Jiménez-Jiménez,
Carlos
Una calurosa mañana del
14 de agosto de 2015. Las campanas de la iglesia parroquial de Santa María
Magdalena de Escalonilla, en Toledo, no tocan el ángelus a las 12 del mediodía.
Uno de los monaguillos se percata de tal hecho y se dirige a la Iglesia a
comprobar qué sucede: el ordenador que controla los electromazos responsables
de la ejecución mecánica de los toques no funciona. - ¡no puede ser: las
máquinas no fallan! - se dice así mismo el joven ayudante del cura mientras
piensa cómo solucionar el problema. Esa misma tarde, después de la misa
valedera, y al día siguiente, las campanas deberían sonar con estrépito
anunciando la festividad de la Asunción. Al joven monaguillo no se le ocurre
otra cosa que avisar a un grupo de amigos para que hagan sonar las campanas esa
tarde a las vísperas.
Así comienza la
recuperación de los toques tradicionales de las campanas en Escalonilla
(Toledo). El que escribe estas líneas fue uno de los componentes de aquel grupo
de jóvenes que, gateando por una escalera que más bien parecía un tobogán de
palomino, se auparon a la torre de su iglesia aquella calurosa tarde de verano.
Para muchos de los que ese día subimos a la torre era la primera vez que accedíamos
a ese recinto que, durante siglos, ha despertado la curiosidad de las gentes de
Escalonilla, y que, muy pocos paisanos, han tenido el privilegio de pisar.
El estado en que se encontraban
tanto la escalera de acceso, como la sala de campanas, e incluso los propios
bronces, solo podía ser calificado de un modo: lamentable. La escalera de
acceso estaba cubierta de palomino hasta tal punto, que era imposible
distinguir un escalón de otro. La sala de las campanas, con más de un palmo de
palomino, hacía insalubre la permanencia en ella. Las campanas, de igual modo,
cubiertas de excrementos de paloma y en un estado deplorable: redes antipalomas
mal colocadas, enganchadas en las propias campanas, rotas y decoradas con
cadáveres momificados de palomas y estorninos; una campana (la Rota) con el
yugo casi desecho y los tirantes sueltos a punto de arrumbarse sobre el tejado
de la iglesia; otra de ellas, la Chica, sujeta de un cable de la luz enganchado
al techo para evitar que corriese la misma suerte que la Rota (Figura 1B’).
De las 4 campanas que posee la torre, al fin, la que presentaba un mejor estado
era la Campana Gorda (Figura 1A’). Quizá, el cariño que despierta entre
los escalonilleros con su característico dalán-dán, que conforma la
banda sonora de las grandes ocasiones (fiestas del Stmo. Cristo, Corpus Christi
y Sta. María Magdalena), es la circunstancia que explicaba que, aún, presentase
un estado de conservación aceptable (entre tanta inmundicia).
El volteo de la Campana
Gorda de Escalonilla es una de las señas de identidad del pueblo, siendo, casi con
total seguridad, el único pueblo de la provincia de Toledo en el cual se ha
conservado la tradición del volteo desde que esta técnica de toque surgió entre
los campaneros. Sin embargo, antes de ese año 2015, la última vez que sonó a
volteo esa campana fue para la procesión de la Magdalena (22 de julio) del año
2003. Ese año se instaló una red antipolmas que, a modo de cincha, circundaba
la torre cubriendo todas sus oquedades (incluido, claro está, los vanos de las
campanas). Prudentemente, Don Pablo, el párroco de entonces, que había conocido
recuperar[1] el volteo de La Gorda para
las grandes fiestas y lo que significaba para Escalonilla, dejó abierto el
hueco de La Gorda, cerrándolo con una alambrera independiente que permitía ser
retirada. Sin embargo, no sabemos si por dejadez o por temor a manipular dicha
alambrera casi suspendidos en el vacío del antepecho del vano, la misma nunca
fue retirada y, La Campana Gorda, dejó de sonar.
Con la emoción que pueden
sentir unos jóvenes de entre 15 y 20 años tras haber subido a un lugar tan
especial, y de haber dado voz a unos instrumentos tan peculiares como lo puedan
ser las campanas de “tu pueblo”, surgió la idea de volver a voltear La Gorda
para el Cristo de ese mismo año (14 de septiembre). Y así, aprovechando el
tiempo de esparcimiento que supone el descanso estival para cualquier estudiante,
las sucesivas tardes de ese mes de agosto se fueron copando en la limpieza de
la torre, limpieza de las campanas y engrasado de los cojinetes de La Gorda con
aceite y manteca para que volviese a sonar. Cuando, para el Cristo de ese año,
La Gorda volvió a sonar, fueron no pocos los escalonilleros que dieron las
gracias personalmente al párroco de ese momento, Don Francisco, por haber
permitido recuperar esa tradición. De este modo, a pesar de que los
electromazos fueron reparados y recuperaron su utilidad, las campanas volvieron
a sonar manualmente para las festividades religiosas más marcadas para
Escalonilla.
[1] La
Campana Gorda de Escalonilla debió sufrir una interrupción en su toque a volteo
entre finales de los 70 y 1991, año en que, un grupo de escalonilleros, decide
restaurarla (ya que el yugo debía tener sueltos los tirantes, lo que
imposibilitaba ponerla en movimiento) bajándola de la torre y reforzando su
yugo con planchas de hierro de forja (Figura 1 A’). Entre el año 1991 y
2003, volvió a sonar a volteo para las grandes ocasiones de manera
ininterrumpida.
Rehabilitación de las campanas
A finales de ese mismo
año 2015 se comenzó con la reforma de la iglesia, que implicaba el arreglo de
los tejados y la torre. Las campanas que, en un primer momento, no entraban en
el plan de rehabilitación de la iglesia, fueron finalmente puestas en él. Es de
suponer que la causa fuese el haber comenzado a tocar manualmente algunos días;
probablemente, de no haber sido así, las campanas y el campanario seguirían
actualmente en el mismo estado de ruina en que se hallaban. El arreglo de
campanas, yugos y electromazos, fue encargado a la empresa campanera “Campanas
Rivera”.
A cada una de las
campanas se le instaló un yugo nuevo, en madera tropical con eje de rodamientos,
así como nuevos electromazos (Figura 1A-C) y un nuevo ordenador de
programación. Además, una de las campanas, la conocida tradicionalmente como de
“Los Civiles” (por estar situada frente al cuartel) o “La Rota”, fue refundida
y rehecha de nuevo, conservando los dibujos e inscripciones originales. Esta
campana, fundida en el año 1850 y dedicada a Santa María, se encontraba rajada
y sin badajo. Su rotura se produjo en el año 1938, y del cómo tuvo lugar el
suceso existen 2 versiones: la campana se rompió porque mientras tocaba le
pusieron un “papel de fumar” en el punto de golpe del badajo; o bien, que se
rajó al tocar demasiado tiempo para anunciar la toma de Barcelona por las
tropas nacionales. En cualquier caso, la campana permaneció inservible desde
aquel momento.
La instalación de los
nuevos yugos ha permitido que, cualquiera de las 4 campanas, pueda realizar con
seguridad toques en movimiento, tipología de toque que solo había conservado La
Gorda. Así mismo, la refundición de La Rota ha devuelto a la torre el conjunto
de 4 campanas original, lo que permite la ejecución de una amplia variedad de
toques en los cuales intervienen unas u otras campanas.
Por otro lado, el
remozamiento de la torre ha eliminado las oquedades que presentaba la sala de
campanas y que, a modo de palomar, servían de lugar de anidamiento de las
palomas. Esto ha permitido reducir el número de estas aves y, por consiguiente,
la suciedad que generan tanto dentro como fuera de la torre.
Ciertamente, el criterio
seguido por el arquitecto y arqueólogos correspondientes ha sido, cuanto menos,
errado: no solo se han eliminado oquedades que eran desperfectos generados por
el paso del tiempo, sino también aquellas que ex profeso se habían hecho
para instalar los cojinetes de las campanas (Figura 1A’) o bien para
colocar una viga sobre la que, mediante poleas y sogas, colgar y descolgar la
campana en caso de requerir una reparación (Figura 1A’,B’). Respecto a
las campanas no podemos ignorar que, el perfil de los nuevos yugos, poco o nada
tiene que ver con aquellos que originalmente asían los bronces. Si bien es
cierto que tanto el yugo de La Rota como el de La Chica (Figura 1B’) se
hallaban en estado de ruina total, el de La Gorda (Figura 1A’), podría
haberse reutilizado o restaurado. Yendo más allá, los perfiles de los yugos
para las campanas podían haber tomado como modelo el de La Gorda y haberse
fabricado siguiendo su patrón.
El desconocimiento que por aquel entonces teníamos los responsables de las campanas sobre este mundo tan rico y complejo no nos permitió ver la posibilidad de que, ciertamente, la empresa seleccionada podría haber fabricado estos yugos si se hubieran pedido.
Figura 1. Las campanas de
Escalonilla antes y después de ser rehabilitadas.
A,
A’) Campana Gorda tras la instalación del nuevo yugo (A) y con su antiguo yugo (A’).
Dedicada a la advocación de Santa María Magdalena. Fundida en el año 1861.
Posee un diámetro de boca de unos 90 cm, con un peso aproximado de unos 450 Kg.
En la fotografía (A’) puede apreciarse como, el yugo antiguo, fue forrado con
hierro de forja para su reforzamiento.
B,
B’) Campana Chica tras la instalación del nuevo yugo (B) y con su antiguo yugo
(B’). Dedicada a la Sagrada Familia (Jesús María José), fue fundida en el año
1774 por Martín de Güemes. Posee un diámetro de boca de unos 80 cm, con un peso
aproximado de 350 Kg. En la fotografía (B’) se puede apreciar el ruinoso estado
en que se hallaba y el cable que la sostenía (flecha roja). Así mismo, se puede
apreciar como el badajo se encontraba descolgado.
C,
C’) Campanillo tras la instalación del nuevo yugo (C) y con su antiguo yugo (C`).
Dedicada a la Sagrada Familia y a Santa Bárbara, fue fundida en el año 1769.
Posee un diámetro de boca de unos 48 cm, y un peso aproximado de 45 Kg. En la
fotografía (C`) se puede apreciar el yugo de hierro soldado que se le instaló
(posiblemente en los años 80), lo que imposibilitaba tocarle como se había
hecho tradicionalmente: a medio vuelo.
Apréciese así mismo en las fotografías A’, B’ y C’, el mal estado de conservación de la torre y las alambreras que imposibilitaban el toque en movimiento de las campanas.
Documentación de los toques
Terminada la obra de
restauración de las techumbres y de rehabilitación de las campanas, en el
verano del 2016, se procedió a la investigación sobre los toques originales de
Escalonilla (ANEXO I). Hasta ese momento, los toques ejecutados a mano
habían sido aleatorios, a gusto del correspondiente campanero. Ni que decir
tiene que, los toques grabados en el ordenador, no correspondían en absoluto
con los originales del pueblo. Éstos habían sido programados siendo cura
párroco Don Jesús, en torno al año 2005, a la par que se realizó la primera mecanización
de las campanas. La empresa elegida para ello fue “Caresa”. Hasta ese momento,
las campanas habían sido tocadas a mano, siendo el último responsable de
ejecutar los toques Paco Otero (e.p.d.), que hacía las veces también de
sacristán.
Este
último “campanero” se limitaba a ejecutar los correspondientes toques de misa y
señales de difuntos, sin subir a la sala de campanas, sirviéndose
exclusivamente de las sogas que, atadas a los badajos de La Gorda y La Chica,
bajaban mediante unas garruchas a la capilla bautismal (Figura 3a y 4A,B).
Es probable que también ejecutase el toque conocido como “buenos días”, aunque
de ello no conservamos testimonio. También tocó alguna vez a “quema” o “arrebato”.
En cualquier caso, los toques que ejecutaba Paco Otero eran tan solo una sombra
del rico patrimonio campanero que poseía el pueblo y que estuvo a punto de
desaparecer.
Para
la documentación de los toques originales se contactó con los hermanos Eloy y
Catalina Gómez, de 84 y 87 años respectivamente. Eloy había sido monaguillo en
su infancia y, ambos, habían estado durante toda su vida muy involucrados en
los quehaceres de la parroquia. Si bien Catalina reportó una serie de toques
que ella misma había ejecutado, pronto fue palpable que éstos eran de en torno
a los años 60 y 70, y que ya por entonces, no había campanero ni sacristán que
subiera a “repicar a la torre” (por lo que estaríamos ante la primera
simplificación de los toques). Por su parte, Eloy sí recordaba los toques de la
época en que él había sido monaguillo, en los años 40, siendo por tanto una
versión más antigua de los mismos.
Se
constató que Eloy había aprendido estos toques de la mano de un sacristán
(Eulogio Fuentes) que, ya por aquel entonces era de avanzada edad, y de un
campanero: Francisco Gutiérrez, conocido como “Paco Venedo”, también de
avanzada edad. Por lo que Eloy comentaba se deducía que, Eulogio, el sacristán,
se encargaba de todos los toques ordinarios, sirviéndose para ello de las sogas
que colgaban hasta el baptisterio, estando la labor de Paco “Venedo”
reservada a los repiques de fiesta o “doble repique”, que requerían subir a la
torre. Por la edad de los “maestros” de Eloy, los toques que él nos describió
podrían remontarse, casi con total seguridad, a toques aprendidos a finales del
siglo XIX, hallándonos, por tanto, ante los toques originales de la parroquia
transmitidos de campanero a campanero durante generaciones.
Los
toques que reportó Eloy superaban la veintena: misa de diario, misa primera de
domingos, misa mayor, misa de fiesta, misa solemne, misa de difuntos, entierro,
clamor de muerte de hombre, clamor de muerte de mujer, señal de niño difunto o dindón,
viático, rosario, buenos días, ángelus, oraciones de la tarde, ánimas,
consagración, gloria de la vigilia pascual, confesiones, arrebato o quema,
señal de la hermandad del Santísimo, señal de la hermandad de la Estrella,
señal de la hermandad del Corazón de Jesús, señal de la hermandad de Ánimas y
señal de la hermandad de Santa Rita. Una descripción más detallada de los
mismos puede ser encontrada en Jiménez-Jiménez, 2017 y en el ANEXO I
del presente artículo.
Por
su parte, el toque de señal de defunción de Pontífice fue reportado por otro
informante, José Luís Guío, juez de paz de Escalonilla, puesto que Eloy y
Catalina no recordaban cómo era exactamente.
Todos
los toques documentados fueron explicados por los informantes, pero en ningún
caso ejecutados in situ en la torre, ya que, por aquellas fechas, no
existían ya las cuerdas que bajaban al baptisterio (Figura 4A) y, dada
la avanzada edad de los informantes, no era prudente su acceso a las campanas.
En cualquier caso, los toques fueron interpretados según las explicaciones
dadas, y unas primeras grabaciones de los mismos se hayan en Jiménez-Jiménez, 2016. Una vez grabada
esta primera versión, fue mostrada a los informantes, que corrigieron los
fallos de ritmo al verlos interpretados. Así mismo, informaron de que, el toque
de Ángelus que en un primer momento describieron, estaba cambiado con el de
Buenos Días, por lo que en estas grabaciones (Jiménez-Jiménez, 2016) se encuentran mal
nombrados.
Restauración y programación de los toques
Una
mala decisión tras otra
Como
se ha comentado con anterioridad, la primera mecanización de las campanas debió
tener lugar en torno al año 2005. Se instalaron electromazos a todas las
campanas, excepto a La Rota. Es de suponer que los toques programados entonces
fueran propuestos por la propia empresa campanera. A continuación, se detallan:
·
Toque a misa de diario: 9 campanadas de La
Gorda espaciadas en grupos de 3, seguidas de una serie de golpes con La Chica.
·
Toque a misa de domingos: La Gorda y La
Chica imitando un medio vuelo.
·
Toque a misa de Fiesta: La Gorda, La Chica
y el Campanillo imitando un medio vuelo.
·
Toque de Ángelus: 9 campanadas con La
Chica espaciadas en grupos de 3, seguido de una serie de golpes con el
Campanillo.
·
Toque de difuntos: un doble con La Gorda y
La Chica, si era muerto del pueblo, y golpes simples con La Gorda si era
“forastero”.
·
Toque de procesión: como el de misa de Fiesta,
pero de más duración.
Por
aquel entonces y, hasta el año 2014, las campanas Gorda y Chica seguían
manteniendo sus sogas originales que bajaban hasta el baptisterio, aunque no
volvieron a usarse por no haber nadie interesado en ello. En este año 2014, el
nuevo párroco, Don Álvaro, decidió retirar las sogas y sellar el hueco de las
garruchas por donde caían. La motivación de dicha decisión fueron unas lluvias
de gran volumen que inundaron el suelo de la sala de campanas, cayendo el agua
por los huecos de las garruchas hasta el techo del trascoro y de ahí a la sala
del trascoro situada justo encima de la capilla bautismal. El techo del
trascoro fue remozado y su suelo arreglado. Como consecuencia, también se
perdieron los agujeros por los que penetraban las sogas hasta el baptisterio.
Los toques antes mencionados programados siendo párroco Don Jesús, pervivieron hasta mediados del 2016, fecha en que, concluida la restauración de los tejados y la torre, se hizo un primer intento de recuperación de los toques originales. La empresa encargada de la intervención instaló un nuevo ordenador, que permitía un elenco mayor de toques. Aprovechando la sustitución de la computadora, se pidió a la empresa que programara algunos de los toques originales. Éstos fueron el de ánimas, rosario y el de misa de entierro, aunque este último fue programado con un ritmo de toque que no se correspondía del todo con el documentado. En esta primera recuperación, además, se jerarquizaron en una sencilla consueta los toques que tenía el ordenador, para hacer más sencillo su uso en el momento adecuado (ANEXO II).
Al
fin se consigue el objetivo
Desde
la restauración de la torre, las campanas han sido tañidas manualmente para las
fiestas más destacadas de la parroquia, a saber: Stmo. Cristo, el Pilar, Todos
los Santos y Noche de Ánimas, Inmaculada, Navidad, Epifanía, San Antón, San
José, Semana Santa, San Isidro, Corpus Crhisti, Sta. María Magdalena y la
Asunción. Los toques ejecutados estos días eran el repique de fiesta o doble
repique, el toque solemne (volteo de La Gorda) y el toque de difuntos la
Noche de Ánimas.
Finalmente,
tras la previa labor de concienciación del párroco sobre el valor tanto
patrimonial como litúrgico de los toques que se habían documentado, se procede
a la reimplantación total de los mismos a finales del verano de 2020. Todos los
toques documentados fueron grabados, quedando guardados en el ordenador para
poder ser tocados cuando se requieran. La mayoría de ellos fueron programados
para su uso cotidiano, a excepción del de difuntos del pueblo y el del ángelus.
En el caso del de difuntos del pueblo, se optó por mantener el doble de
campanas que venía usándose desde 2005 puesto que, los parroquianos, tenían ya
interiorizado el significado del toque, y su sustitución hubiera implicado
desconcierto a la hora de interpretar el mensaje que transmitía. Por otro lado,
el toque de ángelus siguió siendo, incomprensiblemente, el del Ave de Lourdes
programado en la intervención del 2016. Suponemos que sería por mayor belleza
sonora a oídos del párroco o por “presiones” del que aportó en su momento la
idea de programar ese toque. En cualquier caso, el toque de ángelus original ha
sido grabado en el ordenador y está a disposición para ser programado cuando
lleguen las circunstancias oportunas.
Así mismo se elaboró un consueta muy completa que incluye, no solo el número correspondiente a cada toque, si no su explicación, dando indicaciones de cuándo ha de ser empleado (ANEXO III).
Dando
la matraca
Los
diferentes informantes que aportaron los toques también hicieron hincapié en
que, durante el triduo pascual, en el cual las campanas callan en señal de
duelo por la Pasión y muerte del Señor, los fieles eran llamados a los oficios
religiosos mediante la matraca o “matrácula”, como se la conocía en
Escalonilla.
En la sala de campanas se conserva aún la viga a la cual iba sujeta, aunque, por desgracia, ningún vestigio material queda del instrumento en sí, que debió desaparecer a finales de los 60. Movidos por la recuperación, no solo de las campanas, si no del conjunto en su totalidad, en el año 2017 se fabricó una nueva matraca (Figura 2B). Ésta se diseñó de tal modo que pudiese ser desmontada y guardada durante todo el año al resguardo de las inclemencias meteorológicas, en lugar de permanecer perennemente instalada en la sala de campanas. De esta forma se conseguiría prolongar su vida útil.
Figura 2. La rueda de
campanas y la matraca.
A)
rueda de campanas, conocida popularmente como “carrillón”, situada en la
pared del coro frente al Altar Mayor, junto al órgano barroco del S. XVIII. Se
toca mediante cigüeñal en los cantos del Gloria en la Vigilia Pascual y Misa
del Gallo, y durante la consagración en las misas solemnes. Posee 6 campanillas
(a).
B)
nueva matraca construida en 2017; son desmontables tanto el trípode como la
manivela mediante la cual se toca.
Documentados los toques,
con las campanas arregladas y la matraca en uso, solo quedaba un último paso:
recuperar las sogas que bajaban a la base de la torre y que facilitaban el
toque manual sin necesidad de subir constantemente a la sala de campanas.
Con esa motivación, en el
verano de 2021, se diseñó un sistema de poleas que condujesen las cuerdas
atadas a los badajos de La Gorda y La Chica hasta la sala del trascoro (Figura
3). No se optó por la reapertura de los huecos de las garruchas, a pesar de
que éstas se siguen conservando (Figura 3a), previniendo de este modo
que nuevamente pudiese caer agua al interior del templo. Tampoco se optó por
bajar las cuerdas al baptisterio (Figura 4A), ya que, el sellado de los
anteriores huecos en el suelo del trascoro implicaría la necesidad de apertura
de otros nuevos, siendo este un trabajo muy laborioso al tener dicho suelo un
espesor aproximado de medio metro. Con esta última intervención se consiguió
facilitar la labor de los campaneros, no siendo necesario el ascenso a la sala
de campanas nada más que para ejecutar los doble repiques de la misa
festiva y el volteo de La Gorda, pudiéndose realizar el resto de toques y
señales desde el trascoro.
El éxito de dicha decisión tiene su reflejo patente en la circunstancia de que, desde la puesta en uso de dicho sistema de poleas, las campanas han tañido más veces de forma manual que mecánica: la no necesidad de ascender a la torre para tocar ha motivado a los acólitos asistentes del sacerdote a tañer manualmente para prácticamente todas las misas, lo cual demuestra el interés que las campanas siguen despertando en las generaciones más jóvenes y los frutos que ha dado la concienciación sobre su valor cultural y litúrgico a lo largo de estos años.
Figura 3. El nuevo
sistema de poleas y sogas.
A)
cuerdas guía atadas del badajo a la pared, y cuerdas de toque atadas a las
cuerdas guía.
B)
sistema de poleas que conducen a las sogas desde la sala de campanas a la parte
baja de la torre aprovechando el hueco de la escalera de acceso.
C)
interior de la torre y techo del trascoro, en donde se han realizado los
correspondientes agujeros para pasar las sogas.
D)
habitación del trascoro hasta las que bajan las sogas.
Apréciese
como aún se conservan las garruchas originales, pero con el hueco del suelo tapiado
(a). Con flechas amarillas se indica el mecanismo de cuerdas que permite
accionar el badajo de La Chica. La flecha roja señala el reloj con que se ha
dotado al trascoro para permitir una ejecución precisa de los toques. Desde el
trascoro se accede por una puerta al coro, y por ella se puede seguir
visualmente en todo momento la misa, lo que permite coordinar los toques.
Figura
4. Esquema de la torre campanario y la sala de campanas. A) esquema de la torre
campanario, concebida en su todo como un instrumento para el toque de las
campanas; en rojo, (1) el carrillón en la
pared del coro frente al altar mayor y (2)
recorrido actual de las sogas de las campanas que permiten el toque de La Gorda
(4) y La Chica (3); en azul (3) recorrido original de
las sogas de las campanas.
B)
esquema de la sala de campanas donde se puede apreciar el hueco de la escalera
de acceso (C), la disposición de las garruchas originales (A) y
la viga a la que estaba sujeta la antigua matraca (B); las líneas
discontinuas en naranja indican la disposición del sistema de cuerdas que
permiten el toque de La Gorda (4); las líneas discontinuas en rojo
oscuro indican la disposición del sistema de cuerdas que permiten el toque de
La Chica (3); (2) campana Rota o Civilera; (1) el
Campanillo.; La flecha contigua indica la orientación NORTE de la torre.
Apréciese
como la disposición original de las sogas (3) permitía el toque de
las campanas desde el baptisterio, guardando la tradición secular que
consideraba a la torre “el atrio de los gentiles”, mientras que en la
actualidad solo bajan hasta el trascoro (2).
En cualquier caso, el tramo de escaleras a ascender para poder tocar a mano se
ha reducido considerablemente.
A guisa de conclusión
En el presente artículo
se recoge con todo detalle el proceso que ha llevado a la recuperación de los
toques de campanas de Escalonilla. Por un lado, se ha recuperado el toque
manual, y por otra parte, se han recuperado todos los toques originales,
grabándose en el ordenador de programación que controla el toque mecánico de
las campanas. Más aún, no solo se han recuperado los toques de campana, si no que
se ha recuperado “la torre como instrumento musical” en su conjunto: campanas,
matraca y toques.
Es probable que, se pueda
objetar con cierta razón, que esta recuperación no ha sido una restauración en
toda regla, puesto que, tanto la instalación de las campanas (yugos) y la
matraca, así como la recuperación de los mecanismos de toque (garruchas), no ha
guardado los cánones originales. Ante ello se puede argumentar que, las
campanas, mejor dicho, la torre campanario, fue concebida en su momento como un
instrumento al servicio de la liturgia de la Iglesia, y que, por tanto, una vez
recuperada la posibilidad de ejecutar todos los toques originales de forma
manual, se puede hablar de una recuperación satisfactoria de la funcionalidad
para la cual fue concebida la torre.
En la actual corriente conceptual sobre el mundo de las campanas se corren 2 peligros: 1) concebir las torres campanario como un hecho cultural, de cierto interés patrimonial (tanto material como inmaterial) pero desligado del hecho litúrgico; y 2) concebir el patrimonio campanero como algo estático e inmutable.
Respecto a la primera de
estas cuestiones, no se puede perder de vista que, hay campanas y torre porque
hay Iglesia, pero que podría haber igualmente Iglesia sin haber torre y
campanas. Por tanto, la primera labor de recuperación de este patrimonio (que
ciertamente lo es, tanto material como inmaterial) es la concienciación sobre
el uso litúrgico que tienen los Sagrados Bronces. Al respecto, es muy hermoso
el hecho de que, en Escalonilla, en el mismo espacio del templo, convivan a la
vez y estén actualmente en uso, los instrumentos que siempre se consideraron
como al servicio de lo sagrado: el órgano y las campanas (carrillón, torre
campanario y matraca). Una correcta labor de concienciación sobre el valor
litúrgico que representa este conjunto es la que ha permitido, en el caso de
Escalonilla, sacar del olvido a estos instrumentos latréuticos.
Respecto a la segunda
cuestión (la concepción estática e inmutable del patrimonio), podemos caer en
el error del “fosilismo”: concebir el valor patrimonial de un ente (material
o inmaterial) como una especie de “foto quieta”, como un fósil que ha de ser
preservado de toda mutación. No debería caber este fenómeno dentro del mundo
del estudio de las campanas: si bien es cierto que, tanto yugos, como
instalaciones responden a las necesidades circunstanciales de un momento
histórico y un lugar concreto, conformando una singularidad de valor cultural,
no debemos perder olvidar que, todas ellas, son anejos de un hecho de rango
superior que es el que verdaderamente posee por sí mismo el valor cultural,
tanto material como inmaterial. Este sujeto a conservar no es otro que la
presencia de campanas en nuestras iglesias y sus toques.
Si nuestros antepasados
hubieran adoptado esa visión inmovilista de este hecho, actualmente no
existiría la gran variedad tipológica de campanas que tenemos en España, ni podríamos
hablar del valor cultural que tiene esa evolución en los perfiles del trazado
de los bronces, o de la riqueza histórica de sus inscripciones tipográficas. No
existirían las esbeltas y perfeccionadas campanas dieciochescas, ni los toques
en movimiento y todas sus derivaciones que tenemos en España (volteos,
balanceos, toques a pino). Sin lugar a duda, el mundo de las campanas no ha de
ser tomado como una “foto fija” a preservar del paso del tiempo, sino como un
fotograma de un proceso continuo de evolución, adaptación y perfeccionamiento histórico.
Más aún, no se debe olvidar
que, el patrimonio a preservar es el hecho litúrgico de las campanas, su uso,
sus toques. Este fenómeno, al que podríamos clasificar dentro de la categoría
de “patrimonio inmaterial”, es el que verdaderamente debemos andar diligentes
en conservar: una vez rota la cadena de transmisión oral de esta cultura, no se
puede recuperar en su totalidad. En
cambio, el anejo material que suponen yugos o instalaciones, puede ser
fácilmente recreado a pesar de haberse perdido en algún momento. Tomando una
posición quizá un tanto radical, cualquier intervención de rehabilitación en
una torre se podría considerar, por tanto, correcta si 1) permite ejecutar
todos los toques originales de forma manual; 2) en caso de mecanización
preserva programados los toques originales; y 3) no adiciona elementos
perjudiciales para el conjunto (yugos metálicos o mal contrapesados, mazos o badajos
mal colocados).
A lo largo de estos años
se han podido documentar en la archidiócesis toledana numerosos ejemplos de
campanarios (VOZ DE BRONCE:
DOCUMENTACIÓN CAMPANARIOS). Además, en no
pocas ocasiones se han podido documentar los toques originales de sus campanas (Jiménez-Jiménez and Romera Sotillo, 2019; Romera
Sotillo, 2020; Jiménez-Jiménez & Romera Sotillo, 2021). Por desgracia, en
algunas de ellas, al poco de su documentación se dejó de tañer a mano y se
perdieron los toques originales (La Puebla de Montalbán-Toledo). En otras, sin
embargo, se ha comprobado con satisfacción cómo las campanas seguían siendo
tañidas a mano de forma habitual (Mejorada-Toledo). Pero, sin ningún género de
dudas, no se ha documentado (al menos hasta ahora) ningún conjunto de torre
campanario más completo que el de Escalonilla, y ello por cuatro razones:
1) Conservación de los toques originales,
tanto documentados como programados y, por tanto, actualmente en uso.
2) Conservación de una diversidad de toques que los convierte en ejemplo de estructuración y jerarquización en la archidiócesis toledana.
3) Posibilidad de ejecución manual de cualquiera de los toques originales.
4) Presencia de matraca y rueda de campanas, conformando un conjunto litúrgico completo.
Así mismo, la torre
campanario de Escalonilla es pionera en la recuperación de un hecho litúrgico y
patrimonial que parecía condenado a desaparecer, como lo eran los toques de sus
campanas. Si bien existen torres en las cuales se sigue tañendo a mano
(Mejorada-Toledo), no se ha podido documentar ninguna en la cual, una vez
perdidos los toques, se hayan vuelto a recuperar en su totalidad.
Por todas estas razones,
la torre campanario de Escalonilla junto con sus toques originales, suponen,
hasta la fecha, un ejemplo paradigmático y pionero (en la archidiócesis
toledana) de la labor que se ha de desarrollar en nuestros campanarios. Por tanto,
en respuesta al título que encabeza este artículo, con certeza podemos afirmar
que estamos ante una restauración ejemplar.
Bibliografía
Jiménez-Jiménez, C. (2016) ESCALONILLA (TOLEDO) (CASTILLA LA MANCHA)
(ESPAÑA). Disponible en: http://campaners.com/php/poblacio.php?numer=1939 (Acceso:
1 September 2021).
Jiménez-Jiménez, C. (2017) ‘LOS TOQUES DE CAMPANA EN ESCALONILLA’. Disponible
en: http://campaners.com/pdf/pdf861.pdf (Acceso: 1 September 2021).
Jiménez-jiménez, C. and Romera Sotillo, Á. (2019) VOZ DE BRONCE:
INFORME SOBRE LAS CAMPANAS Y SUS TOQUES DE LA TORRE DE SAN MIGUEL DE LA PUEBLA
DE MONTALBÁN (TOLEDO). Disponible en:
https://vozdebronce.blogspot.com/2019/01/informe-sobre-las-campanas-y-sus-toques_16.html
(Acceso: 1 September 2021).
Jiménez-Jiménez, C. and Romera Sotillo, Á. (2021) VOZ DE BRONCE:
CAMPANARIOS CAMPANAS Y TOQUES DE LA IGLESIA PARROQUIAL DE SAN ESTEBAN
PROTOMÁRTIR DE MOCEJÓN (TOLEDO). Disponible en:
http://vozdebronce.blogspot.com/2021/02/campanarios-campanas-y-toques-de-la.html
(Acceso: 26 August 2021).
Romera Sotillo, Á. (2020) VOZ DE BRONCE: LOS TOQUES DE CAMPANAS EN LA
IGLESIA PARROQUIAL DE SAN JUAN BAUTISTA DE FUENSALIDA (TOLEDO). Disponible
en: http://vozdebronce.blogspot.com/2020/04/los-toques-de-campanas-en-la-iglesia.html
(Acceso: 26 August 2021).
VOZ DE BRONCE: DOCUMENTACIÓN CAMPANARIOS. Disponible en:
https://vozdebronce.blogspot.com/p/estudios-realizados.html (Acceso: 1
September 2021).
ANEXO I
Toques documentados en
Escalonilla (Toledo)
NOMBRE |
REALIZACIÓN |
CAMPANAS EMPLEADAS Y EJECUCIÓN |
|||
Buenos días y oraciones de la
tarde (oraciones de la mañana y la tarde) |
Por la mañana a primera hora, al
amanecer |
|
|||
Ángelus |
A medio día |
Gorda y
Chica. TAN TAN TAN Talón-tolán talón-tolán talontantontán X2 tantón tantón
tantón... Talón-tolán talón-tolán talontantontán X2 tantón tantón tantón... Talón-tolán
talón-tolán talontantontán X2 TON TON TON |
|||
Ánimas |
Después de anochecer |
Gorda y Chica. TAN TAN TAN
(ton tan tontan-tontan) X N veces TON TON TON con las dos |
|||
Rosario |
A rezo del rosario |
Chica. Ton ton-ton.... |
|||
Confesiones |
A confesiones |
Campanillo. Medio vuelo del campanillo. |
|||
Muerto hombre |
Anuncio defunción |
33 golpes con la Gorda (a este
toque se sumaban 5 campanadas con la Chica si el finado era del pueblo) |
|||
Muerto mujer |
Anuncio defunción |
30 golpes con la Gorda (a este
toque se sumaban 5 campanadas con la Chica si el finado era del pueblo) |
|||
Muerto niño |
Anuncio defunción |
Campanillo y Chica. Tin ton tin ton tintinton … |
|||
Muerto Papa |
Anuncio defunción |
Todas las campanas. 33 clamores con las campanas
gorda, chica y rota, intercalando un repique rapido (unos 12 golpes) con el
campanillo. |
|||
Misa de difuntos/ entierro |
|
Gorda y Chica. TAN TAN TAN Talón tolán ton
tan tan ton (se repite) ·
Finalización misa: 3 golpes con las dos campanas
juntas ·
Finalización entierro: talón tolán ton tan tan ton
tan ton ton TAN (acelerando) |
|||
Viático |
A llevar el viático |
15 golpes con la campana Gorda
repartidos en 3 grupos de 5. |
|||
Misa diaria |
Misa de los días de diario.
Media hora antes de misa. |
Gorda y Chica. tan-ton tan-ton tan-ton... |
|||
Misa primera de domingo
|
Misa de 9 de los domingos.
Media hora antes de misa y a en punto. |
Campanillo. Medio vuelo. |
|||
Misa mayor de domingo |
|
Gorda y Chica. ·
Primer toque: ton ton tan-ton X3 tan-ton tan-ton tan-ton.... tan ton
tan ton ton TON +15 golpes con la gorda ·
Segundo toque: golpes con la gorda ·
Tercer toque: golpes con la chica
|
|||
Misa festiva |
(Fiestas como la inmaculada,
navidad, asunción...) |
Gorda y Chica. Reportan que era un “repique
doble”, como una especie de redoble, por lo que se podría asemejar a los
toques conocidos como “la molinera” y otros repiques floreados. ·
Es probable que al mismo tiempo que se hacía el repique, el
campanillo “tintineara”. |
|||
Misa solemne |
Misas del Corpus, Magdalena y Cristo y
sus vísperas. |
|
|||
Consagración |
Misas de domingo y fiestas |
Con la
Gorda 3
campanadas al alzar la Hostia y 3 al alzar el Cáliz |
|||
Gloria |
Gloria en la vigilia Pascual,
Jueves Santo y Sábado de Glroria. |
Todas las
campanas. Repique
de todas las campanas alternadas. Se reporta que alguna vez se volteó también
la Gorda para este toque.
|
|||
Arrebato |
Anuncio de peligros. Quemas,
por ejemplo. |
Gorda y Chica. Badajazos rápidos simultáneos
y al mismo tiempo. |
|||
Corazón de Jesús |
Antes del toque de muerto para
anunciar que había pagado esa hermandad |
Gorda. 5 campanazos. |
|||
Estrella |
Idem |
Chica. Ton-ton ton-ton ton-ton |
|||
Santísimo |
Idem
|
Gorda. 3 campanazos |
|||
Ánimas |
Idem
|
Gorda. 6 campanazos. |
|||
Santa Rita |
Idem
|
Campanillo ¿o Chica? 4 campanazos. |
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