidor, Francisco Fernández Colina, y al año, 1904. Es llamativo que no aparezca ni el cura ni el alcalde, como suele ser habitual. En el tercio aparecen los nombres de la Sagrada Familia: “JESUS MARIA Y JOSE”. En el Medio, en 06, en un cartucho coronado por un anagrama del Ave María (AM) el fundidor y el año: “SE FUNDIO POR / FRANCISCO FER/ NANDEZ COLINA/ AÑO 1904”.
Tercio:
Dos cordones gruesos/
Cordón fino/
JESUS MARIA Y JOSE”/
Cordón fino/
Cordón grueso/
Friso decorativo
Medio:
(00)- Cruz con pedestal
(06) – Cartucho (coronado por AM): “SE FUNDIO POR / FRANCISCO FER/ NANDEZ COLINA/ AÑO 1904”
Medio pie:
Cuatro cordones


3. Los yugos

Existe la percepción generalizada de que el instrumento que genera el sonido es la campana por si sola. Nada más lejos de la realidad. Las campanas son las cuerdas de una guitarra, el elemento fundamental que al golpearse genera el sonido, pero el instrumento en sí es la torre campanario junto con todos los elementos que la integran. La arquitectura de la torre está pensada como una gran caja de resonancia que potencia y dirige el sonido de las campanas para que puedan ser escuchadas desde kilómetros de distancia. Dentro de este complejo elemento entran en juego una serie de elementos fundamentales que permiten el toque de la campana: el yugo y el badajo. Junto a estos hay otros elementos secundarios pero igualmente importantes, como son las cuerdas, las garruchas, las tarimas, las argollas, etc.


Ilustración 8: El interior del campanario es una gran caja de resonancia que potencia, amplifica y dirige el sonido.



De todos estos elementos los yugos presentan un gran interés patrimonial, en ocasiones casi más que las propias campanas. Como veremos más adelante, su diseño responden a unos patrones locales que son compartidos con los pueblos pertenecientes a un mismo territorio, que generalmente suele ser de jurisdicción eclesiástica, obispados y arzobispados.

Cada uno de los yugos presenta unas proporciones y un diseño diferentes, en buena medida determinado por la angostura de los ventanales. El caso más llamativo es el de la campana grande, cuyo ventanal está rebajado cerca de diez centímetros en cada lado para permitir el volteo del bronce. El reducido espacio y el gran tamaño del bronce (de 118 cm de diámetro) obligaron a recurrir a unos ejes acodados de unos 17 cm. de altura, algo realmente extraño en esta tipología de yugos. El brazo conserva el orificio de enganche de la desaparecida palanca de balanceo.

Ilustración 9: Yugo de la campana grande. Vista exterior.

El yugo de la campana pequeña es posiblemente el que mantiene un perfil más canónico, con los característicos pellizcos del centro y la cabeza en forma de “champiñón”. A pesar del deterioro de la madera, todavía es visible en la parte exterior algunas zonas con decoración tallada. A diferencia de la anterior, los tirantes se sujetan con cuñas de madera. Los ejes son acodados, de poca altura, como suele ser habitual en esta tipología. Cuenta además este ejemplar con una palanca de hierro rematada en una anilla, que permitía balancear la campana sin necesidad de tocarla.


Ilustración 10: yugo de la campana pequeña.
Ilustración 11: Palanca de balanceo de la campana pequeña.

El del campanillo grande es quizás el más singular. Es el único que presenta un único eje de hierro que atraviesa además el campanillo por su asa central. Gracias a esta pieza el yugo todavía se mantiene colgado en su tronera, pues el brazo, por la falta de conservación, se ha ladeado hasta deformar y romper el brazo con una grieta que lo cruza de lado a lado. Al igual que el anterior presenta una sujeción con cuñas. El brazo conserva orificio de sujeción de palanca de balanceo, hoy desaparecida.

Ilustración 12: Campanillo grande. Grieta longitudinal del brazo.



Ilustración 13: Eje de hierro único encastrado en la acanaladura. Pasa por el asa central de la campana.








El campanillo pequeño presenta un yugo con unas líneas muy cercanas a las de la campana pequeña, con cabeza en forma de “champiñón” y decoración con talla en la parte que da al exterior.

Ilustración 14: Yugo del campanillo pequeño.

Ilustración 15: La parte que daba al exterior presenta decoración tallada en la parte superior.



4. La tradición campanera del Obispado de Sigüenza

Podemos decir que en España existen varias tradiciones campaneras que vienen a coincidir con la geografía eclesiástica hasta mediados del siglo XIX. Cada obispado se integraba en una provincia eclesiástica, encabezada por una sede arzobispal, también llamada metropolitana. Sigüenza era una de las sedes pertenecientes a la provincia eclesiástica Toledana, cuya sede metropolitana, Toledo, es también Primada de España. Por tanto, la tradición campanera seguntina se encuadra, en primer lugar, dentro de a tradición castellana (con algunas variantes y coincidencias respecto a las de la corona aragonesa); dentro del ámbito castellano, pertenecía a la Provincia Toledana, cuya tradición, por lo que hemos podido conocer hasta ahora, es bastante homogénea. No obstante, dentro de esta homogeneización, el obispado seguntino presenta ciertos elementos de notable singularidad, posiblemente debidos en buena medida a su situación fronteriza con otros territorios eclesiásticos y civiles.

Ilustración 16: Mapa del Obispado de Sigüenza antes de la creación del Obispado de Sigüenza-Guadalajara en 1955.

El obispado de Sigüenza, antes de la erección canónica de la diócesis Sigüenza-Guadalajara en el año 1955 (en la que se ajustó la jurisdicción eclesiástica con la de la provincia de Guadalajara), se extendía por la zona norte de Guadalajara, el Señorío de Molina, por el sur de Soria y el sureste de Segovia. En esta zona existe rasgos comunes que denotan una pertenencia a una jurisdicción común que se evidencia en una serie de características materiales e inmateriales. Al referirnos a la vertiente material hablamos de la tipología de campanas, la forma de articular el conjunto, el tipo de yugo, la forma de las torres etc. En cuanto a la vertiente inmaterial hablamos de los toques, la forma de interpretarlos y estructurarlos.

La tradición material se evidencia de forma muy característica en la tipología de yugos. Este tipo de yugos, realizados generalmente en madera de olmo, suelen estar compuestos por tres o cuatro piezas de madera: brazo; cabeza de dos piezas; y una pequeña pieza de remate que es atravesadas por los tirantes de hierro y en cuya parte superior se atornillan. Presentan además un sinuoso perfil, con curvas y contracurvas alternadas con un característico pellizco en el centro y un habitual remate en forma de “champiñón” generalmente cerrado con una voluta.
Ilustración 17: Campanas de la Cabrera, con sus yugos tradicionales seguntinos.

En cuanto a la proporción, suelen tener una altura total aproximada de 1,3 la altura de la campana (la cabeza suele tener la misma altura que la campana), aunque en otras ocasiones su altura es de 1:1. A diferencia de otras tipologías cercanas, como la Toledana, no suelen realzar mucho el bronce por encima del eje de rotación: por lo general suelen empotrar en el brazo la corona y escasamente los hombros. En algunas ocasiones se recurre a los ejes acodados, pero suelen ser de poca altura. Uno de los yugos conserva un elemento muy importante para el toque, una palanca de hierro forjado, ligeramente curvada hacia arriba, que permite balancear la campana sin necesidad de empujarla. Tanto el yugo de la campana grande como del campanillo grande tienen el orificio en el que se insertaba esta pieza.



La composición y estructuración de los campanarios, sigue el patrón habitual de la mitad norte de la corona de Castilla: pareja de romanas y uno o dos campanillos.

Por el reducido tamaño de las poblaciones de este antiguo obispado, son muy frecuentes las espadañas con campanario adosado en la parte trasera, aunque también está muy extendida la tipología de torre campanario de planta cuadrada con una tronera por cara.

La tradición de toque es plenamente Castellana, siendo el repique la base principal del toque. El volteo parece tener mayor peso que en otras latitudes de la provincia eclesiástica, como en el arzobispado toledano, dónde sólo se volteaba unas cuatro o cinco veces al año. Los pocos pueblos que han conservado una relación de toques amplia muestran una mayor frecuencia de ocasiones en las que se volteaban las campanas (manteniendo una gradación), combinado o alternado con el repique.


Ilustración 18: Palazuelos, Campana grande. Croquis de proporciones del yugo.

Ilustración 19: Palazuelos, Campana pequeña. Croquis de proporciones del yugo.


5. El Reloj Mecánico


En la parte baja de la torre se conserva un reloj mecánico que podemos datar en el siglo XIX. Aunque no ha podido documentarse convenientemente, parece construido en piezas de hierro forjado. Cuenta también con alguna pieza de madera. Junto a éste se conservan también el péndulo y las pesas. Cuenta con dos bombos (en los que se enrollaban las pesas) , uno que movía las manillas del reloj y el otro que activaba el martillo de las horas.


Ilustración 20: Reloj mecánico junto al péndulo y las pesas.

Ilustración 21: Esfera del reloj oxidada junto al ventanal de la Campana grande.


Desconocemos cuál era la ubicación original de esta maquinaria (¿el campanario o un “escansillo” intermedio?). En la cara occidental del campanario, a la izquierda (si miramos desde fuera) de la campana grande se encuentra oxidada una esfera horaria. No es descartable que la maquinaria se encontrara en esa esquina de la torre, encerrada en un cuarto de tapial o madera que lo protegiera de las inclemencias meteorológicas. Desconocemos si alguna campana tenía incorporado un martillo mecánico para dar las horas.


6. Relación de toques de Cantalojas


Cantalojas ha conservado en la memoria de Antonio Garrido, hijo del sacristán, el repertorio de toques completo. Estos fueron recogidos el sábado 28 de septiembre de 2019, el mismo día que se documentó el campanario.

Por desgracia hoy es prácticamente imposible interpretarlo, una campana se encuentra rota, un campanillo está descolgado y los yugos se encuentran inmobilizados. De ordinario bajaban dos cuerdas a la parte baja de la torre, una enganchada al badajo de la campana grande, y otra a la palanca de la campana pequeña. La relación de toques tradicionales de la torre fueron publicados hace pocos meses en este blog, pueden consultarse en el siguiente enlace: https://vozdebronce.blogspot.com/2019/10/relacion-de-toques-de-campana-de.html


7. Propuesta de restauración en una eventual intervención


La aplicación de criterios de restauración en las intervenciones de campanarios es un hecho reciente. Por desgracia, en la mayoría de las intervenciones sobre campanarios no suelen tener en cuenta la función sonora de las torres campanario. Suele primar la búsqueda de una arquitectura prístina, supuestamente original. Sin embargo, el resultado de estas intervenciones en muchos casos poco tiene que ver con el aspecto y las circunstancias que buscan pues se olvidan de las circunstancias sonoras y técnicas que permitían el toque de campanas: se suprimen cerramientos, que por ser posteriores se entiende que desvirtúan la arquitectura (sin evaluar su finalidad acústica); se suprimen garruchas (porque ya no se usan); se eliminan tarimas (porque están mal y no se usan); se colocan redes para impedir que entren las palomas y que a la vez impiden que se muevan las campanas, etc.

En este aspecto defendemos que la restauración de torres campanario debe ser respetuosa con todos estos elementos. El ideal que se debe plantear en intervenciones de este tipo es que el resultado final debería ser de tal modo que se pudieran tocar manualmente tal y como se hacía tradicionalmente en esa torre.

Enumeramos a continuación una serie de puntos a seguir en una hipotética restauración:

Campanas: La campana pequeña se encuentra actualmente rota. Habría que evaluar la posibilidad de soldarla o bien sustituirla por una nueva. De este modo se conservaría la actual, y podría ser colocada en el atrio de la iglesia u otro sitio que pudiera ser visto a modo de monumento. Quizás esta segunda opción sea la más conveniente, ya que no nos encontramos ante una campana excesivamente antigua. La nueva campana deberá ser de las mismas dimensiones y diseño que la actual. Para el resto de campanas se propone la limpieza con chorro de arena húmedo por fuera y por dentro.


Ilustración 22: Grieta de la campana pequeña.

Ilustración 23: Badajo del Campanillo grande.


Las badanas y sistemas de sujeción serán también renovados. El badajo del campanillo grande deberá ser sustituido por otro, ya que el actual tiene una bola excesivamente gruesa y poco apta para el volteo. Puede provocar la rotura del bronce en un eventual volteo de fiesta.


Ilustración 24: Badana reseca del badajo de la Campana grande.


Yugos: Los yugos de este campanario presentan el mismo interés (o quizás más) que las campanas. Son unos bellos ejemplares que muestran una variedad de diseños basados en el patrón seguntino. Presentan un estado de deterioro bastante acusado, sin embargo, habría que evaluar su estado de conservación y plantear la posibilidad de ser restaurados, rellenando con madera o masillas las grietas. Lamentablemente, muy pocas empresas en España tratan los yugos como bienes culturales susceptibles de ser restaurados, optando en la mayoría de las ocasiones por la sustitución de yugos de fabricación propia basados en un catálogo que no respeta ni las formas ni el perfil de los yugos tradicionales. En caso de que haya piezas cuyo estado de conservación desaconseje su vuelta al uso (como por ejemplo el brazo del campanillo grande), deberán ser sustituidas por copias exactas realizadas en maderas tropicales.

Ilustración 25: Yugo seguntino en proceso de restauración en el que se pueden observar las diferentes fases de intervención.

Los herrajes deberán ser también restaurados. Si el estado de conservación desaconsejase su reposición, se deberá sustituir por otro de similar diseño.

Las zapatas de la pared deberían ser sustituidas por rodamientos autocentrados industriales.

Eventual mecanización: Hasta hace unos años la tendencia habitual de las mecanizaciones era colocar motores, o martillos eléctricos como sustitutos del campanero. En muchos casos esta instalación ha supuesto el fin de un oficio secular en aras de la modernidad y la comodidad. En otros casos la ausencia de campanero se ha venido a suplir con la mecanización.

La tendencia actual es compatibilizar el toque mecánico con el manual (que la mecánica no impida que eventualmente se toque de forma manual). La mecanización se convierte en una herramienta del campanero, un aliado que le suple en determinados momentos.

En base a ello proponemos, si se decidiera mecanizar la torre, una mecanización ligera de las campanas, consistente en colocar martillos eléctricos en las dos campanas, y un motor de volteo por impulsos en la campana pequeña. Los toques grabados en el ordenador serán los correspondientes a las oraciones del día tal y cómo eran interpretados (con las limitaciones técnicas que ello implica): los toques de Oración diaria (amanecer, mediodía y anochecer); Misa diaria; Misa Domingos; Rosario; Muerto adulto, y Entierro. El resto de toques: fiesta;Ánimas; bautizo, por su excepcionalidad, se obliga a que sean interpretados a mano. Esta mecanización no debería impedir que puedan ser tocados a manos los toques grabados: si por ejemplo, un Domingo, se decide tocar a mano, o un día a mediodía repicar el toque de oración, basta con desconectar previamente el toque programado en el ordenador y volver a activarlo una vez haya terminado.

Instalación garruchas: Sería interesante poder colocar una garrucha más correspondiente a la de la campana pequeña, de forma que se pudieran tocar a mano los toques desde abajo tal y cómo se realizaban antaño.


Ilustración 26: Garrucha de la Campana grande



Reloj mecánico: Dentro de todo el patrimonio relativo a las campanas, el de relojes mecánicos es el más vulnerable de todos, puesto que la tendencia generalizada es sustituir la maquinaria por un ordenador, que a la postre, da casi más problemas que un reloj mecánico, cuya vida útil es además mucho más larga. Por desgracia el destino de muchas de estas maquinarias es un cuarto almacén de la iglesia, del ayuntamiento, de una persona interesada por la historia local o sencillamente la chatarrería. Son muchas las maquinarias que han desaparecido, algunas de ellas históricas, del siglo XVIII o anteriores.

En este caso, desconocemos la localización original de la maquinaria, pues toda la estructura interior de la torre ha sido modificada hace unos años, suprimiéndose los “escansillos” intermedios, así como el suelo del campanario, siendo imposible poder encontrar restos de su original ubicación.

Proponemos la restauración de la maquinaria. Primeramente deberá ser documentada, convenientemente desmontada y limpiada pieza a pieza. Aquellas piezas cuyo deterioro impidan el correcto funcionamiento serán sustituidas por copias. Las ruedas de subida de los pesos pueden ser conectadas a un elevador accionado por un ordenador. Actualmente existen ordenadores conectados a relojes mecánicos que aparte de elevar las pesas corrigen posibles desajustes horarios. Deberá también recuperarse el martillo del reloj activado de forma mecánica.

En cuanto a su ubicación, la única posibilidad que actualmente existe es el campanario, habilitándose un cuarto en la esquina noroccidental de la sala (entre las troneras de la campana grande y el campanillo pequeño). Este cuarto, tiene como función aislar convenientemente la maquinaria de las inclemencias meteorológicas así como protegerla de temperaturas extremas que pueden alterar su funcionamiento. En esta ubicación la maquinaria podría hacer transmisión a una nueva esfera horaria, que sustituiría a la actualmente conservada. El diseño de esta nueva esfera se haría copiando el aspecto de la original.



Palomas: Aunque el campanario se encuentra más o menos limpio de palomina y parece no haber tenido en tiempos pasados una colonia numerosa de palomas viviendo en la torre, es conveniente tomar ciertas medidas preventivas para evitar el anidamiento de palomas en la torre, cuyos excrementos deterioran las campanas y especialmente los yugos. En una torre de estas características, es conveniente evitar el anidamiento de palomas en las vigas que sostienen el tejado del campanario, una zona llena de recovecos y oquedades idóneas para el anidamiento. Quizás le mejor forma de evitarlo sería la colocación de una red que evitase el acceso de palomas a esta zona. Esta red se colocaría de forma que se pudiera acceder a esta zona a través de un punto en el que se trabajando desde una escalera de mano se pudiera retirar una pequeña zona que diera acceso a las vigas.

Ilustración 27: Vigas del tejado, zona poco accesible y llena de oquedades que puede propiciar el anidamiento de palomas.





1- En la base de datos de www.campaners.com existe una pequeña reseña sobre este fundidor, del cual se puede elaborar a grandes rasgos un mapa de actividad: http://campaners.com/php/fonedor.php?numer=646 ( última visita 17-11-2019).