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viernes, 8 de enero de 2021

UNA PECULIAR TÉCNICA DE VOLTEO: "EL FALSO CIGÜEÑAL"

ROMERA SOTILLO, Álvaro 



En algunos pueblos de la Alcarria y la Campiña de Guadalajara, existió una peculiar técnica de volteo que hemos denominado “falso Cigüeñal”.

Durante la campaña de documentación de 2013 pudimos documentar la existencia de esta técnica de volteo en Centenera y Valdesaz (en el eje Guadalajara-Brihuega) y El Sotillo (cerca de Cifuentes), conociendo de primera mano por parte de los ajecutantes la forma en que se llevaba a cabo. En posteriores documentaciones hemos encontrado indicios que nos hacen sospechar la existencia de esta técnica en Yunquera de Henares (cerca de Guadalajara), Lupiana (localidad vecina de Centenera), Matarrubia (cerca de Uceda) y Baides (cerca de Sigüenza).

Esta técnica de volteo consiste en pasar una cuerda por encima del extremo de uno de los extremos del brazo y tirar y aflojar de los dos cabos como si fuera un cigüeñal (de ahí su nombre), empleando como eje el brazo de madera del yugo. Debido al continuo rozamiento de la cuerda, que permanece inmóvil mientras el brazo gira, se producen unas características acanaladuras que a su vez sirven de guía a la cuerda e impiden que esta se mueva lateralmente. Es una técnica que entraña algunos riesgos: el perfil curvado de los brazos puede arrojar la cuerda fuera y quedar aprisionada entre la testa y la pared, con el consecuente peligro de que se pare en seco la campana.

Volteo de "falso cigüeñal" documentado en Centenera y El Sotillo (Guadalajara)



Volteo de "falso cigüeñal" documentado en Centenera y El Sotillo (Valdesaz)

Volteo de falso cigüeñal de Centenera y El Sotillo


Existe una variante de esta técnica que solo hemos documentado en Valdesaz. Consiste en atar uno de los cabos en la barandilla situada en la parte inferior de la tronera, pasar la cuerda por encima del brazo y tirar del otro cabo. Según nos comentaron los informantes, esta forma de toque solo se realizaba cuando se disponía de un cable de acero.

Volteo de "falso cigüeñal" documentado en Valdesaz (Guadalajara)

Volteo de "falso cigüeñal" documentado en Valdesaz (Guadalajara)


Volteo de "falso cigüeñal" de Valdesaz

Una de las ventajas de esta técnica frente al volteo a mano es el menor esfuerzo físico y la gran velocidad de giro que se alcanzaba (en campanas grande podían tirar de las cuerdas varias personas). Esta técnica es posible gracias a la existencia de ejes acodados que realzan por encima del eje de rotación el brazo de madera, permitiendo un mayor impulso al tirar de la cuerda cada vez que la campana sale hacia afuera.

Esta técnica ocasionaba a la larga el deterioro del propio brazo, pues poco a poco el rozamiento de la cuerda ahondaba la acanaladura. En el caso antes de citado de Valdesaz, los informantes reconocieron que el empleo de cable de acero acabó por debilitar bastante la estabilidad del yugo hasta dejarlo prácticamente inutilizable. Este sistema de volteo dejó de emplearse cuando se sustituyeron en el año 1959 los antiguos yugos de madera por otros de hierro. Desde entonces las campanas se voltearon con cigüeñal o a mano. Hoy en día solo se voltean a mano.

Durante la campana de 2013 pudimos conocer antiguos campaneros de Centenera que nos enseñaron la forma de realizar esta técnica. El campanario de esta localidad cuenta con tres campanas del siglo XVIII (campana grande, campana pequeña y campanillo) con sus tres yugos de madera de la misma época. En los años ochenta se realizaron unas reparaciones en los yugos de las campanas pequeña y grande. Las testas de los brazos fueron serradas varios centímetros y sus primitivos ejes acodados sustituidos por unos cajeados de hierro dotados de ejes industriales en los que se insertaron los brazos de madera. Desde que se realizó esta intervención, las campanas se voltean única a mano. El brazo del campanillo, que no se reparó, conserva todavía las acanaladuras producidas por el desgaste de las cuerdas.

Centenera (Guadalajara). Campanillo.

Centenera (Guadalajara). Detalle del brazo del campanillo con los desgastes producidos por el rozamiento de la cuerda. 


Los yugos de las campanas de la parroquia de El Sotillo, conservan los desgastes de las cuerdas. Por lo que nos comentó el informante, esta técnica no debió caer en absoluto desuso, pues parece que suele alternarse con el volteo a mano.

El Sotillo, Campana pequeña

El Sotillo, campana pequeña. Detalle de las acanaladuras.

El Sotillo, campana pequeña. Detalle de las acanaladuras.

El Sotillo, campana pequeña. Detalle de las acanaladuras.


Estos casos mencionados pertenecen a pueblos en los que se pudo documentar la existencia de esta técnica a través de entrevistas con sus ejecutantes. En la campaña de 2013 y en posteriores hemos podido documentar la existencia de yugos que presentan las características acanaladuras producidas por el roce de la cuerda pero no hemos podido confirmarlo por parte de algún vecino. Estos yugos se localizan en diferentes campanarios distantes geográficamente, tanto en pueblos del antiguo obispado de Sigüenza como el arzobispado de Toledo. Estos ejemplares han sido localizados en Baides (en los yugos de sus dos campanas romanas), los yugos de las dos campanas de Matarrubia y en uno de los yugos antiguos expuestos en el interior de la torre campanario de Yunquera de Henares. En el interior del campanario de Lupiana se conserva arrumbado un antiguo yugo de madera que presenta en los extremos de su brazo unos sospechosos rebajes que matan el vivo del extremo del brazo, aunque no se conservan desgastes de acanaladuras, es probable que esas muescas fueran talladas en previsión al uso de esta técnica.

Baides. Brazos de los yugos con una profunda acanaladura.

Matarrubia. Campana pequeña. El brazo derecho muestra ligeras marcas de rozamiento.

Matarrubia. Campana grande.

Matarrubia. Campana grande. Detalle de las acanaladuras del brazo.

Matarrubia. Campana grande. Detalle de las acanaladuras del brazo.

Yunquera de Henares, exposición en el interior de la torre de yugos antiguos.

Yunquera de Henares. Detalle de uno de los brazos donde se muestra el desgaste de la cuerda.

Yunquera de Henares. Detalle de uno de los brazos donde se muestra el desgaste de la cuerda.

Lupiana. Antiguo yugo arrumbado en la torre.

Lupiana. Detalle de las muescas realizadas en las aristas del brazo ¿realizadas para orientar la cuerda durante el volteo?

Lupiana. Detalle de las muescas realizadas en las aristas del brazo ¿realizadas para orientar la cuerda durante el volteo?


Poco sabemos sobre su origen. Podemos especular dos posibles opciones: que se imitara de forma “ruda” el sistema de cigüeñal, presente en algunos yugos españoles desde el siglo XVIII, o bien que fuera una evolución del balanceo con cuerda o una forma auxiliar de balancear y, sobre todo, dejar “empinada” (inmovilizada con la copa arriba) la campana. Sea como fuere, es una técnica relativamente moderna, que probablemente apareció con la implantación del volteo en las últimas décadas del siglo XVIII o principios del XIX. Independientemente de su origen, lo cierto es que esta técnica tiene como marco geográfico la mitad occidental de la provincia de Guadalajara, pues, como hemos dicho antes, aparece en localidades que pertenecieron tanto al antiguo Arzobispado de Toledo (Centenera, Lupiana y Valdesaz en la Alcarria; Yunquera de Henares y Matarrubia en la Campiña) como al Obispado de Sigüenza (El Sotillo y Baides).

La distancia geográfica existente entre los pueblos mencionados nos hace sospechar que esta técnica pudo tener una amplia aceptación, y que debido a diferentes motivos (la destrucción de campanas durante la guerra civil, la sustitución de yugos tradicionales por nuevos de hierro), desapareciera en favor del volteo con cigüeñal o a mano.

martes, 2 de julio de 2019

EL CAMPANARIO DE LA IGLESIA PARROQUIAL DE SAN BARTOLOMÉ APÓSTOL DE MATARRUBIA (GUADALAJARA)

Álvaro Romera Sotillo


1. La torre campanario de la Iglesia Parroquial de San Bartolomé Apóstol de Matarrubia



La Iglesia Parroquial de San Bartolomé Apóstol es un templo de una sola nave cuya construcción se inició en el siglo XVI. Aunque muy modificada posteriormente, conserva una interesante puerta renacentista en el muro del mediodía. En 1820 un pavoroso incendio arruinó el templo e hizo desaparecer el artesonado con el que se cubría. En el siglo XIX se levantó la actual bóveda de medio cañón con lunetos que cubre el cuerpo del templo, y muy probablemente la actual torre campanario, levantada sobre un muro a los pies del templo de unos dos metros y medio de espesor. La fachada occidental está realizada en mampostería, al igual que el resto del templo. A partir de la cornisa la obra cambia a sillería de caliza, rematando con la torre campanario, de peculiar diseño. Consta de cinco ventanales, dos hacia el occidente, otros dos al oriente y uno al sur. En el lado norte se encuentra la puerta de acceso. Se sube al campanario a través de una escalera de caracol de piedra que parte del coro.  Existe un reloj de sol tallado en uno de los contrafuertes del lado sur con una inscripción indicando el autor y el año: “Mathias Sanchez, año de 1743”.










2. Las campanas


La torre cuenta con un interesante conjunto compuesto por dos campanas y un campanillo. La campana grande es romana, de perfil también llamado castellano. El campanillo es de 1779, mientras que las campanas fueron fundidas en el mismo año (1906) en Sigüenza por Apolinar Colina y compañía. La familia Colina asentó en Sigüenza un taller de fundición de campanas que funcionó hasta aproximadamente los años sesenta del pasado siglo. Las dos campanas penden de los ventanales del lado occidental, mientras que que el campanillo cuelga en uno de los ventanales de la cara este. Como desconocemos el nombre popular de las campanas, las hemos denominado de menor a mayor de forma genérica como campanillo (1), campana pequeña (2) y campana grande (3). El campanillo presenta una invocación a Cristo y a la Virgen María. La grande está dedicada a San Bartolomé, titular del templo parroquial. 



     2.1. Jesús, María (1), campanillo 



















Diámetro:    45       Altura del bronce:        41,5            Borde:       4
Peso aproximado:       50 kg
Año: 1779
Descripción: Campana interesante con dos orificios de bala que parecen no afectar demasiado a su sonido. La epigrafía se localiza en el centro. En el tercio se concentras todas las epigrafías: “YHS # MARIA # ORA # PRONOBIS # ANO # 1779 #”. Es decir, Jesús y María rogad por nosotros. La campana se encuentra mal orientada, mostrando hacia el interior la cruz sobre calvario.
Tercio:
Dos cordones/
“YHS # MARIA # ORA # PRONOBIS # ANO # 1779 #”/
dos cordones
Medio:
(00) Cruz sobre calvario
Medio pie:
Tres cordones
Observaciones: 
En la parte inferior del brazo tiene dos garruchas que servían para orientar las cuerdas de las dos campanas hacia el coro.


     2.2. Campana (2), campana pequeña











Diámetro:    67,5      Altura del bronce:        59,5           Borde:       7
Peso aproximado:       150 kg
Fundidor: Apolinar COLINA Y COMPAÑÍA (Sigüenza)
Año: 1906
Descripción: Campana interesante salida de los talleres de unos de una de las sagas de fundidores más activa en Guadalajara desde finales del siglo XIX hasta mediados del siglo XX. Aunque carece de nombre, y su inscripción se limita a una sencilla línea informando de su lugar de fundición y año, su hechura similar a la campana grande. Presenta en su exterior un orificio de bala que no parece afectar a su sonido. Solo presenta una inscripción situada en el Medio Pie del interior: “SE FUNDIO EN SIGÜENZA AÑO 1906”. Es llamativo que no esté dedicada a ningún santo, así como que no aparezcan los nombres del fundidor, del cura y del Alcalde del momento, que sí aparecen en la campana grande. Todo apunta a que al ser hecha esta y la grande a la vez, se decidiese suprimir inscripciones en esta puesto que quedaba claro que ambas fueron fundidas a la vez y por el mismo autor. 
Tercio:
Tres cordones
Medio:
(00) Cruz sobre calvario
Medio pie:
Cenefa decorativa (06) “SE FUNDIO EN SIGÜENZA AÑO 1906”/
dos cordones finos/
dos cordones gruesos/
Pie:
Siete cordones
 

      2.3. San Bartolomé  (3), campana grande


























Diámetro:    94,5      Altura del bronce:        75           Borde:       7,5
Peso aproximado:       350 kg
Fundidor: Apolinar COLINA Y COMPAÑÍA (Sigüenza)
Año: 1906
Descripción:
Campana interesante salida de los talleres de unos de una de las sagas de fundidores más activa en Guadalajara desde finales del siglo XIX hasta mediados del siglo XX. Presenta un perfil decorado con numerosos cordones, como es habitual en campanas de esta época de los Colina. Como es normal en las parroquias, al ser la campana grande se encuentra dedicada al titular del templo, San Bartolomé.  Las inscripciones se concentran en el tercio y en un cartucho de la parte interior del medio. En el tercio la dedicación de la campana “DEDICADA A S BARTOLOME APOSTOL PATRONO DE ESTA PARROQUIA”. En el Medio, en un cartucho: “SE FUNDIO EN SIGUENZA/ POR APOLINAR COLINA Y COMPA/ ÑIA SIENDO PARROCO D JUAN ANTO/ NIO CORTES Y CAPELLAN DON CONS/ TANTINO SANCHEZ ALCALDE D JUAN/ GARCIA SINDICO D MANUEL SERRANO/ REGIDORES D ATANASIO GONZALEZ/ Y D EUSTAQUI ESTEBAN AÑO 1906”.
Hombro:
Tres cordones
Tercio:
Dos cordones gruesos/
Dos cordones finos/
Cordón grueso/
dos cordones finos/
“DEDICADA A S BARTOLOME APOSTOL PATRONO DE ESTA PARROQUIA”/
Cenefa decorativa
Medio:
(00) Cruz sobre calvario
(06) En cartucho: “SE FUNDIO EN SIGUENZA/ POR APOLINAR COLINA Y COMPA/ ÑIA SIENDO PARROCO D JUAN ANTO/ NIO CORTES Y CAPELLAN DON CONS/ TANTINO SANCHEZ ALCALDE D JUAN/ GARCIA SINDICO D MANUEL SERRANO/ REGIDORES D ATANASIO GONZALEZ/ Y D EUSTAQUI ESTEBAN AÑO 1906”
Medio pie:
Cordón grueso/
Dos cordones gruesos/
Dos cordones gruesos/
Pie:
Cuatro cordones finos/
Cordón grueso
Observaciones:
El brazo derecho del yugo presenta en su extremo unos desgastes acanalados. Estos son similares a los de algunos yugos de la Alcarria que eran volteados con cuerdas, como si fuera un cigüeñal, pasando una cuerda por encima del brazo y tirando de los dos cabos.

     2.4. Yugos


Caemos en un error si pensamos que la campana, por sí sola, es un instrumento musical. Al contrario, es una parte, la más importante de un instrumento musical. El instrumento en sí lo forman varios elementos: la torre campanario, que actúa como una gran caja de resonancia amplifica y proyecta el sonido; los yugos, de los que cuelgan los bronces; los badajos. Pero aún hay más elementos que permiten el toque, como las cuerdas, las garruchas y otros muchos que no aparecen en esta torre, como pueden ser tarimas, argollas etc. 

Los yugos son piezas de tanto interés patrimonial como las campanas. En este campanario se conservan tres yugos tradicionales de madera. Muestran diferentes hechuras: el del campanillo parece haber sido realizado por un artesano local, mientras que los yugos de las campanas parecen haber salido de los talleres de Apolinar Colina de Sigüenza. 

Los dos yugos de las campanas mayores poseen un sistema de contrapeso habitual en el centro de la península consistente en realzar el bronce por encima del eje de giro, de forma que parte del peso de la campana sirve como contrapeso. Para realzar la campana por encima del eje el centro del brazo presenta una escotadura que permite empotrar la corona y parte de los hombros. Por otro lado, los ejes presentan una escuadra en sus extremos que levantan el conjunto y rebajan el eje de rotación varios centímetros por debajo del brazo. En cambio, el campanillo presenta ejes rectos y el brazo solo presenta un pequeño ahuecamiento que cobija parte de las asas de la campana. Al ser un bronce de pequeñas dimensiones no hace falta recurrir a este sistema de contrapeso.

Campana grande. Eje acodado y palanca de balanceo.

Campana pequeña. Campana empotrada en el brazo.

Campanillo, detalle del eje recto

La campana grande cuenta además con una palanca curvada hacia abajo que sirve para balancear la campana sin necesidad de empujar el bronce con las manos (que apaga su sonido). Todos los herrajes son originales, realizados en forja. El sistema de anclaje de los ejes y las campanas se realiza a través de palomillas.

Campana pequeña, detalle de las palomillas de sujeción de la campana
Campana grande, detalle de la palomilla de sujeción del eje derecho



3. La tradición campanera toledana: campanas y yugos


Hasta el año 1955 Matarrubia perteneció al arzobispado de Toledo. En España existen varias tradiciones campaneras que vienen a coincidir con la geografía eclesiástica española hasta mediados del siglo XIX, siendo Toledo la diócesis más grande de España, sede Primada y sede Metropolitana de su provincia eclesiástica. Su territorio se extendía por las actuales provincias de Toledo, Madrid, parte de Guadalajara, Ciudad Real, parte de Albacete, de Extremadura y algunas zonas del norte de Granada y Jaén. Cuando hablamos de tradición hablamos de unas formas propias basadas en la morfología de las campanas, de los yugos (y otros como las torres campanario y elementos de la instalación). Por tradición entendemos también una forma concreta de interpretar toques compartida por las parroquias de un mismo territorio diocesano. En cada obispado existía un patrón más o menos común a la hora de interpretar los toques y jerarquizarlos según las festividades. 

El arzobispado toledano se encuadra dentro de la tradición sonora castellana, en la que como peculiaridad encontramos las campanas denominadas “romanas”, de aspecto abombado y sonido ronco. Por lo general los campanarios parroquiales suelen estar compuestos por dos campanas (macho y hembra, generalmente romanas) y uno o dos campanillos, de tamaño considerablemente menor para buscar un contraste tímbrico. 

Los yugos incide de forma determinante en el toque (repique, medio vuelo o vuelo) así como en su sonoridad. En España existen numerosas formas de yugos, siendo el toledano una de sus tipologías más características. Las partes básicas de los yugos toledanos son las siguientes:


  • Brazo: Es la pieza principal del yugo. Es una viga de gran tamaño en la que se engancha la campana. Permite además su movimiento gracias a los ejes. 

  • Ejes: Son unas piezas de hierro colocadas a ambos extremos de los brazos, insertas en unas acanaladuras efectuadas en su parte inferior. Se ubican de tal modo que no entran en contacto con el bronce pues podría transmitir la vibración al muro. Tradicionalmente suelen asentarse en unas zapatas de madera empotradas en los laterales de los ventanales. En ocasiones, para evitar un desgaste excesivo de la madera, el eje asienta sobre una pieza de bronce inserto en la zapata.
  • Cabeza: Es el contrapeso de la campana. Está compuesto por una pieza de madera. A veces por dos. Suele ser de pequeño tamaño, estrecho y con perfiles moldurados en los laterales superiores.


Junto a estas piezas principales existen otras secundarias. La sujeción de la campana se realiza a través de unos herrajes cogidos con palomillas o tornillos en una pieza de madera colocada sobre la cabeza en sentido transversal. Suelen presentar también una palanca, generalmente curvada hacia arriba y rematada en un ojal o aro donde atar una cuerda. Este elemento permite balancear la campana e incluso frenarla cuando la campana se encuentra arriba empleando como tope la cabeza. Abundan los herrajes en forma de arco en los frentes del brazo para mantener su estabilidad, así como abrazaderas en sus extremos para reforzar la sujeción de los ejes.

El equilibrado de este tipo de yugo es bastante interesante. A diferencia de otras tipologías que ponen completamente la campana por debajo del eje de rotación (como la tipología Valenciana, Aragonesa, Catalana...) el yugo toledano levanta por encima del eje el bronce con el fin de emplear parte del mismo como contrapeso. Para ello recurre a dos elementos: los ejes acodados (en forma de L) y la escotadura de la parte inferior del brazo para empotrar a mayor altura el bronce. Esto tiene un efecto sonoro directo, puesto que el eje de rotación se encuentra a un cuarto o a un tercio de altura del bronce, o incluso a la mitad de la campana. El volteo de estos yugos genera un ritmo diferente al de los yugos de ejes rectos. Si un yugo valenciano en volteo genera un ritmo ternario con dos golpes y un silencio, el toledano viene a generar dos golpes y un silencio equiparable a los dos golpes. 

Yugo toledano. En rojo el eje de rotación
Yugo valenciano. En rojo el eje de rotación



El aspecto de estos yugos es más bien pequeño y achatado. Existen unas proporciones básicas que suelen cumplirse en esta tipología, que demuestran su consolidación y  conocimiento más o menos generalizado de las mismas, puesto que los yugos eran realizados por carpinteros locales. La altura total del brazo y la cabeza viene a ser la de la copa de la campana. La altura de la cabeza y el brazo suele ser la misma, la mitad de la altura total. La escotadura inferior suele tener un cuarto de la altura total.

No sabemos las razones concretas que propiciaron esta tipología de yugo, lo que está claro es que presenta ciertas ventajas en ventanales de poca altura. Así mismo ofrece un control bastante preciso y permite pararla invertida sin mucho esfuerzo.

Proporciones frecuentes del yugo toledano


Todas estas consideraciones en torno a la tradición toledana son también patrimonio material e inmaterial. Una restauración, si debe ser considerada como tal, debe tener en cuenta estas premisas, de lo contrario una intervención que no se encamine a recuperar estos valores podría considerarse destrucción patrimonial. Desgraciadamente la mayoría de las empresas suelen realizar yugos siguiendo patrones preestablecidos, y en muy pocas ocasiones se restauran o sustituyen por copias, siendo piezas de un alto valor patrimonial. 

Es conveniente mencionar la tipología característica del antiguo obispado de Sigüenza, de gran personalidad y belleza. La principal característica de estos yugos es la cabeza de gran tamaño, de dos piezas y generalmente en forma de champiñón. Las proporciones son variadas, en algunos casos coinciden con las toledanas, en otros casos la cabeza suele tener mayor altura. Suelen tener también empotrada la corona, y a veces los hombros. Pueden tener ejes acodados, aunque a veces carecen de ellos. Esta tipología fue la empleada habitualmente por los Colina, siendo llamativo que en el caso de Matarrubia elabora dos yugos siguiendo las características toledanas. 

La Cabrera (cerca de Sigüenza), con sus yugos tradicionales

Yugo conservado en la iglesia de Santiago de Sigüenza.

Anuncio publicitario de la Casa Colina en los años veinte.

4. Propuestas en una hipotética restauración


A continuación enumeramos una serie de puntos a seguir en una hipotética restauración


  • Redes anti aves: La torre ha sido restaurada recientemente de forma muy acertada, aunque podrían realizarse algunas mejores que permitirían el volteo de las campanas, actualmente imposibilitado por las redes anti aves colocadas en la parte exterior de los ventanales. El sistema que proponemos es sustituir los anclajes fijos de las redes por un sistema de persiana similar al que se encuentra en la torre de la cercana localidad de Yunquera de Henares, de forma que las redes son levantadas con cuerdas antes de voltear las campanas. De este modo las campanas y la torre queda protegida de las palomas y el efecto perjudicial de la palomina, y a la vez permite el volteo en los días de fiesta. 

Yunquera de Henares (Guadalajara). Red antiaves con sistema de elevación
Yunquera de Henares (Guadalajara). Red antiaves con sistema de elevación

  • Campanas: Las campanas se encuentran en buen estado de conservación. El campanillo y la pequeña tienen orificios de bala que no parecen afectar a su sonido. Por este motivo, y por el valor histórico de los mismos, se desaconseja el rellenado de los orificios, siguiendo la misma técnica que para la soldadura de campanas. Las badanas de cuero de los badajos deberían ser sustituidas por otras nuevas o por cuerdas, colocando también un cable de acero de protección que sujete el badajo en caso de que falle la badana o la cuerda. Este cable debe pasar por el ojal de la punta, y colocarse de forma adecuada para que no golpee la campana (Ilustración 16).

     
Campana grande (Yunquera de Henares). Detalle del badajo sujeto con un cable de acero.

  • Yugos: Los yugos presentan un estado de conservación bastante bueno. Debería evaluarse el estado de conservación de la parte exterior, que no parece muy diferente del interior, y ser restaurados convenientemente, rellenando con madera o masillas las grietas (ilustración 17). Lamentablemente muy pocas empresas tratan los yugos como bienes culturales susceptibles de ser restaurados. Por desgracia, las empresas suelen sustituir los yugos tradicionales por otros siguiendo un catálogo propio, sin respetar las formas y el perfil tradicionales de los yugos de forma que se echan a perder los yugos antiguos. Todos los herrajes deberán conservarse. Si alguno de ellos hiciera peligrar la seguridad del conjunto se sustituirá por otro igual. En cuanto a las zapatas de la pared, debería evaluarse la posibilidad de ser sustituidas por unos rodamientos industriales.
Restauración de un yugo tradicional



  • Mecanización: En cuanto a la mecanización, se recomienda exclusivamente el martillo eléctrico, puesto que el volteo tradicionalmente solo se efectuaba tradicionalmente unas pocas veces al año. De este modo se evita también abusar de este toque y se garantiza la solemnidad requerida en las festividades más importantes de la parroquia, como son el Cristo, San Bartolomé, el Corpus o Resurrección. La ausencia de motores obliga a voltear de forma manual. La mecanización deberá ser compatible con el toque manual.                                                                                                                                                                                                El programa de toques deberá basarse en los tradicionales del pueblos y si se han perdido intentar copiar los de poblaciones vecinas. Los toques del antiguo arzobispado toledano suelen tener un esquema similar. Los toques litúrgicos suelen tener un patrón común: Misas de diario dos o tres toques sencillos, avisando si es primero, segundo o tercero con un número de campanadas al realizar la serie de campanadas; Para la Misa de Domingos se añade un repique antes del primer toque; En las Misas de fiesta suele seguir el mismo esquema que en los domingos, aunque puede haber alguna variante, como un repique más elaborado, o repique combinado con alguna campana a medio vuelo; En días de Fiestas importantes para la localidad, como las patronales, las del titular de la parroquia, el Corpus o Resurrección se volteaban las campanas. En cuanto a los toques fúnebres, el anuncio de un difunto solía realizarse por medio de las “campanadas de Muerto” consistentes en una serie de campanadas pausadas con la Grande. Su número indicaba el sexo del finado. Para el fallecimiento de niños se solía interpretar un repique “de Gloria”. Para entierros y misas de difuntos se solían tocar clamores. A lo largo del día se tocaban diferentes toques de oración. El rezo de las tres ave Marías (el Ángelus) se tocaba al amanecer, al mediodía y al anochecer. Solía ser un toque basado en nueve campanadas de tres en tres con la campana grande (una por cada Ave María). A continuación se hacía un sencillo repique, o bien se tocaba una campana a medio vuelo. Una hora después de tocarse el toque de “oraciones” (que es como se solía llamar al último Ave María) se tocaba a Ánimas siguiendo un esquema similar. Esta sencilla enumeración puede enriquecer los toques de la localidad para poder elaborar una programación acorde con la tradición.