JIMÉNEZ JIMÉNEZ, Carlos; ROMERA SOTILLO, Álvaro
En la anterior entrada tratamos la variación del toque de Misa y la sustitución del repique por otras técnicas de toque menos festivas durante la Cuaresma. En este trataremos sobre:
1.
2. Vísperas
“Ante Prandium[1]”
El ayuno era una de las
prácticas habituales durante la Cuaresma. Aunque actualmente se reduce prácticamente
a dos días (miércoles de ceniza y Viernes Santo), en origen este se ejercitaba
todos los días (salvo los domingos). Para poder mitigar la pesadez del ayuno,
fue común una práctica que consistía en rezar todas las horas canónicas del día
durante la mañana, antes del mediodía. De esta forma, haciendo muestra de lo
que al inicio del escrito se comentaba (“Los toques de campanas litúrgicas
marcan el tiempo y el espacio de una forma jerárquica y de significado pleno,
en contraste con las campanas horarias, que señalan una división cartesiana del
tiempo…”), se daba por concluido el día litúrgico, permitiéndose entonces la
comida o refrigerio. Así, las Vísperas, que son consideradas la primera hora
del día se rezaban en las catedrales inmediatamente después de la Misa Mayor,
sexta, y nona. Citamos a continuación un párrafo bastante elocuente de un
manuscrito del fondo Borbón-Lorenzana que habla precisamente sobre esta
cuestión y el particular uso y costumbre de la Sede Primada:
La hora de Nona se canta
después de comer a excepción de la Quaresma, y días de Témporas, o Vigilias,
porque en estos se conforma con la antigua disciplina, según la que en los
Primeros siglos los fieles en los días de ayuno de Quaresma no comían hasta
después de Vísperas, y cerca de ponerse el sol, y en el Adviento, Temporas y
Vigilias no comían hasta después de Nona. Esta disciplina se fue relaxando
insensiblemente y se mantiene alguna memoria cantando en Quaresma las vísperas,
antes de comer, y en los otros días de Adviento, Témporas o Vigilias se canta
la Nona antes de comer. Esto es común a todas las iglesias, y lo particular de
esta está en que en todos los otros días del año, que no son de Ayuno, ni canta
la Nona antes de mediodía, ni inmediatamente antes de Vísperas, sino media hora
antes de que estas se empiecen, en lo que en algún modo conserva la propiedad
de cantar la Nona después de mediodía según lo predicaban los Canónigos de
París.[2]
Reloj de sol con la división de las Horcas Canónicas. Foto: https://blog.laveredadepuebla.com/ Coro de la Catedral de Toledo en 1885. Fondo Casiano Alguacil / https://descargasarchivo.toledo.es/
Es frecuente encontrar en las reglas de toque catedralicias las indicaciones para variar los toques durante la Cuaresma. La de la Catedral de Sigüenza (todavía inédita), mandada redactar por el Sochantre Juan Pérez en 1609[3], está compuesta por 33 capítulos donde se describe con mucho detalle toda la relación de toques de la catedral. Tres de sus capítulos están dedicados a la Cuaresma:
· Capítulo 10. De las Dominicas de Adviento, Septuagésima y Quaresma.
·
Capítulo 11. Como se ha de tañer las
ferias de Quaresma.
·
Capítulo 12. De las fiestas que se
celebren en la Quaresma.
En estos capítulos se describe el número de campanas que intervienen en cada toque y cuándo se ha de ejecutar, poniendo especial interés en que las vísperas se tañan antes del mediodía. Esta regla merece un análisis en profundidad, esperamos en un futuro poder dedicar un artículo a ella.
Portada de la Orden de Toques de la Catedral de Sigüenza de 1609.
Poca información ofrece sobre este
particular la regla de toque de El Ceremonial de la Santa Iglesia de Toledo,
Primada de las Españas (1585-1590), conocido como ceremonial de
Rincón, por ser este uno de sus redactores[4].
Los capítulos dedicados a las campanas describen muy someramente los toques,
sin mencionar la mayoría de las veces qué campanas se emplean. En cuanto a la
Cuaresma aporta dos pequeñas anotaciones:
“Los días que se reçare de feria
desde el primero lunes de quaresma fasta el miércoles santo inclusive tañeran a
sexta y nona con una campana como a tercia empino.”[5]
A continuación, describe la forma en
que deben tocarse a completas en Cuaresma (que se rezaban a la hora de las
vísperas) si fueran fiesta con procesión o sábado: Tañerán con una campana y
esquilón[6]
como a nona empino”. A continuación, describe cómo se ha de tocar cuando
hay oficio de difuntos[7].
También parco, aunque un poco más
explícito, es el erudito toledano Ramón Parro al describir las campanas de la
catedral. Gracias a una escueta nota al pie, sabemos qué campana era la
empleada en el toque de Completas de Cuaresma: la Resurrección, la
pequeña de las once litúrgicas:
Esta campana, que venía sirviendo para
toda clase de toques, ora jugasen todas, ora solo tres ó dos, y aun cuando
fuese una sola (como acontece para las horas menores de la Semana Santa, para
las Completas en Cuaresma, para Laudes en todo tiempo, y aun para Prima a
excepción de los días clásicos), se cascó hace dos años, y permaneces sin
renovar.[8]
Por tanto, esta campana tan activa,
tocaba también las tardes de la Cuaresma para llamar a los canónigos a
Completas, que se rezaba en el lugar de las Vísperas, que eran rezadas por la
mañana.
Campana "Resurrección" de la Catedral de Toledo. Foto: LLOP I BAYO, Francesc / www.campaners.com Fotografía detalle de la cara oeste del campanario (la que da al Palacio Arzobispal). A la derecha la campana "Resurrección".
Pero quizás, uno de los toques más
conocidos, con una denominación bastante curiosa es “el toque de Cangonda” de
Yepes (Toledo). En la documentación y grabación de los toques de esta
localidad, llevada a cabo por Francesc Llop en 1983, el toque de vísperas era
interpretado con un repique durante todo el año a las dos de la tarde en
invierno, a las tres en verano. En Cuaresma este toque cambiaba de forma y de
hora. Se tocaba a las once de la mañana (después de la Misa del Párroco o Misa
Mayor) y el repique se sustituía por el “volteo” de la “Sorda” (en el argot de
Yepes ese volteo equivale a un balanceo) mientras se intercalaban badajazos con
la “Gorda”. Esta variación incide en el carácter de gravedad que se imprimían a
determinados toques durante la cuaresma, como ya hemos comentado anteriormente.
El nombre de este toque (“de Candonga”) es bastante ilustrativo del motivo por
el cual se adelantaban las vísperas a antes del mediodía. Entre sus varias
acepciones en el diccionario de la RAE, la primera es “zalamero o astuto”. La
tercera “Dicho o hecho con que se pretende desorientar a alguien para que no
advierta el engaño de que va a ser objeto”. Es decir, con este toque se
pretende “engañar” al ayuno diario que antiguamente se prescribía en Cuaresma adelantando las horas canónicas del día (recordemos que
litúrgicamente la primera hora canónica del día son las Vísperas) para tocarlas
todas antes de las doce del mediodía y poder comer a su hora. Esta
“astucia” demuestra hasta qué punto las horas canónicas marcaban la división
del día, incluso aunque estas no se ajustaran a una división objetiva y exacta
del tiempo. Este toque debió ser común en todas las parroquias.
Yepes, toque "de Cangonda". LLOP I BAYO, Francesc / www.campaners.com
A parte del toque documentado en
Yepes, existe una grabación[9]
de los toques de Torre de Juan Abad (Ciudad Real) realizada posiblemente en los
años 60 por D. Manuel Menesses Ripoll, párroco de la localidad. Los toques son
interpretados por el campanero Genaro Cortés, que los aprendió de su abuelo,
Sacristán de la Parroquia. Las circunstancias de este toque son casi exactas a
las de Yepes. El toque de vísperas de ordinario se toca a las dos de la tarde
en invierno y a las tres en verano. En Cuaresma se toca a las 11 de la mañana. En la grabación de don Manuel no lo asocia con las Vísperas
“ante prandium”, simplemente lo denomina como toque de Cuaresma de las 11 de la
mañana de los días laborables. La forma de interpretarlo también varía
al igual que en Yepes: de ordinario consiste en un repique con las dos campanas
mayores. En Cuaresma el repique se sustituye por un toque sencillo que comienza
con unas campanadas de la pequeña de las campanas grandes:
tan…tantan….tan….tantan (esta secuencia recuerda al toque de Adviento de Guadamur que vimos en la anterior entrada),
así varias veces hasta que se da una serie de campanadas seguidas:
tantantantantan. Después de estas campanadas otra serie con la campana grande:
tontontontonton. Esperamos poder dedicar una o varias entradas para analizar el
conjunto de toques de Torre de Juan Abad, uno de los más ricos hasta ahora
conocidos en Castilla-la Mancha.
Campana Grande. Torre de Juan Abad |
Campana pequeña de las grandes. Torre de Juan Abad. |
Torre campanario de Torre de Juan Abad. |
[1] - Ante prandium
significa antes del almuerzo, es decir, antes del mediodía, antes de comer.
[2] - Biblioteca Pública de
Castilla-La Mancha (BPCLM), Fondo Borbón-Lorenzana (FB-L), Ms. 154: Ceremonias
Particulares de la Santa Yglesia Primada de Toledo, Fol. 48r.
[3] - Archivo
Catedral de Sigüenza (ACS), Directorio de Coro IV, “El orden que en esta Sancta
Iglesia Cathedral de Sigüença se tiene en tañer las campanas en todos los dias
y fiestas por todo el discurso de todo el año”, f.269r – f.301.r
[4] - La regla de toques
de este ceremonial se encuentra publicada en ALONSO MORALES, Mercedes: “El
tañer de las campanas de la Catedral de Toledo”, Toletum: Boletín de la Real
Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo, nº 56 (2009), pp.
209-219.
[5] - Ídem: p. 216
[6]
- El “esquilón”
es la forma al cimbalillo o campanillo conocido popularmente como el ángel,
situada originalmente en el balcón superior de cuerpo octogonal de la torre,
junto a los pies del chapitel. Actualmente se encuentra situado en el interior
del cuerpo octogonal. Era la campana
empleada para indicar la entrada de los canónigos al coro.
[7] - ALONSO MORALES, Mercedes: "El tañer... Op. Cit., p. 216.
[8] - RAMÓN PARRO, Sixto:
Toledo en la mano, o descripción histórico.artística de la Magnífica
Catedral de los demás célebres Monumentos, Tomo I, Toledo, 1857
(Edición Facsímil Valladolid, 2012), p. 741.
[9] - Estos toques están
parcialmente descritos en: MOYA MALENO, Francisco Javier: “Las campanas en el
Campo de Montiel. Un estudio preliminar”, en Revista de Estudios del Campo
de Montiel, 2009 (1), pp. 15-46.
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