domingo, 17 de enero de 2021

EL YUGO TRADICIONAL EN EL ANTIGUO OBISPADO DE CUENCA (1ª Parte)

ROMERA SOTILLO, Álvaro

1-Introducción


En el año 2017 publicamos un artículo dedicado a analizar las características del yugo tradicional de madera empleado en el antiguo Arzobispado de Toledo[1]. En el presente escrito realizaremos el mismo análisis para conocer cómo era el yugo de madera tradicional en el antiguo obispado de Cuenca, cuyo territorio no coincide plenamente con la actual diócesis conquense, acomodada a los límites provinciales.  Los límites tradicionales abarcaban diferentes territorios de las provincias colindantes: la zona norte tenía como límite natural el río Tajo, por tanto, la gran mayoría de los pueblos situados al sur del Tajo de la actual provincia de Guadalajara pertenecían al obispado conquense. Pertenecían también al antiguo obispado de Cuenca la franja norte de Albacete y algunas zonas del occidente valenciano, como el entorno de Requena y Utiel. La franja occidental de la actual provincia de Cuenca pertenecía al antiguo priorato de Uclés, jurisdicción de la Orden de Santiago, que en algunos aspectos puede considerarse como un territorio equiparable a un obispado (estaba regido por un Obispo-Prior).

 

Obispado de Cuenca, Manuel José López (1766).

Para la realización del presente artículo nos hemos basado en el conocimiento directo de algunos yugos en pueblos del sur de Guadalajara y Toledo que en origen estaban integrados en la diócesis de Cuenca. El resto de las imágenes han sido encontradas en internet a través de la búsqueda de todas las poblaciones de la actual provincia, prestando especial atención a las fotografías antiguas, pues por desgracia, existió una gran destrucción de campanas durante la guerra civil.

 

2-Torres campanario

 

Como venimos tratando a lo largo de los diferentes artículos publicados en este blog, los campanarios parroquiales de un obispado comparten una tipología estructural y constructiva, que también se manifiesta en el diseño de los yugos, el tipo y número de campanas y los toques. El antiguo obispado conquense, integrado en la antigua provincia eclesiástica toledana, muestra características propias del ámbito castellano con algunos elementos particulares. Analizamos ciertas peculiaridades que presentan los campanarios conquenses.

 

Debemos señalar la importancia que tuvo como modelo para los templos del obispado la desaparecida “torre del Giraldo”, el campanario de la catedral, conocida así por el giraldo o escultura de metal que la remataba y que hacía las veces de veleta. Este campanario se derrumbó de forma trágica mientras el campanero y su hija tañían las campanas el domingo 13 de abril de 1902. La torre constaba de un fuste de planta cuadrada. El último cuerpo de la torre presentaba parejas de ventanales de medio punto en cada una de sus caras. Sobre este último cuerpo se levantaba la original cubierta de piedra, un chapitel pétreo de planta octogonal de estilo barroco, horadado en cada una de sus caras por tres cuerpos de ventanales. En la cúspide de la cubierta el famoso “Giraldo”.

Vista de Cuenca con la Catedral y la torre del "Giraldo" antes de 1902. Foto: https://storage.googleapis.com/elblogdecuencavila-uploads/2016/04/Cuenca-y-torre.jpg



Fachada de la Catedral barroca con la torre del "Giraldo". Foto: https://www.latribunadeciudadreal.es/noticia/ze8601fc7-a2e6-60ed-057b19308e1cdb6b/20120827/restauraciones/irreparables 

Fachada barroca de la catedral y torre del "Giraldo". Foto: https://storage.googleapis.com/elblogdecuencavila-uploads/2016/04/Cuenca-y-torre.jpg


Las campanas se distribuían en dos alturas. En el último cuerpo de la torre había dos campanas romanas de gran tamaño, posiblemente las más grandes del conjunto. Se encontraban situadas en la cara sur, que daba a la nave principal. En las fotografías antiguas no se advierten más bronces en este cuerpo. El resto de las campanas se encontraban en el primer cuerpo de ventanales del chapitel. En las fotografías antiguas son perfectamente visibles dos de ellas.

Derrumbe de la torre de la catedral en la prensa de la época. Nuevo Mundo / biblioteca Nacional. Foto: https://cadenaser.com/emisora/2018/04/10/ser_cuenca/1523374391_597071.html  

La original torre catedralicia fue un modelo a imitar por las parroquias del obispado. Muy destacable por su fidelidad al modelo catedralicio es el chapitel de la torre campanario de Villanueva de la Jara, que cubre la torre de estilo gótico de finales del siglo XV. 


Villanueva de la Jara. Torre campanario.


Villanueva de la Jara. Torre campanario.

Villanueva de la Jara. Torre campanario.

Villanueva de la Jara. Torre campanario.


Otro campanario barroco digno de ser destacado es la "Giralda" de la parroquia de Escamilla (Guadalajara), fechado en 1744, cuya silueta recuerda en muchos aspectos al Giraldo catedralicio. Su estructuración de este campanario presenta ciertas resonancias valencianas, cuya influencia en el arte sacro del antiguo obispado conquense es una constante desde finales del siglo XV hasta el siglo XVIII.

 

La "Giralda" de Escamilla (Guadalajara).

La "Giralda" de Escamilla (Guadalajara).

La "Giralda" de Escamilla (Guadalajara).

La presencia de un Giraldo coronando el chapitel del campanario catedralicio tuvo su emulación en algún campanario parroquial. Cabe destacar los giraldos de dos localidades actualmente en la provincia de Guadalajara: Escamilla y Arbeteta, conocidos respectivamente como “La Giralda” y “Mambrú”.

 

Escamilla (Guadalajara). La "Giralda" coronando la torre campanario. 

Arbeteta (Guadalajara). Torre campanario de la parroquia coronada por el "Mambrú". Foto: https://escamillavilla.blogspot.com/2017/04/los-amores-de-la-giralda-y-el-mambru.html

Arbeteta (Guadalajara). Detalle del "Mambrú". Foto: https://nuevaalcarria.com/articulos/mambru-se-fue-a-la-guerra-la-historia-del-mambru-de-arbeteta-y-la-giralda-de-escamilla


Aunque el modelo catedralicio es un modelo bastante excepcional, existió la tendencia de cubrir las torres con pináculos octogonales, o al menos realizar cubiertas muy pronunciadas que rompieran la horizontalidad de las terrazas con balaustres o los tejados a cuatro aguas de teja árabe (tendencia que fue la más extendida en los campanarios parroquiales). Son también frecuentes las espadañas, generalmente en conventos y pequeñas parroquias rurales. Son casi inexistentes los chapiteles de pizarra al estilo herreriano, muy frecuentes en el vecino arzobispado toledano.

 

Villar de la Encina (Cuenca). Espadaña de la parroquia. Foto: wikipedia

Valverde de Júcar (Cuenca). Torre campanario aterrazada. Foto: https://www.verpueblos.com/castilla+la+mancha/cuenca/valverde+del+jucar/foto/482725/

Rozalén del Monte. Campanario rematado en tejado a cuatro aguas con teja árabe. Foto: wikipedia.
Carrascosa del Haro (Cuenca). Foto: wikipedia.


Cuenca. Parroquia del Salvador. Foto: wikipedia.

Huélamo (Cuenca). Foto: https://trapatroles.wordpress.com/2015/11/26/huelamo-cuenca/#jp-carousel-2248


Tarazona de la Mancha (Albacete). Chapitel de estilo herreriano, uno de los pocos conservados en lo que fue el antiguo obispado de Cuenca. Foto: wikipedia.


 

3-Campanas

 

La tradición campanera del antiguo obispado de Cuenca se encuadra dentro de la corona castellana. En la catedral había, al menos, dos campanas romanas. En otras parroquias de la ciudad (San Pedro, San Esteban) también las había. En algunos pueblos del norte (la zona de la Alcarria y la Sierra Alta principalmente) hay también campanas de este perfil netamente castellano. No obstante, también las encontramos en algunas localidades más al sur. Los campanarios parroquiales suelen estar compuestos por dos, tres o cuatro campanas (sin contar la de señales y la del reloj). Es raro encontrar campanarios con mayor número de bronces.

Cuenca. Estado de la torre del "Giraldo" después de su derrumbe. Pueden apreciarse dos campanas romanas. Foto: Jesús Enero, NUEVO MUNDO (23/04/1902)/ Biblioteca Nacional.


 

Cuenca. Campanario de primitiva parroquia de San Esteban. En la tronera frontal puede apreciarse una campana romana. Foto publicada en: IBÁÑEZ MARTÍNEZ, Pedro Miguel: Orígenes de la Semana Santa de Cuenca (siglos XVI-XVII), Cuenca, 2007, p. 169.

Cuenca. Parroquia de San Pedro antes de la guerra civil. En el ventanal del frente y en el derecho aparecen campanas romanas. Foto: Archivo José Vicente Ávila / https://cadenaser.com/emisora/2019/05/21/ser_cuenca/1558438143_702900.html

Cuenca. Campanas romanas de la torre del "Giraldo" después de su derrumbe. Foto: http://photoinvestigacionchema.blogspot.com.es

A tenor de los campanarios hasta ahora documentados en la provincia de Cuenca, podemos comprobar como su estructuración sonoridad es netamente castellana: campanas asociadas por parejas, con escasa diferencia de tono entre una y otra. Es probable que algunos campanarios (especialmente aquellos con cuatro campanas) se estructuraran buscando cierta armonía (que no afinación) entre los bronces, intentando que la nota de golpe fuera aproximadamente una tercera entre campanas. No obstante, no podemos afirmarlo de forma categórica, pues son muy pocos los campanarios documentados en esta provincia.

Requena (Valencia). Conjunto de campanas de la iglesia de San Nicolás. Foto: BUIGUES METOLA, Marcos / 
http://campaners.com/php/fotos_campanar.php?numer=367

 

4-Características de los yugos

 

Los yugos del antiguo obispado conquense presentan ciertas peculiaridades constructivas y decorativas. A diferencias de otros territorios donde la construcción de yugos presenta una mayor uniformidad (como Toledo), en Cuenca presentan una variedad de diseños y formas bastante amplia. Podríamos decir que no hay una forma prototípica, sino unas proporciones y elementos que se repiten combinados de diferentes formas. Analizamos ahora algunas de las principales peculiaridades.

 

Las características generales de los yugos del antiguo obispado conquense son netamente castellanas, lo cual se aprecia en la tendencia a realzar el bronce por encima del eje de rotación, bien recurriendo a empotrar la campana en el brazo (por lo general no más allá de los hombros y a veces solo las asas), o bien al uso de ejes acodados (generalmente de no mucha altura).

 

a.       Partes

 

Al igual que hicimos al tratar el yugo toledano, hablamos de dos partes principales del yugo, el brazo, que es la pieza de madera que sostiene el bronce, y la cabeza. Suelen estar compuestos por varias piezas, dos o tres, según el diseño y la proporción. La madera que parece emplearse tradicionalmente es el olmo, y en algunas ocasiones la encina.

 

Parte del yugo

b.      Proporciones

 

Como pudimos ver en el artículo dedicado al yugo toledano[2], y ya anteriormente en otros estudios similares sobre el yugo valenciano[3], existía una forma de dimensionar el yugo de la campana tomando como referencia la altura del bronce, desde el hombro a la parte inferior. Al igual que ocurre en otros obispados, como el de Sigüenza, existe un doble sistema de proporcionar los yugos respecto a la campana:

 

                                                              i.      Yugos de la misma altura que la campana (proporción 1-1). Es decir, la altura total del yugo (desde la parte inferior del brazo a la parte superior de la cabeza) es la misma que hay desde el hombro a la parte inferior. En este sistema es frecuente realzar el bronce por encima del eje de rotación empleando ejes acodados y empotrando la campana en el brazo. Esta es la proporción habitual de los yugos “toledanos” que les confiere un aspecto más bien achatado. Los yugos fabricados con esta proporción suelen estar compuestos por dos piezas (brazo y cabeza), y una tercera si existe el cabezal cruzado que sujeta los tirantes de hierro.

 

                                                            ii.      Yugos de mayor altura que la campana (proporción 1-1,3). La proporción de estos yugos suele ser la misma más 1/3, es decir, una cabeza que viene a ser de la misma altura que la campana y un brazo que viene a ser 1/3 de la altura de la campana. En esta proporción no suelen emplearse ejes acodados, y si los hay realzan muy poco el bronce. Existen algunos yugos de eje único, atravesando éste el asa central del bronce. Estos yugos solo suelen empotrar la corona de la campana, en alguna ocasión también los hombros. Este tipo de yugos suele estar compuesto por tres piezas de madera (una para el brazo y dos para la cabeza), y una cuarta si presenta cabezal de sujeción de los tirantes en la parte superior de la cabeza.

 

Esquema proporciones. Campana de la parroquia de Saceda (Cuenca)

Esquema proporciones. Campana María del Carmen, iglesia de San Nicolás. Requena (Valencia).

Esquema proporciones. Campana mediana del campanario parroquial de Motilla del Palancar (Cuenca).

 

c.       Sujeción de los tirantes: cabezal cruzado o cornisa superior.

 

Todos los yugos presentan algún tipo de sistema de fijar a la cabeza los tirantes y abarcones de hierro que sostienen la campana. La finalidad de esta sujeción es mantener la integridad de todo el contrapeso y evitar que, en un eventual aflojamiento de las tuercas, los herrajes se muevan y desestabilicen el yugo. Este sistema de anclaje es variado, desde sencillas grapas de forja, pletinas colocadas en cada frente, o cabezal superior cruzado (como en el yugo toledano) atravesado por diferentes orificios.

 

Este último sistema, muy frecuente en los yugos tradicionales de Toledo y Sigüenza, aparece en los yugos conquenses con bastante frecuencia.

 

En el antiguo obispado de Cuenca era frecuente emplear otro sistema de sujeción consistente en colocar una cornisa tallada en la parte superior con el suficiente vuelo para ser atravesado por estos herrajes[4].

 

Estas molduras pueden ser piezas independientes que se colocan a modo de tapa sobre la cabeza, o bien formar parte del cabezal superior. Son numerosos los ejemplares que presentan una cornisa curvada, muy característica de la línea decorativa del barroco.

Jabalera (Cuenca). Cabezal cruzado para la sujeción de los tirantes.

Puebla de Almoradiel (Toledo). Antiguo yugo de la campana "Gorda". Cornisa recta para la sujeción de los tirantes.

Motilla del Palancar. Campana grande. Cornisa curvada para la sujeción de los tirantes. 


 

d.      Herrajes “abarcantes” de refuerzo

 

Como vimos en los yugos toledanos, la escotadura efectuada en la parte inferior del brazo obliga a colocar herrajes de refuerzo en el brazo. Al igual que ocurre en los yugos toledanos, los conquenses también suelen contar con este tipo de refuerzo, en forma de arco o rectos en disposición diagonal.

 

En Cuenca aparece una variante de este tipo de herraje consistente en par de herrajes verticales y curvados que refuerzan el conjunto del yugo, abarcando el brazo y la cabeza (por eso los llamamos “abarcantes”). Este tipo de herrajes aparecen también en Ciudad Real.


 

Antiguo yugo del "Campanón" de Tarazona, con herraje de refuerzo en forma de arco y un par de herrajes "abarcantes".

e.       Traza y diseño

 

Es difícil identificar un diseño concreto de los yugos conquenses. Algunos ejemplares recuerdan al diseño mixtilíneo de los yugos toledanos. Hay ejemplares que presentan los característicos pechos de paloma de los “toledanos”. En otros casos los diseños son originales, en los cuales predominan curvas y contracurvas. Hay un notable número de yugos que rematan en cornisa curvada.

Existe cierta tendencia en poblaciones limítrofes con Valencia a realizar diseños similares los de este territorio.

En la segunda parte de este artículo analizaremos diferentes ejemplares por comarcas.

 

f.        Otros elementos

 

Los yugos tradicionales presentan también la palanca de balanceo, colocada en uno de los lados atravesando el brazo. Los badajos parece que en su gran mayoría solían ser de hierro forjado, aunque hay algunos ejemplares de caña de madera.

En algunas ocasiones pueden aparecen yugos con decoración de talla.

Existen algunos yugos con eje de una sola pieza, atravesando este el asa central de la campana, aunque es un recurso muy poco extendido. Esta solución se da en ejes rectos, sin acodamiento. 



[1] ROMERA SOTILLO, Álvaro: El yugo “toledano” Fue publicado en 2017 en el blog hermano Miscelánea de Arte Sacro en dos partes (Parte I y Parte II). En ese mismo año fue publicado en www.campaners.com (http://campaners.com/php/textos.php?text=9009). Este artículo puede también consultarse en este blog en (Parte I y Parte II).

[2] - Ver nota 1. Las proporciones del yugo “toledano” aparecen analizadas en la parte 1. Puede consultarse en este blog: https://vozdebronce.blogspot.com/2019/01/el-yugo-toledano-1-parte.html

[3] - BARRERA, Albert: “Jous de fusta per a campanes manuals i motoritzades. Problemàtica i solucions tècniques de les instal·lacions de Cheste i Vilafamés”, Campaners,1993 (6). Disponible en http://campaners.com/php/textos.php?text=1478 (consulta 28/07/2020).

[4] - No podemos decir que sea privativo, pues conocemos tres casos similares en campanarios del arzobispado de Toledo: Centenera, Horche y Fuentidueña de Tajo (los dos primeros en Guadalajara, el segundo en Madrid). Hay un yugo similar en Tartanedo (Guadalajara, Señorío de Molina). En Valencia aparece también algún caso similar, donde esta opción también resulta minoritaria.


viernes, 8 de enero de 2021

UNA PECULIAR TÉCNICA DE VOLTEO: "EL FALSO CIGÜEÑAL"

ROMERA SOTILLO, Álvaro 



En algunos pueblos de la Alcarria y la Campiña de Guadalajara, existió una peculiar técnica de volteo que hemos denominado “falso Cigüeñal”.

Durante la campaña de documentación de 2013 pudimos documentar la existencia de esta técnica de volteo en Centenera y Valdesaz (en el eje Guadalajara-Brihuega) y El Sotillo (cerca de Cifuentes), conociendo de primera mano por parte de los ajecutantes la forma en que se llevaba a cabo. En posteriores documentaciones hemos encontrado indicios que nos hacen sospechar la existencia de esta técnica en Yunquera de Henares (cerca de Guadalajara), Lupiana (localidad vecina de Centenera), Matarrubia (cerca de Uceda) y Baides (cerca de Sigüenza).

Esta técnica de volteo consiste en pasar una cuerda por encima del extremo de uno de los extremos del brazo y tirar y aflojar de los dos cabos como si fuera un cigüeñal (de ahí su nombre), empleando como eje el brazo de madera del yugo. Debido al continuo rozamiento de la cuerda, que permanece inmóvil mientras el brazo gira, se producen unas características acanaladuras que a su vez sirven de guía a la cuerda e impiden que esta se mueva lateralmente. Es una técnica que entraña algunos riesgos: el perfil curvado de los brazos puede arrojar la cuerda fuera y quedar aprisionada entre la testa y la pared, con el consecuente peligro de que se pare en seco la campana.

Volteo de "falso cigüeñal" documentado en Centenera y El Sotillo (Guadalajara)



Volteo de "falso cigüeñal" documentado en Centenera y El Sotillo (Valdesaz)

Volteo de falso cigüeñal de Centenera y El Sotillo


Existe una variante de esta técnica que solo hemos documentado en Valdesaz. Consiste en atar uno de los cabos en la barandilla situada en la parte inferior de la tronera, pasar la cuerda por encima del brazo y tirar del otro cabo. Según nos comentaron los informantes, esta forma de toque solo se realizaba cuando se disponía de un cable de acero.

Volteo de "falso cigüeñal" documentado en Valdesaz (Guadalajara)

Volteo de "falso cigüeñal" documentado en Valdesaz (Guadalajara)


Volteo de "falso cigüeñal" de Valdesaz

Una de las ventajas de esta técnica frente al volteo a mano es el menor esfuerzo físico y la gran velocidad de giro que se alcanzaba (en campanas grande podían tirar de las cuerdas varias personas). Esta técnica es posible gracias a la existencia de ejes acodados que realzan por encima del eje de rotación el brazo de madera, permitiendo un mayor impulso al tirar de la cuerda cada vez que la campana sale hacia afuera.

Esta técnica ocasionaba a la larga el deterioro del propio brazo, pues poco a poco el rozamiento de la cuerda ahondaba la acanaladura. En el caso antes de citado de Valdesaz, los informantes reconocieron que el empleo de cable de acero acabó por debilitar bastante la estabilidad del yugo hasta dejarlo prácticamente inutilizable. Este sistema de volteo dejó de emplearse cuando se sustituyeron en el año 1959 los antiguos yugos de madera por otros de hierro. Desde entonces las campanas se voltearon con cigüeñal o a mano. Hoy en día solo se voltean a mano.

Durante la campana de 2013 pudimos conocer antiguos campaneros de Centenera que nos enseñaron la forma de realizar esta técnica. El campanario de esta localidad cuenta con tres campanas del siglo XVIII (campana grande, campana pequeña y campanillo) con sus tres yugos de madera de la misma época. En los años ochenta se realizaron unas reparaciones en los yugos de las campanas pequeña y grande. Las testas de los brazos fueron serradas varios centímetros y sus primitivos ejes acodados sustituidos por unos cajeados de hierro dotados de ejes industriales en los que se insertaron los brazos de madera. Desde que se realizó esta intervención, las campanas se voltean única a mano. El brazo del campanillo, que no se reparó, conserva todavía las acanaladuras producidas por el desgaste de las cuerdas.

Centenera (Guadalajara). Campanillo.

Centenera (Guadalajara). Detalle del brazo del campanillo con los desgastes producidos por el rozamiento de la cuerda. 


Los yugos de las campanas de la parroquia de El Sotillo, conservan los desgastes de las cuerdas. Por lo que nos comentó el informante, esta técnica no debió caer en absoluto desuso, pues parece que suele alternarse con el volteo a mano.

El Sotillo, Campana pequeña

El Sotillo, campana pequeña. Detalle de las acanaladuras.

El Sotillo, campana pequeña. Detalle de las acanaladuras.

El Sotillo, campana pequeña. Detalle de las acanaladuras.


Estos casos mencionados pertenecen a pueblos en los que se pudo documentar la existencia de esta técnica a través de entrevistas con sus ejecutantes. En la campaña de 2013 y en posteriores hemos podido documentar la existencia de yugos que presentan las características acanaladuras producidas por el roce de la cuerda pero no hemos podido confirmarlo por parte de algún vecino. Estos yugos se localizan en diferentes campanarios distantes geográficamente, tanto en pueblos del antiguo obispado de Sigüenza como el arzobispado de Toledo. Estos ejemplares han sido localizados en Baides (en los yugos de sus dos campanas romanas), los yugos de las dos campanas de Matarrubia y en uno de los yugos antiguos expuestos en el interior de la torre campanario de Yunquera de Henares. En el interior del campanario de Lupiana se conserva arrumbado un antiguo yugo de madera que presenta en los extremos de su brazo unos sospechosos rebajes que matan el vivo del extremo del brazo, aunque no se conservan desgastes de acanaladuras, es probable que esas muescas fueran talladas en previsión al uso de esta técnica.

Baides. Brazos de los yugos con una profunda acanaladura.

Matarrubia. Campana pequeña. El brazo derecho muestra ligeras marcas de rozamiento.

Matarrubia. Campana grande.

Matarrubia. Campana grande. Detalle de las acanaladuras del brazo.

Matarrubia. Campana grande. Detalle de las acanaladuras del brazo.

Yunquera de Henares, exposición en el interior de la torre de yugos antiguos.

Yunquera de Henares. Detalle de uno de los brazos donde se muestra el desgaste de la cuerda.

Yunquera de Henares. Detalle de uno de los brazos donde se muestra el desgaste de la cuerda.

Lupiana. Antiguo yugo arrumbado en la torre.

Lupiana. Detalle de las muescas realizadas en las aristas del brazo ¿realizadas para orientar la cuerda durante el volteo?

Lupiana. Detalle de las muescas realizadas en las aristas del brazo ¿realizadas para orientar la cuerda durante el volteo?


Poco sabemos sobre su origen. Podemos especular dos posibles opciones: que se imitara de forma “ruda” el sistema de cigüeñal, presente en algunos yugos españoles desde el siglo XVIII, o bien que fuera una evolución del balanceo con cuerda o una forma auxiliar de balancear y, sobre todo, dejar “empinada” (inmovilizada con la copa arriba) la campana. Sea como fuere, es una técnica relativamente moderna, que probablemente apareció con la implantación del volteo en las últimas décadas del siglo XVIII o principios del XIX. Independientemente de su origen, lo cierto es que esta técnica tiene como marco geográfico la mitad occidental de la provincia de Guadalajara, pues, como hemos dicho antes, aparece en localidades que pertenecieron tanto al antiguo Arzobispado de Toledo (Centenera, Lupiana y Valdesaz en la Alcarria; Yunquera de Henares y Matarrubia en la Campiña) como al Obispado de Sigüenza (El Sotillo y Baides).

La distancia geográfica existente entre los pueblos mencionados nos hace sospechar que esta técnica pudo tener una amplia aceptación, y que debido a diferentes motivos (la destrucción de campanas durante la guerra civil, la sustitución de yugos tradicionales por nuevos de hierro), desapareciera en favor del volteo con cigüeñal o a mano.