JIMÉNEZ JIMÉNEZ, Carlos; ROMERA SOTILLO, Álvaro
INTRODUCCIÓN
En
una serie de tres pequeños artículos mostramos una sencilla
introducción al mundo de las campanas,
centrándonos especialmente en la tradición del antiguo arzobispado
toledano. Está especialmente pensado para aquellas personas que han
llegado a este blog por casualidad o desconocen por completo este
mundo.
1.
HISTORIA, FUNDICIÓN Y USOS DE LA CAMPANA EN EL OCCIDENTE CRISTIANO
En
este primer apartado nos centramos en conocer algunos detalles
históricos sobre el origen de las campanas y como empiezan a usarse
en el cristianismo. Tratamos también a grandes rasgos el proceso de
fundición de las campanas. A continuación explicaremos en qué
consistía la bendición de las campanas, ritual imprescindible para
poder ser usada y sin el cual la campana no podía ser tocada.
Finalmente trataremos sobre los toques de campana y las diferentes
formas de toque que existen.
1.1.
HISTORIA DE LAS CAMPANAS
Las
campanas son un instrumento musical que aparece en el mundo Antiguo.
Eran generalmente piezas de pequeño tamaño. En la Grecia antigua
eran empleadas para avisar de la venta de pescado y en Roma para
avisar de la apertura y cierre de los baños públicos. El precedente
litúrgico más directo lo encontramos en el uso de trompetas tal y
como aparece reflejado en varios versículos de la Biblia. Moisés
hizo construir dos trompetas de plata para convocar al pueblo.
Aparecen también en otros pasajes como la toma de Jericó, o la
aparición de Dios a Moisés en el Monte Sinaí. La tradición se ha
perpetuado en el uso del Shofar, un cuerno de cabra que se hace tocar
en diversas festividades del calendario festivo judío. En el
cristianismo comenzaron a usarse las campanas con uso litúrgico en
torno al siglo V. Se atribuye a San Paulino de Nola (+431) la
introducción de las campanas en la iglesia. Lo cierto es que esta
leyenda tiene algo de realidad, y es que Nola es una ciudad situada
en la zona de Campania, famosa por sus bronces, con cuyo nombre
fueron bautizadas las campanas.
Campana del Abad Sansón, (930), MuseoArqueológico de Córdoba. Esta campana es una de las más antiguas conservadas en España. Foto: https://www.artencordoba.com |
Si
quieres saber algo más sobre la historia de las campanas te
recomendamos que visites esta entrada del blog (
https://vozdebronce.blogspot.com/2019/01/los-sagrados-bronces-el-uso-liturgico.html
)
1.2.
FUNDICIÓN DE LA CAMPANA
La
fundición tradicional de campanas arranca en la antigüedad y se ha
perpetuado con pocas variantes hasta bien entrado el siglo XX. Hasta
la industrialización de este oficio, los fundidores eran
profesionales que viajaban de pueblo en pueblo para fundir campanas
allí donde fueran requeridos. En España existen dos tradiciones de
fundidores: por un lado los venidos de Francia e Italia, cuyo trabajo
fue realizado principalmente en la corona de Aragón; por otro lado
la tradición de familias cántabras oriundos de la comarca de la
Transmiera, cuya zona de trabajo se centraba especialmente en la
corona de Castilla.
El
proceso de fabricación es complejo. Al fundidor por lo general se le
encargaba refundir una campana rota, cuyo sonido debía volver a
recuperar. Para ello el maestro campanero manejaba tres variantes: el
diseño del perfil, el diámetro de la boca y el grosor de las
paredes. Todas estas variantes determinan tanto el peso como el
sonido de la campana.
Una
vez que el maestro campanero trazaba el perfil interior y exterior de
la campana, elabora unas piezas denominadas terrajas: unas tablas
que, recortadas con el perfil interior y exterior de la campana
servirán para tornear el molde que se empleará para la fundición
de la campana.
Después de elaborar las terrajas se hacía el horno para fundir el bronce
-una aleación de cobre (80% aprox.) y estaño (20% aprox.)-. Junto al horno se
prepara el foso de colada sonde se colocarán los moldes de forma que
una vez fundido el metal y abierta la trampilla del horno, el metal
líquido caiga por unos canales que lo conducen hasta la boca de los
moldes.
Esquema de un horno tradicional de fundición. En CABRELLES MARTÍNEZ, José Luis (1990), "Fundición de campanas" en http://campaners.com/php/textos.php?text=1318 |
El
molde tiene tres piezas: el macho, la camisa (o falsa campana) y la
capa.
- Para elaborar el macho se realiza primeramente una estructura de ladrillo refractario que dará solidez al conjunto. Una vez construida la estructura de ladrillo se coloca la terraja del interior de la campana en un eje y se comienza a tornear con barro. Para acelerar su secado se prende fuego en el interior de la estructura de ladrillo. Una vez terminada se da una capa de ceniza que permita posteriormente separar la segunda capa.
Elaboración del macho. En CABRELLES MARTÍNEZ, José Luis (1990), "Fundición de campanas" en http://campaners.com/php/textos.php?text=1318
Elaboración del macho. En CABRELLES MARTÍNEZ, José Luis (1990), "Fundición de campanas" en http://campaners.com/php/textos.php?text=1318 |
- La segunda capa es la llamada camisa o falsa campana, pues una vez concluido el proceso de elaboración de los moldes, el espacio de esta segunda capa será rellenado con el metal fundido. Para fabricar esta segunda parte del molde se emplea una terraja con el perfil del exterior de la campana. El material empleado en esta segunda capa es un barro más fino, acabándose los remates, letras y decoración, en cera y sebo.
Elaboración de la camisa o falsa campana. En CABRELLES MARTÍNEZ, José Luis (1990), "Fundición de campanas" en http://campaners.com/php/textos.php?text=1318 |
- La tercera parte del molde es la llamada capa. Es realizada primero con barro fino, para poder registrar con detalle las inscripciones y los relieves. La parte exterior se realiza con barro más grueso reforzado con alambres y cáñamo.
Foso de colada. En CABRELLES MARTÍNEZ, José Luis (1990), "Fundición de campanas" en http://campaners.com/php/textos.php?text=1318 |
Transcurrido
un tiempo prudente para que se enfríe y solidifique el bronce, se
desentierra el foso, se rompe la capa, se saca la campana y se rompe
el macho. Tras limpieza de la campana ya está preparada para sonar.
Esta
descripción abreviada del proceso puede completarse con este pequeño
documental que muestra la fundición de una campana siguiendo el
método tradicional. https://www.youtube.com/watch?v=xAb58b7i03Q
1.3.
PARTES DE LA CAMPANA
Existen
diferentes formas de denominar cada una de las partes de la campana.
La que vamos a emplear aquí es la forma genérica.
- Asas: También es llamada corona, son las asas de enganche al yugo. Su número es de tres (en sentido transversal al eje) para campanas de menos de 100-120 kg. En campanas de mayor tamaño se añaden dos pares de asas más a los laterales (siete en total).
Campana con tres asas. |
Campanas romanas con siete asas, la del fondo de lado y la del primer plano de frente. |
- Hombro: Es la parte superior de la campana, sobre la que se levantan las asas.
- Tercio: Es la parte superior de la caída de la copa. Es una zona donde suele haber inscripciones.
- Medio: La superficie central de la copa de la campana. En ella suele haber inscripciones en la parte que da al interior y una cruz en relieve en la parte que da al exterior.
- Medio pie: Es la parte inicial de la parte baja de la campana.
- Pie: Parte inferior de la copa. Entre el pie y el medio pie se genera una curvatura convexa donde deben golpear los martillos exteriores, pues es este el punto de mayor grosor del bronce y donde se genera su sonido.
- Punto de golpe: pequeño vértice convexo en la parte inferior del interior de la campana donde se sitúa el punto de mayor grosor. Es el punto exacto donde debe golpear el badajo, de lo contrario la campana puede romperse.
- Asa del badajo: Es la anilla situada en la parte superior del interior de la campana donde se ata el badajo.
- Badajo: es el elemento percutor de la campana. Por lo general suele ser una pieza entera de hierro de forja, aunque en algunos lugares suele hacerse de madera la caña y de hierro la bola de golpe y la sujeción superior del badajo. La parte inferior del badajo tiene un orificio para poder enganchar una cuerda.
- Yugo: el yugo es el armazón de madera sobre el que se fija la campana. Puede ser fijo, si no permite el movimiento de la campana, o bien de movimiento, si cuenta con unos ejes.
Partes de una campana (Campana "Gorda" de Lillo - Toledo-) |
Badajo golpeando en su punto (Campana Grande de Matarrubia -Guadalajara-) |
Badajo de hierro (Yunquera de Henares -Guadalajara-) |
Badajo con caña de madera (Valfermoso de Tajuña -Guadalajara-). |
1.4.
SONORIDAD, ARMONIZACIÓN Y AFINACIÓN DE CAMPANAS
Como
ya hemos comentado al hablar de la fundición de campanas, los
maestros fundidores jugaban con con tres variables que determinaban
la sonoridad del bronce: el diseño del perfil, el grosor de las
paredes de la campana y el diámetro de la boca.
En
cuanto al diseño del perfil debemos reseñar que, si bien en España
existe una interesante variedad de perfiles a grandes rasgos estos
pueden agruparse en dos tipos: el esquilón y la romana.
- El esquilón es el habitual en las campanas occidentales, caracterizado por hombros estrechos, perfil alargado y ligeramente curvada.
- La romana en cambio es de hombros anchos y caída recta, con un aspecto mucho más robusto y abombado (de hecho eran conocidas antiguamente como “campanas redondas”). Esta última tipología solo aparece en la mitad norte de la corona castellana. A diferencia de los esquilones, su sonido es ronco y menos vibrante.
La Cabrera (Guadalajara), campana romana y esquilón |
Esta
es la división habitual, sin embargo parece ser que había más
tipos de diseños, con los cuales se enriquecían el timbre de los
conjuntos de campanas. Antonio de Biedma1
en su tratado de fundir campanas (1630) describe el diseño de varios
tipos de campanas: francesa, esquilón, cimbalillo, entretalle... Por
ejemplo, existe una tipología empleada solo en Andalucía, conocida
como “campanas de Pasión”, cuya peculiaridad era la presencia de
unos orificios en el tercio del esquilón, que acortaban su sonido.
Estas campanas de Pasión eran tocadas en la Cuaresma y algunos
momentos de Semana Santa.
Campana de Pasión de la iglesia de San Lorenzo (Sevilla) |
La
sonoridad de los conjuntos de campanas en España suele basarse en un
principio de armonización, es decir, que el sonido de cada campana
guarde cierta coherencia sonora con el resto de bronces. Una
peculiaridad intencionadamente buscada son las diferenciaciones
tímbricas, como por ejemplo ocurre con las campanas romanas, cuyo
timbre contrasta con los esquilones y campanillos que suelen
acompañarlas.
Otra
forma de sonoridad es el de las campanas afinadas, cuyos primeros
pasos se dieron en el siglo XVI en los Países Bajos. Antes de
explicar este proceso debemos reseñar que el sonido de una campana
es la suma de muchas notas parciales que se generan a diferentes
alturas de las paredes de la campana. Los fundidores de los Países
Bajos descubrieron que creando un diseño adecuado y quitando unos
milímetros en determinados puntos del interior de la campana se
pueden afinar todos estos parciales. El resultado de esta técnica
son conjuntos completamente afinados que como consecuencia
evolucionará a otra formas de toque, de los cuales hablaremos más
adelante.
Proceso de afinación de una campana (www.camaners.com) |
Los
conjuntos de campanas armonizadas se organizan de diferente forma que
los conjuntos de campanas afinadas. En el centro y norte de Europa,
donde los conjuntos de campanas están perfectamente afinados, se
conoce la nota exacta que produce cada campana, siendo frecuente que
el “apodo” por el que se conoce a la campana de forma coloquial
sea el nombre de la nota musical que posee.
En
España en cambio en muy raras ocasiones se sabe la nota (es algo
irrelevante, no importa dentro de un conjunto de campanas armonizado)
y son conocidas y organizadas según su puesto dentro del conjunto,
sin ninguna referencia objetiva de carácter universal. Por ejemplo,
la “grande” de una campanario parroquial lo es porque cumple esa
función en su torre, pero objetivamente es pequeña en comparación
con una campana de catedral.
Una
forma habitual organizar las campanas en España es dividirlas en
campanas grandes, medianas y pequeñas. En Castilla, por ejemplo, los
campanarios suelen organizarse de mayor a menor en campanas (romanas
o esquilonadas), esquilones y campanillos (también llamados
cimbalillos, esquilas, esquilines, pascualejas o campanos). Además,
la forma común de agruparlas es por parejas, una macho (la grande) y
una hembra (la pequeña) cuyo sonido a veces puede presentar menos de
medio tono de diferencia; de forma que este esquema por pareja da como resultado conjuntos con dos campanas, dos
esquilones o dos campanillos. Por ejemplo, es muy común en pueblos
castellanos que las torres tengan dos campanas, la grande (o gorda) y
la pequeña (o chica) acompañadas de uno o dos
campanillos (grande y pequeño).
1.5.
BENDICIÓN
Antes
de subir las campanas a la torre era imprescindible la bendición del
bronce. Bendición que en muchas ocasiones es conocida como bautizo,
pues se le impone el nombre de un santo. A veces se habla de
consagración, pues se ungía el bronce con Crisma, del mismo modo
que se consagraban los cálices o los templos.
Los
primeros datos que se tienen sobre las bendiciones datan del siglo
VIII. En la liturgia visigoda existía la bendición de bronces.
Finalmente, en el Ritual Romano del Concilio de Trento (1545-1563) se
fijó para todo el orbe católico la bendición solemne de campanas,
la cual era potestad del obispo ordinario de la Diócesis. La
bendición consistía en una serie de oraciones en las que se lavaba,
se ungía con óleo de enfermos y con Crisma y finalmente se
incensaba con un gran brasero la campana, de forma que el humo
envolviera todo el bronce. En 1892 se fijó una nueva bendición para
campanas destinadas a usos civiles, y en 1902 una forma simplificada
para campanas destinadas a uso religioso. Después del Concilio
Vaticano II se redactó una nueva forma de bendición más
simplificada aun que las anteriores.
La
bendición era muy importante, pues sin ella el obispo podía
prohibir que una campana tocase. En ella se le imponía a la campana
el nombre de un santo, al que se le encomendaba su intercesión. En
la gran mayoría de campanas antiguas suele aparecer del siguiente
modo: Sancta
María (por
ejemplo) ora
pro nobis. Es
decir, Santa María ruega por nosotros. El nombre del santo que se le
imponía solía estar en relación a los santos de devoción de la
parroquia, reservando generalmente el titular de la iglesia o el
patrón para la campana más grande. No solía tampoco faltar alguna
campana a Santa Bárbara, abogada de las tormentas y de los
campaneros. El nombre del santo con el que se bautizaba a la campana
era generalmente con el que era conocida. Aunque en otras ocasiones
solía denominarse por su tamaño o por motes circunstanciales a su
historia, su uso o su sonido: la Gorda, la chica, el campanillo, el
esquilón, el aguijón, la golondrina, pascualeja, la rota etc.
Ceremonia de bendición de las campanas de las Escuelas Pías de Valencia (años 40-50) |
Por
tanto vemos que la campana es un instrumento que podría considerarse
de intercesión, en el sentido de que en virtud de la bendición con
su sonido se pedía la intercesión del santo al que se dedicaba el
bronce. Este sentido de trascendencia fue poco a poco perdiéndose,
limitándose a partir del siglo XIX a dedicar la campana a uno u otro
santo. El nombre del santo ya no era acompañado del ora
pro nobis sino
del “Dedicada a”.
Si
quieres saber más sobre la bendición de las campanas le
recomendamos que lea el capítulo III del artículo de este blog Los
sagrados bronces: el uso litúrgico de las campanas en la Iglesia
Católica
http://vozdebronce.blogspot.com/2019/01/los-sagrados-bronces-el-uso-liturgico.html
1.6.
TOQUES
Como
ya hemos escrito líneas arriba, las campanas empezaron a usarse en
la Iglesia en torno al siglo V ó VI. En un principio parece que se
empleaban para avisar del rezo de las horas canónicas y para oficios
fúnebres. Desde entonces el repertorio de toques empezó a aumentar
y hacerse mucho más completo y variado. Entre los siglos XVI y XVIII
el lenguaje de campanas adquiere su mayor complejidad. Es en este
periodo cuando se redactan las principales reglas de toque (denominadas también consuetas), una especie de instrucciones que indicaban
cuándo y qué se debía tocar en cada momento. El repertorio de
toques era amplio y complejo, lleno de matices. Una parroquia normal
podía tener cerca de una veintena de toques, mientras que una
catedral podía llegar a tener un centenar. En el siglo XIX se inicia
una fase de declive y pérdida, llegando hasta nuestros días el
último eslabón de campaneros tradicionales, que aprendieron de sus
antecesores tan digno y elevado oficio.
Repique en Quintanilla de la Viñas (Burgos) Foto: http://www.jccanalda.es |
Simeón Millán repicando en la Basílica del Pilar de Zaragoza (1940), foto: http://campaners.com |
Volteo de campanas en Sedano (Burgos). Foto: https://www.verpueblos.com |
Hay
una glosa medieval que condensa a la perfección el uso de las
campanas y la finalidad de los toques: “Laudo Deum Verum, plebem
voco, congrego clerum, defunctos ploro, ninmbum fugo, festaque
decoro” (Alabo al Dios verdadero, llamo al pueblo, reúno al clero,
lloro a los difuntos, ahuyento a las nubes tempestuosas, doy lustre a
las fiestas). En torno a estos seis enunciados se organizan los
toques de campana: alabar a Dios con los diferentes toques de oración
(las tres Ave María, Ánimas, Viático, Elevación del Cuerpo y
Sangre de Cristo durante la Misa); congregar al clero (rezo de las
Horas Canónicas); llamar al pueblo (Misas, Concejo, hacendera,
arrebato), llorar a los muertos (toques de muerto, clamores, dobles,
entierros, Misas de novenario, Misas de Aniversario etc); tocar
contra las tormentas (en esta faceta “intercesora” había también
toques de exorcismo o de buen parto).
Si
quieres saber más sobre los toques le recomendamos que lea el
capítulo V del artículo de este blog Los
sagrados bronces: el uso litúrgico de las campanas en la Iglesia
Católica
http://vozdebronce.blogspot.com/2019/01/los-sagrados-bronces-el-uso-liturgico.html
Hasta
ahora estamos entendiendo que las campanas sirven para realizar una
serie de toques manuales que contienen un significado; sin embargo,
no es el único uso que han tenido, existen también las campanas de
reloj y los carillones. Los relojes mecánicos empiezan a difundirse
por Europa en torno al siglo XIV. Los carillones son unos
instrumentos musicales que consisten en uno teclado que golpea
campanas, cada una de ellas perfectamente afinada en una nota, de
forma que pueden interpretarse melodías musicales. Los carillones
surgieron en los Países Bajos entre los siglos XVI y XVII y se
utilizan tradicionalmente para interpretar melodías mientras se
encuentran abiertos los mercados. En España esta tipología de
conjunto de campanas apenas tuvo presencia hasta el siglo XX. Hasta
entonces sólo existían dos “órganos de campanas”, uno en el
Escorial y otro en el palacio de Aranjuez, mandados ambos construir
por Felipe II.
Carillón del Escorial. Foto: https://www.aytosanlorenzo.es |
Anna Maria Reverté, carillonista de la Gerenalitat. Foto: http://blog.ghatapartments.com/ |
La
diferencia entre las campanas de toques “litúrgicos” y las
campanas del reloj es que las primeras marcan un tiempo jerarquizado
y con significado enmarcado dentro de la creencia religiosa, mientras
que los toques de reloj señalan una división exacta del tiempo que
carece de significado.
Catedral de Toledo en 1887. Las campanas "litúrgicas" y las del reloj se encontraban en dos torres diferentes, así como el campanillo de señales con el que se avisaba desde el coro del inicio y fin de algunos toques. foto: https://toledoolvidado.blogspot.com |
1-
Fundidor afincado en Écija (Sevilla).